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ampliando fronteras

La historia del primer equipo africano que correrá el Tour de Francia

Hicieron falta 102 años, pero en la edición de 2015 por fin participará un equipo africano en el Tour: el MTN-Qhubeka. Podría ser el inicio de algo grande.
Photo by Jérémy-Günther-Heinz Jähnick / Middelkerke via Creative Commons

Decir que el Tour de Francia ha sido dominado por europeos es minimizar el brutal eurocentrismo de la carrera en sus 102 años de vida. Solo dos ciclistas nacidos fuera del Viejo Continente (el estadounidense Greg LeMond y el australiano Cadel Evans; tres, si contamos a Lance Armstrong) han logrado imponerse en la veterana competición gala. El minúsculo estado de Luxemburgo ha producido más campeones del Tour él solo que todos los países no europeos juntos.

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Cuando el Tour arranque este sábado en Utrecht, las caras que lo dominarán serán abrumadoramente familiares. Los holandeses saldrán a la calle en masa para ver la primera etapa; alguien, probablemente Tony Martin, se pondrá el maillot amarillo al acabarla. Al mismo tiempo, lejos de los titulares y los focos quedará un equipo que sin embargo estará haciendo historia: el MTN-Qhubeka se convertirá en el primer equipo africano en participar en el Tour.

En los últimos años, el Tour ha empezado a diversificarse. Ciclistas de China, Etiopía, y Costa Rica han representado a sus respectivos países por primera vez en los últimos cinco años. La innovadora aparición del MTN no es la única de su especie, pero sí la primera en alcanzar la máxima categoría de una forma tan rompedora y tan veloz.

El sudafricano Douglas Ryder fundó el equipo en 2007 con el sueño ambicioso de convertir el continente africano en una cantera de ciclistas. La idea era aprovecharse del inmenso potencial de la región para producir atletas como lo hacen Kenia o Etiopía en las carreras de larga distancia… o Lituana en el baloncesto, por ejemplo.

Ryder fue capitán del equipo nacional sudafricano de ciclismo en los 90. Tras retirarse se puso a trabajar inmediatamente para armar una escuadra profesional. Ryder consideraba que los ciclistas y los corredores de élite necesitan habilidades físicas similares, así que la ausencia de los primeros en el sureste de África era un gran desperdicio —y por lo tanto, una gran oportunidad.

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Construir un equipo de ciclismo de la nada es una tarea complicada, especialmente cuando unas pocas escuadras de élite concentran cada vez más poder en sus manos. Gestionar un equipo significa reunir patrocinadores, pelearse con la logística para más de 40 personas y convencer a los organizadores de las carreras que tu equipo desconocido tiene mimbres para participar.

El grado de dificultad aumenta cuando, además, hay que lidiar con la actitud racista e incluso colonialista de las carreras: no en vano el mismísimo Pat McQuaid, ex presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), llegó a asegurar cuando aún ejercía el cargo que existe "una visión anglosajona" de hacer frente al doping y la contrapuso a una "cultura del oeste europeo" según él viciada y tramposa.

Ni siquiera esto, sin embargo, detuvo a Douglas Ryder. El sudafricano es un luchador: es por eso que tanto él como su equipo han llegado tan lejos. Es probable, además, que también sea un auténtico visionario.

Progresando. Foto de Jérémy-Günther-Heinz Jähnick/Licques, vía Creative Commons.

Chris Johnson, que fundó un equipo estadounidense hace tres años con ambiciones similares a las de Ryder, me dijo que el sudafricano estaba haciendo un trabajo ejemplar y que sus ciclistas era fantásticamente talentosos. Johnson lo sabe por experienciapropia: su equipo Airgas-Safeway corrió contra MTN-Qhubeka en el Tour Mzansi en 2014. Los africanos se llevaron coparon las primeras cuatro plazas. Aunque aún quede mucho trabajo por hacer, parece claro que Ryder estaba en lo cierto cuando habló del talento ignorado de su continente.

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Cinco de los nueve titulares de MTN-Qhubeka en el Tour son africanos, en consonancia con la regla autoimpuesta por Ryder de tener una mayoría de ciclistas procedentes de África. Louis Meintjes es uno de los mejores talentos sub-23 en el mundo; el eritreo Daniel Teklehaimanot ganó el maillot que le acreditaba como 'Rey de la Montaña' en el Critérium del Dauphiné; los hermanos Jansen Van Rensburg son talentosos y tácticos.

Para agregar el necesario poso a su equipo, Ryder reclutó a ciclistas experimentados como Edvald Boasson Hagen y Tyler Farrar. Su 'savoir faire' debía ayudar a guiar a los más jóvenes y a la vez sumar algunas victorias para mantener el perfil del equipo en lo más alto. En el Tour de 2015, el MTN se ha puesto como objetivo conseguir un maillot —seguramente el de 'Rey de la Montaña'— y ganar una etapa.

Ryder ha reiterado que su meta a largo plazo es ayudar a un ciclista africano negro a ganar un Campeonato Mundial y un maillot amarillo. Puede que ese ciclista sea Teklehaimanot, o quizás Merhawi Kudus, un eritreo tan talentoso como inexperimentado. Quizás ese atleta sea aún un desconocido, un velocista haciendo su trabajo desapercibido en los caminos locales cuyo talento quizás sea descubierto algún día gracias a MTN.

La ambición de Ryder, sin embargo, no se queda ahí. Qhubeka no es un segundo patrocinador, sino una organización caritativa dedicada a la distribución bicicletas en las comunidades del sur de África con el objetivo de reducir los déficits de espacio e infraestructura. A pesar de la delicada posición del equipo, Ryder regaló la mitad de los patrocinios de MTN a Qhubeka.

El Tour de Francia es una de las plataformas de patrocinio más grandes del mundo: gracias a la popularidad que comporta, Ryder tendrá la oportunidad de agrandar un programa ya exitoso como el MTN y al mismo tiempo ayudar a popularizar el ciclismo en África. La misión no solo consiste en mejorar el ciclismo africano, sino en poner a todo el continente sobre la bici.

Mucha gente con buenas intenciones y excelentes credenciales ha fallado en esta meta. Los problemas que comporta no se solucionan únicamente con dinero. Es por ello que la competición del MTN en el Tour es tan importante: el mensaje que mandaría sería único —y valiosísimo.

Ryder dice querer ver a un ciclista africano en el podio en cinco años: es una meta complicada, aunque Louis Meintjes es una apuesta interesante para terminar en los diez primeros lugares del Tour. Logre Meintjes el éxito o no, Ryder ha mostrado con dedicación y capacidad para conseguir que alguien cumpla el objetivo en el futuro. El MTN es un gran interrogante y las casas de apuestas le van todas en contra… pero al fin y al cabo, el equipo MTN-Qhubeka está acostumbrado a todo eso.