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Identidad

'Estamos librando dos batallas': ser gay y palestino en Israel

Khader Abu-Seif es el protagonista de "Oriented," un documental sobre dos palestinos gais residentes en Tel Aviv.
All photos courtesy of "Oriented."

En Israel, las políticas de identidad desempeñan un papel muy destacado en el discurso público, pero los problemas de interseccionalidad son una cuestión ampliamente ignorada. Y aunque el estatus de Tel Aviv como punto de referencia gay copa los titulares en todo el mundo, los palestinos gais raramente se benefician de esta visibilidad, si es que llegan a hacerlo.

Oriented, dirigido por Jake Witzenfeld, es un documental que sigue la vida de dos palestinos gais que viven en Tel Aviv, poniendo el foco en una realidad que raramente resulta visible. El filme se estrenará en España en el marco del festival FIRE! el próximo 6 de julio. Hablamos con uno de sus protagonistas.

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Broadly: ¿Podrías hablarme sobre la película y cómo surgió la idea de hacerla?
Khader Abu-Seif: Hace casi tres años conocí al director, Jake. Él es británico y tenía la idea de filmarme con mi novio —que ahora es mi exnovio— y hacer una película sobre nuestra vida juntos. Como yo me autodefino como palestino, le interesaba la idea de hablar sobre una pareja formada por un judío israelí y un palestino. Yo le dije que la idea estaba muy bien, pero que ya lo había visto un montón de veces y no estaba interesado, aunque me sumaría al proyecto si hacía una película sobre mí y mis amigos, sobre lo que supone vivir en este país como palestinos y como gais. Estamos librando dos batallas: por una parte, libramos nuestra batalla frente a nuestras comunidades, frente a los palestinos, para demostrar que somos gais, para que se nos permita serlo y para cambiar la percepción de lo que significa ser un gay palestino en este país. La segunda lucha es por nuestra identidad nacional.

Has mencionado que no te interesaba hacer una película sobre tu relación de pareja. La llamaste "idea de los noventa". Para la gente que no está familiarizada con el cine israelí de los noventa, ¿podrías explicarlo?
En la década de 1990 había una floreciente escena cinematográfica en Israel con un montón de películas sobre relaciones entre gais judíos y árabes, o palestinos e israelíes. Se filmaron The Bubble y algunas otras más. Y en estas películas, siempre es el judío israelí quien salva al palestino.

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Hay algo en torno a esta idea que resulta realmente antiguo y poco significativo a mi parecer. Si queremos mostrar algo, debemos mostrar una comunidad que crece y se desarrolla y no al "salvador" judío otra vez. David —mi exnovio— y yo estábamos en una situación muy buena y yo no sentía la necesidad de mostrarlo al mundo entero. No quería decir, "¡Oh, míranos! Nuestros pueblos se están matando entre sí y nosotros vivimos juntos en paz y armonía". Quería mostrar la lucha de tres amigos míos que se encuentran cada uno de ellos en un punto diferente de sus vidas.

Para mí era más importante mostrar a mi gente que un palestino gay es capaz de alzar la voz. Mucha gente dice, "Eres un privilegiado. No todos los palestinos gais viven como tú". Por supuesto que lo soy. Por supuesto que no todos los palestinos gais viven como yo. Pero de este modo puedo hablar de ello, decir que estamos aquí y que existimos, ser un modelo a seguir para otros gais y tratar de cambiar nuestra realidad. Este es el primer paso.

Así que las películas muestran esta idea del judío "salvador" pero, ¿cómo son en el mundo real estas relaciones entre judíos y árabes?
La mayoría de las veces es totalmente lo contrario. Cuando un israelí conoce a un palestino gay aquí, está lleno de prejuicios e ideas equivocadas sobre su procedencia y sobre cómo es su familia. Este encuentro puede cambiar completamente la percepción que cualquier israelí tiene sobre la sociedad palestina y no al revés, porque nosotros sabemos qué está pasando en Tel Aviv, pero ellos no saben qué sucede en nuestras comunidades. Muchos israelíes gais creen que vienen de una comunidad más abierta que la nuestra, piensan que todas las comunidades árabes son como las comunidades judías jasídicas. ¿Cómo pueden decir eso? ¿Por qué piensan que todos los árabes son religiosos, o incluso musulmanes?

