Imagen por VICE News
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Javier Valdéz era un reportero especializado en la cobertura del crimen organizado en Sinaloa, la cuna de los capos del narcotráfico en México. Su columna Mala Yerba era un referente local para conocer lo que sucedía en el tema de los cárteles de la droga.
Fue autor de varios libros, entre ellos Malayerba, Miss Narco, Huérfanos del narco y Levantones: historias reales de desparecidos y víctimas del narco. El último, Narcoperiodismo, era un homenaje a todos aquellos reporteros que, como él, se sobreponían al miedo de morir para continuar informando."Narcoperiodismo es un libro amargo y conmovedor, sus páginas aún huelen a sangre seca, a reportero mutilado, pero también a esperanza, a cuaderno de notas e ilusión de mujeres y hombres periodistas que en Tamaulipas —Mataulipas, como amargamente le llaman— Culiacán, Veracruz, la Ciudad de México, Jalisco… hacen del duro oficio del periodismo, una lucha incansable por crear conciencia en un país devastado", se lee en el último párrafo de la contraportada de su más reciente obra.La muerte de Javier Valdez es el quinto homicidio contra comunicadores en lo que va del año, según la ONG Artículo 19: sí, el cronista, uno de los periodistas con mayor conocimiento de narcotráfico en México se convirtió en el último asesinado, en un país donde ejercer el periodismo es más peligroso que hacerlo en Afganistán, una zona de guerra.Asesinan a la periodista mexicana Miroslava Breach, la tercera en lo que va de marzo. Leer más aquí.
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