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Elecciones 2019

La fachada del PP cayéndose es la mejor metáfora de la campaña de Casado

"Valor seguro".
2019-04-11
Fotografías por la autora

"A veces la vida es hermosa. Como cuando le cascas las patas a un cangrejo". A veces la realidad nos explota en la cara como el líquido de las gambas al pelarlas y nos damos cuenta de pronto de que la armonía existe y de que que la armonía exista es algo bonito. Por inevitable y por necesario.

Entonces nos hacemos conscientes, aunque sea por unos segundos, de que la casualidad no es más que la causalidad que ignoramos y que, mal que bien, la realidad nos devuelve lo que le entregamos. Algunos lo llaman karma, otros justicia poética. Yo prefiero referirme a esos momentos como "pequeñas y dulces treguas en nuestras miserables existencias basadas en hacernos tuppers e ir al curro y hacernos tuppers e ir al curro y hacernos tuppers e ir al curro hasta que llega el viernes y nos doblamos tres litros de Chipys para olvidarnos de que nuestras existencias son miserables".

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El caso es que ayer en Génova 13 la vida fue hermosa. Resulta que mañana empieza la campaña electoral y el PP había decidido cubrir la fachada de su sede —sí, esa pagada con dinero negro— con la cara de su candidato a la presidencia. Hasta ahí todo bien. Pero andaban los operarios colocando la enorme lona con el jeto del buen chico Pablo Casado y el lema "Valor seguro" cuando unos cascotes se desprendieron de la fachada y cayeron a la vía pública. La Policía procedió entonces a acordonar la zona para evitar peligros. El meme se hizo solo.

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Porque la caída de los cascotes de Génova 13 no es solo la caída de los cascotes de Génova 13; es, como que el inicio de la campaña caiga en viernes de Dolores, una enorme metáfora. Una constatación de que la realidad cuando más mola es cuando toma cariz de ficción o cuando nos hace intuir que aquello que pensaba Aristóteles sobre el motor inmóvil "responsable de toda la plenitud y el orden en el mundo sensible" debía ser cierto.

Porque, ¿quién si no un motor inmóvil que todo lo abarca y todo lo ordena podría ser responsable de esa plenitud, de ese orden del mundo sensible al cual nos referimos como azar que ha provocado que unos pedruños se desprendan del buque insignia del Partido Popular justo en el momento en el que se anunciaban ante Madrid y España como un "valor seguro"?

El pequeño boquete de la fachada de Génova 13 es una alegoría de lo que, actualmente, representa el Partido Popular en el tablero político: un ente gris y en ruinas, una amenaza para los viandantes que se ve en la obligación de taparse con banderas, de usar el comodín de la seguridad, de la tranquilidad. Como Alvarito, el niño de la piscina de Teruel.

Porque no les queda otra. Porque les están adelantando por la derecha y ahora hay quien recorre más pueblos de la Meseta y hace paelladas más guapas en las monterías y exhibe rojigualdas más grandes. Y ligeramente —muy ligeramente— por la izquierda también quien encarna esa tibieza, ese afabilidad del cuñado —y entiéndase cuñado en el sentido preirónico del término, novio de hermano/a— perfecto.

Después del susto, la cara de Pablo Casado ya mira hacia la Plaza de Colón, que alberga la mayor bandera de España de nuestro país. 94 metros cuadrados de tela, 35 kilos que ondean al viento. Sí, a veces la vida es hermosa.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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