La Copa del Mundo femenina desde los ojos de una jugadora

_Chi Ubogagu, delantera del Arsenal Ladies, es una ex internacional estadounidense que ayudó a su país a conseguir la victoria en el Mundial femenino Sub-20 de 2012. Aprovechamos su perspectiva única para preguntarle por su visión del torneo hasta la fecha._

Como atleta, el objetivo es desafiarte constantemente a ti mismo y romper barreras con la esperanza de poder competir al máximo nivel. En el fútbol femenino no hay una mayor competición que la Copa del Mundo. Puedo asegurar que veo muchos deportes —muchos— y en mi opinión no hay otro campeonato que se pueda comparar a la dimensión que tiene el Mundial en esta disciplina. A pesar de que solo ocurra una vez cada cuatro años, nada me provoca emociones más fuertes que la Copa del Mundo. Espero cumplir mi sueño algún día y representar a mí país en este torneo. Hasta ahora, de momento, verlo ha sido absolutamente genial: aquí os dejo algunas de mis reflexiones al respecto.

Mis padres son nigerianos, nací en Inglaterra y he vivido 19 de mis 22 años en Estados Unidos, así que estos son los tres países que he seguido más en el torneo.

Para aquellos que no hayan seguido el campeonato, una explicación rápida: la selección de Nigeria (que ocupa el puesto número 33 en el ranking mundial) quedó encuadrada en el Grupo D con EEUU (2ª), Suecia (5ª) y Australia (10ª). Obviamente, el D recibió automáticamente el nombre de "Grupo de la Muerte". Nigeria terminó con un meritorio empate 3-3 frente a Suecia, una derrota por 2-0 frente a Australia y otra derrota, esta ver por 1-0, frente a los Estados Unidos: evidentemente, el solitario punto no fue suficiente para avanzar a los dieciseisavos de final.

A pesar de que estoy segura de que las 'Súper Halconas' terminaron muy decepcionadas por el abrupto fin de su viaje, creo que demostraron ser uno de los equipos estéticamente más atractivos del Mundial. En fase ofensiva, eran extremadamente peligrosas por muchos motivos: iban al ataque con muchos efectivos sin importarles las opciones de contragolpe del rival; su juego era veloz gracias también a la velocidad individual de la mayoría de sus jugadoras; y lo más importante, atacaban con creatividad. Sus jugadoras estaban cómodas con el balón en los pies y no dudaban a la hora de encarar a las defensas.

A Inglaterra (6ª en el raking) le tocó jugar contra Francia (3ª), México (25ª) y Colombia (28ª) en el Grupo F. Las británicas registraron una derrota por 1-0 frente a las galas, pero se resarcieron con dos victorias por 2-1 frente a México y Colombia. El triunfo frente a las 'cafeteras' fue clave, dado que Colombia había sorprendido a la selección francesa y la había derrotado por 2-0 en el partido anterior. Las 'leonas' terminaron segundas en su grupo y consiguieron avanzar a los dieciseisavos de final. A partir de ahí, las británicas superaron a Noruega y a las anfitrionas, Canadá, por un idéntico resultado: 2-1. En las semifinales, sin embargo, les tocó el 'coco'. Japón, la selección campeona, terminó con la aventura mundialista de Inglaterra al vencer a las 'leonas' por 2-1.

Inglaterra me ha parecido un equipo extremadamente disciplinado. Creo que es precisamente esa su gran virtud: su orden táctico. El conjunto que entrena el galés Mark Sampson es un bloque tremendamente cohesionado en el que todo el mundo conoce su rol y asume sus responsabilidades. Desde un punto de vista personal, ha sido muy especial ver a mis compañeras del Arsenal Ladies en el Mundial: creo que Jordan, Lianne, Siobhan, Casey y Alex han merecido con creces llegar tan lejos, aunque al final Japón haya representado un escollo insuperable en las semifinales.

La selección de EEUU, como he mencionado antes, quedó encuadrada en el Grupo D, como Nigeria. Las estadounidenses terminaron en primer lugar tras dos victorias, 3-1 frente a Australia y 1-0 frente a Nigeria, y un empate a cero frente a Suecia. El conjunto norteamericano progresó a los cuartos gracias a una victoria por 2-0 frente a Colombia, superó a China con un ajustado 1-0, y se encuentra ya en la final tras derrotar a Alemania por 2-0 en las semifinales.

Los Estados Unidos buscan su primer Mundial desde 1999 y no sería nada raro que lo consiguieran. El equipo que dirige Jill Ellis solo ha concedido un gol en todo el campeonato. Cabe reconocer el mérito de su línea defensiva, con un rol destacado de mi antigua compañera en la selección sub-20 y actual capitana Julie Johnston: la jugadora de los Chicago Red Stars sacó un balón sobre la línea frente a Nigeria que habría dado a las 'Súper Halconas' la ventaja en el partido de la fase de grupos.

Además de la solidez atrás, los EEUU cuentan con un poderoso arsenal ofensivo gracias a la calidad y amplitud de su plantilla, con jugadoras de tanto nivel que cualquiera puede convertirse en heroína y decidir un partido. Una bendición, sin duda, para cualquier entrenador.

De momento, el partido que más he disfrutado ha sido el duelo de dieciseisavos de final entre Japón (4ª selección en el ranking) y Holanda (12ª). La propuesta de ambos equipos con balón fue maravillosa: cada posesión era un catálogo de pases con sentido. Las 'nadeshiko' niponas, no obstante, fueron capaces de generar más peligro que las neerlandesas y demostraron una mayor diversidad ofensiva. Las japonesas se juntaban en el centro del campo, pero sabían abrir a las bandas cuando se generaban espacios exteriores.

Cuando las holandesas presionaban arriba, Japón no se arrugaba: todo lo contrario, intentaban buscar el pase a la espalda de las rivales. Cada pase que dieron tuvo una intención clara: era como ver a un experto resolviendo un cubo de Rubik. Las 'nadeshiko' se dedican a solucionar problemas, y lo hacen con una paciencia extrema. A su temple cabe sumarle una calidad técnica impecable —la misma calidad que les permitió marcar el que probablemente vaya a ser el mejor gol del torneo.

Tras un torneo apasionante, por fin sabemos qué equipos disputarán el partido definitivo por ansiado trofeo: en una reedición de la final de 2011, Japón se enfrentará a Estados Unidos. Será un partido épico que nos habla de la enorme competitividad de las participantes y que demuestra la diversidad geográfica del fútbol femenino: en las semifinales había un equipo asiático, dos europeos (además de Inglaterra, también Alemania se coló entre los cuatro mejores) y un norteamericano. Creo que eso es muy valioso y dice mucho a favor del deporte.

Ahora solo queda disfrutar de la final… ¡y prepararse para la próxima edición en Francia 2019!