Salud

Cómo descansar la vista de las pantallas

Nuestras costumbres pueden resultar especialmente dañinas para nuestra vista.
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Si tus actividades del día en tiempo de cuarentena consisten en algo parecido a teletrabajar 8 horas, hacer una videollamada al día con tus amigos, otra con la familia, una hora de ejercicios con una entrenadora virtual, repaso a las redes sociales cada rato y un poco de Netflix o HBO para cenar y acabar el día, eso significa estás mirando una pantalla el 90% de la jornada. Si ya nuestras costumbres anteriores al confinamiento eran prejuiciosas para nuestra vista, las de ahora pueden resultar especialmente dañinas.

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La fatiga visual no es solo un problema que afecte a los ojos, produciendo por ejemplo sequedad, irritación y visión borrosa, sino que también es responsable de molestias como dolores de cabeza continuos en las últimas horas del día y un aumento del estrés. Es lo que los expertos denominan “el síndrome visual informático”.

Aparte de este síndrome temporal que solo dura unas horas y puede ser intermitente aunque muy molesto, aún se están estudiando los posibles efectos negativos para la salud ocular a largo plazo debido a la exposición a esta luz azul –la luz intensa que desprenden estas pantallas–. Las conclusiones más evidentes que dejan las observaciones hechas en las retinas de los animales son dos. Por un lado, parece que la exposición constante a estas luces puede provocar un aumento de los residuos en los ojos (fototoxicidad), derivados de la propia función de la visión; en segundo lugar, se ha determinado que las longitudes de onda que emiten los LED de luz azul pueden afectar a la retina y, a largo plazo, desembocar en alguna enfermedad degenerativa, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

Para evitar estos efectos, tanto el síndrome visual diario como las patologías más graves, los expertos en salud visual recomiendan algunos hábitos que podemos adoptar fácilmente: lo primero es mantener una distancia adecuada con el ordenador, un mínimo de medio metro, además este debe estar situado un poco por debajo de tus ojos, para facilitar el parpadeo. No olvides que abriendo y cerrando los ojos ya estás humedeciéndolos. Cuando estés trabajando o haciendo cualquier actividad que lleve varias horas, ten en cuenta que la luz que te rodea será siempre mejor si es natural y no te da directamente en los ojos. Ajusta el brillo de las pantallas al mínimo que te permita ver cómodamente.

Además, se aconseja hacer pausas regulares cada 20 minutos: puedes levantarte, enfocar lugares lejanos e incluso usar unas gotas humectantes para refrescar los ojos si notas picor o enrojecimiento. Si te pones de pie y estiras los brazos y piernas, también será beneficioso para tu espalda, aunque lo más importante es tomarse un minuto de descanso sin mirar el móvil, puedes hablar con alguien que esté en casa, con tu perro o con incluso con una planta, tu mente también lo agradecerá.

Además de estos hábitos que puedes introducir en tu rutina diaria, existen dos ejercicios que te vendrán bien para el final de la jornada. El primero es un masaje de ojos para descansar la vista, ciérralos y haz movimientos circulares muy suavemente con la punta de los dedos recorriendo el párpado y los alrededores. También puedes subir hasta la zona de las cejas y tirar de ellas hacia dentro y hacia fuera. El segundo ejercicio consiste también en cerrar los ojos, pero esta vez tendrás que moverlos en hacia todas las direcciones. En realidad, verás que la sensación es parecida a la del masaje, ya que con ambos ejercicios estás aliviando la tensión de los músculos.