En su panfleto de 1995 Lesbofobia: hombres gais y misoginia, la escritora Megan Radclyffe señaló que muchas lesbianas dejaron el Frente de Liberación Gay en 1971 y citó a Janet Dixon cuando dijo que «al final, una vez más, las mujeres estaban sirviendo a los hombres, las mujeres estaban creando consciencia… [y] estaban dándole su energía a los hombres».Desde siempre, el activismo lésbico ha sido idéntico al feminismo; a fin de cuentas, la liberación de las mujeres queer requiere que desaparezcan los roles de género y las estructuras familiares que oprimen a las mujeres. Para los exintegrantes del FLG como Dixon, quedó claro que algunos hombres gais estaban buscando una forma de liberación que les diera licencia para sus preferencias sexuales sin dañar su posición social como hombres en el patriarcado.A partir de la separación entre las mujeres y los hombres en el movimiento… los hombres gais se volvieron más aislados y formaron un nuevo gueto. Después de esto, desaparecieron gran parte de los cuestionamientos serios de los roles de género… El movimiento gay de los hombres, en vez de desafiar y confrontar el sexismo, se puso a la defensiva
«Cuando era joven, muchos hombres me tocaban y decían, "No cuenta porque soy gay". Pero sí cuenta porque soy una persona y merezco respeto», dijo Victoria Sin. Le dije que en varias ocasiones he oído comentarios como «Las vaginas son asquerosas, no conozco a nadie que sea capaz de acostarse con una», y Sin confirmó que también ha oído comentarios similares. «Si hablo de mi periodo, algunos amigos gais dicen, "¡Puaj!, no hables de eso. Es asqueroso". No, es mi cuerpo y no es asqueroso». En mi opinión, esto se debe a una aseveración inconsciente de la identidad sexual de los hombres gais; pero confirmar que te gustan las pollas no significa que tengas que fingir repulsión hacia las mujeres y sus cuerpos. Es ofensivo y ridículo: después de todo, decir que las vaginas son asquerosas es contradictorio viniendo de alguien que practica el sexo anal.La «escena» gay, si es que existe, también muestra señales de conflictos institucionales con las mujeres. «Cuando fui a G-A-Y [un club nocturno en Londres], me dijeron que "no era miembro" –lo que sea que eso signifique– por ser una mujer que se presentaba como "femme" (o la que hace de mujer en una relación lésbica)», explicó la escritora Josie Thaddeus-Johns. «Esto fue antes de que me presentara como bi. Es triste pensar que las mujeres que no están listas para este tipo de etiquetas tengan que lidiar con problemas de discriminación por parte de la comunidad gay incluso antes de entrar en un espacio queer. Un grupo controlado por hombres me está diciendo a mí, una mujer, cómo presentarme para "encajar"».Un grupo controlado por hombres me está diciendo a mí, una mujer, cómo presentarme para 'encajar'
«Los hombres homosexuales no se dan cuenta de que si te dicen: "Que no se te vaya a notar mucho la pluma", te están pidiendo que finjas ser otra persona con el fin de satisfacer sus preferencias sexuales», continúa Shy Charles. «Un gay una vez me dijo que no ir al gimnasio y no cortarme el pelo era un "desperdicio" —el hecho de que físicamente no tuviera aspecto masculino era como echarme a perder. ¡Como si mi principal objetivo en la vida fuera ser atractivo para gente como él y necesitara orientación! Como si mi aspecto fuera algún tipo de accidente».Algunos gais no solo se sienten con derecho de fiscalizar la apariencia de queers o gais, sino que también lo hacen cuando se trata de mujeres, en particular con mujeres que aparecen en los medios de comunicación. Si estas mujeres no tienen que ser sexualmente atractivas para los gais, existe una expectativa generalizada de que deben ser glamurosas, guapas e «icónicas». En resumen, una mujer perfecta irreal e idealizada.En las aplicaciones para citas entre gais, los usuarios con frecuencia expresan su preferencia por hombres con apariencia masculina o que actúen como heterosexuales
La forma eficaz en que Jenner salió del armario no refleja lo que la mayoría de las mujeres trans experimenta en su transición. La actriz y modelo trans Hari Nef señaló en una entrevista con The Coveteur que «La gente solo ve a los trans como una fachada, por lo tanto, como algo no auténtico; la gente ve los cuerpos trans como "falsos". Incluso cuando llevo una camiseta holgada y pantalones de pijama, sigo recibiendo expresiones de burla o desagrado».Es importante que la lealtad de los gais hacia Jenner y sus hermanas trans no tan famosas vaya más allá de la apreciación estética y se den cuenta de que los cuerpos femeninos no deben ser objeto de crítica o consumo. Para las mujeres trans, sus cuerpos son el escenario de una guerra cultural que mata a un número creciente de personas.Nick Adams, el director de programas de medios de comunicación en la Alinaza Gay y Lésbica contra la Difamación (GLAAD, por sus siglas en inglés), ha representado asuntos trans en los medios de comunicación estadunidenses durante 17 años. De hecho Nick es gay y trans. «Es imposible establecer una correlación científica entre el aumento de visibilidad de las mujeres trans en los medios de comunicación y el aumento del número de mujeres trans asesinadas en EUA», afirma Adams, «Pero tenemos que ser conscientes de que es posible. En lo que llevamos de año 2015, 20 mujeres o personas que no están conformes con su género han sido asesinadas, una cifra mayor que la del año pasado».Adams se mantiene optimista respecto al apoyo político que la comunidad gay masculina ha mostrado hacia las personas trans, señalando los hechos relevantes que se han logrado en los últimos años para la representación de los trans, y el creciente impacto de activismo y comunicación en línea. «Si nos fijamos en la reacción generalizada de indignación a la reciente películaStonewall, de Roland Emmerich, que pone en primer plano a un hombre blanco gay cisgénero en la historia en lugar de a Martha P. Johnson, la mujer trans de color de la vida real, se puede ver que la comprensión de esto entre los hombre blancos gais está aumentando, lo cual es bueno».Es bueno, pero para seguir avanzando siempre se debe examinar críticamente qué es lo que se puede mejorar. La homofobia no es hermana de la misoginia; es su hija. El patriarcado odia a los hombres gais porque sexualmente se comportan «como mujeres», odia al lesbianismo porque las lesbianas son mujeres que «se niegan» a follar con hombres, y odia a las personas trans que dicen critican sus supuestas verdades.A todos nos afecta el patriarcado, pero en muchos contextos, los hombres gay son los que se encuentran en un posición más susceptible de ser arrastrados a conspirar con ésta. Las llamadas a tal conspiración son insidiosas y a menudo imperceptibles dentro de la masculinidad en sí. Por lo tanto, escuchar las voces y las quejas de las mujeres, los gais afeminados y las personas trans es crucial para todos los hombres gais. De lo contrario, pueden encontrar que ese mundo que goza de una liberación frágil, lograda a expensas de los demás, es de hecho un mundo confuso y contradictorio en el que no existe liberación alguna.A todos nos afecta el patriarcado, pero en muchos contextos, los hombres gay son los que se encuentran en un posición más susceptible de ser arrastrados a conspirar con este