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Tel Aviv por lo general se considera la ciudad más liberal de Israel.
Creo que Tel Aviv tiene esa imagen porque en realidad queremos creer que es así. Y por supuesto que Tel Aviv se considera un lugar de mente abierta y el mejor sitio para ser gay en Israel, pero en realidad tienes que ser determinado tipo de persona gay para recibir esta tolerancia y aceptación. De lo contrario, debes luchar mucho para conseguir encontrar tu sitio en esta ciudad, y lo digo como persona que ha tenido que hacerlo.

Me encanta esta ciudad. Yafo —la ciudad donde me crie— y Tel Aviv son realmente los dos únicos lugares de este país en los que podría vivir. Volví a Yafo porque lo echaba de menos y quería introducir un cambio en mi sociedad y entre mis vecinos. No quería conseguir un cambio en Tel Aviv porque Tel Aviv no lo necesita. Y Yafo ha cambiado mucho, hoy en día es más plural y mucha gente joven se muda allí. No es Tel Aviv, pero se parece mucho. Es más calmado y tranquilo.

Pero ya sé qué quieres decir con eso de que Tel Aviv es liberal, lo entiendo perfectamente. A cinco minutos de aquí hay poblaciones donde nos darían una paliza por ser gais, pero la mayoría de las figuras de élite de Tel Aviv, me refiero a las que son gais, son blancas, asquenazíes y aburridas.

¿Puedes hablarme sobre las fiestas que organizas?
Actualmente organizo dos tipos de fiesta. Al principio solo había una, llamada FAHEL, con música electro-house, pero ahora también organizo otra llamada Lila en el bar Shpagat, en la que se escucha una mezcla de música yemení y palestina. Empecé a idear estas fiestas porque quería tener un sitio para mí y para mis amigos pero donde no sonara solamente música árabe. Viene mucha gente árabe de todas las partes del país y eso es muy positivo.

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¿También acuden judíos israelíes?
Sí. Los judíos que vienen —no pondría la mano en el fuego— son gente agradable, de izquierdas y con ganas de fiesta.

No me gustaría nada que pusieras la mano en el fuego. Creo que muchos judíos israelíes gais quieren ser aliados de la comunidad árabe y también que probablemente simplemente disfrutan de tus fiestas pero, ¿su presencia es bienvenida?
En muchas ocasiones la presencia de judíos es superior a la de los árabes y ese no es exactamente nuestro objetivo, pero es que ahora estamos de moda. A mucha gente de aquí le gusta la música de Oriente Medio y la música árabe y muchos judíos asquenazíes quieren formar parte de este evento tan guay. No tengo la sensación de que sean intrusos, pero a veces es un poco triste que haya más judíos que árabes en las fiestas.

O sea, nosotros no boicoteamos a los judíos. Nos anunciamos en Facebook, es algo público, no tratamos de ocultarlo, todo el mundo está invitado. Es complicado, pero también nuestra vida aquí lo es. Jamás iré a una fiesta y pensaré "aquí hay demasiados judíos, me voy".

Nosotros, los israelíes y los árabes, nos comportamos como idiotas. Es ridículo. Me da mucha pena que pase esto por culpa de la religión, es muy preocupante. No tenemos por qué pelear entre nosotros. Yo no quiero aceptar esto como mi realidad, solo quiero que pare esta absurda guerra. A veces tengo la sensación de que el único propósito de esta guerra no es la seguridad, eso no es cierto, el auténtico propósito es impedir que se establezcan relaciones. El muro es como un condón que impide que palestinos e israelíes se mezclen o se acerquen los unos a los otros.

Parece que, en lo que se refiere a la izquierda en Israel, existe más una actitud de cinismo que una actitud de activismo. Parece que no hay mucha fe en la capacidad de cambio de este país.
Yo no conozco a nadie que crea en la capacidad de cambio de este país, pero mi punto de referencia no es este país sino yo mismo. Es muy distinto. Yo quiero cambiar mi realidad en este país ahora. Lo que hagan las generaciones venideras depende de ellas.