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Cómo calificar el desempeño en la Summer League de la NBA como un cazatalentos

Cada verano surgen nuevos jugadores en Las Vegas que se lucen en la Summer League. Sin embargo, su gran juego no siempre es garantía de éxito. ¿En qué deberían fijarse los fans para determinar si un jugador podrá romperla en la NBA?

No es fácil calificar apropiadamente una Summer League de la NBA.

La calidad de juego es mayor a la de un partido promedio de la NCAA, pero menor al de la NBA. Los equipos se forman apresuradamente y se les da menos de una semana para aprenderse los nombres de cada uno, crear una estrategia de juego, y viajar a Las Vegas. Una vez ahí, juegan cinco o más partidos en un período de siete días. Los planteles están conformados por novatos seleccionados en el draft más reciente de la NBA que debutarán en la liga, jugadores de segunda y tercera división que intentan demostrar que son demasiado buenos para la Summer League, veteranos de ligas profesionales en el extranjero en su última oportunidad para entrar a los campamentos de entrenamiento, y más de un puñado de chichos que jamás verán minutos en una temporada regular de la NBA. Algunos equipos carecen de un jugador base de alta calidad, otros carecen de rebotes o protección en el tablero o tiros.

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Y, a pesar de ello, a lo largo de una semana a mediados de julio los adictos al basquetbol siempre tienen reacciones exageradas.

En 2002, Nikoloz Tskitishvili ganó el MVP de ls Summer League. Cuatro años después Randy Foye. En 2012, Josh Selby recogió el trofeo. Todos los veranos hay jugadores que se ven bien en Las Vegas pero que fracasan para replicar su trabajo en la NBA, y viceversa. ¿Cómo olvidar al inmortal Glen Rice Jr.? ¿O aquella ocasión que Anthony Randolph eclipsó a su compañero de nombre Steph Curry?

Por supuesto, esto no quiere decir que la Summer League se una pérdida de tiempo. Además de ser muy divertida es una gran oportunidad para calificar a la siguiente ola de talento en la NBA. Los equipos de la liga mandan cazatalentos a Las Vegas. Estoy es lo que buscan.

Velocidad

A diferencia del basquetbol universitario, la Summer League está llena de adultos. Mientras la mayoría de los jugadores seleccionados en la primera ronda del draft de la NBA son todavía adolescentes, la mayoría de los jugadores compitiendo en Las Vegas son un poco más grandes y cuentan con el físico requerido en el circuito profesional o han jugado a la velocidad de la NBA en algún punto de sus carreras.

Por lo tanto, los cazatalentos tienen la primera oportunidad de ver cómo se adaptan los novatos —o se les dificulta adaptarse— al ritmo más veloz de la NBA. En este video, el novato de los Lakers de Los Ángeles, Lonzo Ball, se enfrenta al novato de los Mavericks de Dallas, Dennis Smith Jr. Los Mavericks abren la duela y generan una pantalla falsa sobre Ball, la cual anticipa obligando al portador del balón a dirigirse hacia un lado con la expectativa de que su compañero defendiendo la pantalla se muestre la detenerlo. El problema es que los Mavericks jamás la ejecutan. En su lugar, hacen una pantalla falsa y dejan el espacio abierto para atacar el tablero.

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Se trata de una jugada clásica en la NBA, característica del entrenador de Dallas, Rick Carlisle. Ball es muy lento para reaccionar a la pantalla falsa y regala el espacio hacia el aro.

Lonzo Ball tiene el talento. ¿Tendrá también la velocidad? Foto: Stephen R. Sylvanie-USA TODAY Sports

Desde luego, la velocidad por sí sola es sólo un aspecto de lo que se necesita en la NBA. Los cazatalentos también buscan jugadores capaces de cambiar el ritmo y mantenerlo a lo largo del partido. Muchas veces, los jugadores muy atléticos se quedan en una velocidad, corriendo por toda la duela sin mayor impacto. A algunos les toma años entender cómo regular su intensidad; otros parecen tener un ritmo natural en su juego. Basta ver lo efectivo que es este contragolpe de Kyle "Slow-Mo" Anderson a pesar de que nunca parece cambiar de segunda velocidad.

Fuerza

Si la velocidad en la NBA está un nivel arriba del basquetbol universitario, el físico de la liga está muy por encima. Si tienes el presupuesto para comprar boletos en primera fila o eres lo suficientemente afortunado para hacerte de un par, notarás lo divertido que es contar el número de faltas que reclamarías si estuvieras jugando.

Pongamos de ejemplo a Jack Cooley. Mide más de dos metros y pesa casi 114 kilos. Cada vez que alguien tira, Cooley choca su cuerpo con el rival más cercano. Cuando Cooley se apodera de un rebote, lo primero que hace es soltar sus codos hacia atrás contra el pecho del mismo rival, intentando generar contacto y poder anotar.

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Probablemente jamás veamos a Cooley en la NBA, pero si te enfrentas a él en la Summer League con poca fuerza, te mandará del otro lado de la duela y te llevarás uno que otro moretón. En la NBA, los grandulones necesitan aprender cómo atacar el aro con intención y terminar con contacto que en la NCAA sería una falta. Es raro el jugador joven que sabe aprovechar esto.

Saber tirar

La Summer League es un proceso más que los resultados obtenidos, sobre todo al momento de tirar. ya que los equipos sólo juegan un puñado de partidos, la eficiencia de tiros tiende a variar; si un jugador tiene una o dos noches de descanso su eficiencia total será terrible.

Por ende, uno tiene que dejar de lado los números. ¿Qué importa de verdad? Primero, observar si los jugadores que pasan más tiempo con el balón despliegan un entendimiento básico en la elección de sus tiros. En Las Vegas es particularmente fácil para un jugador hacerse del balón. Los defensores apenas se conocen, y qué decir de los planes de juego defensivos. Los jugadores con grandes cantidades de tiros y muchos minutos de juego se pueden salir con la suya en un uno a uno mucho; esto no suele pasar en al NBA con tanta regularidad.

Muchos jugadores pueden verse como Russell Westbrook en la Summer League —Rice Jr. es un buen ejemplo— pero pocos pueden penetrar defensas en el circuito profesional.

Tyler Lydon tuvo problemas para tirar en la Summer League, una mala señal. Foto: Mike Konezny-USA TODAY Sports

Segundo, los jugadores in balón tienen que buscar formas de generarse espacio. En ocasiones esto depende mucho del talento que los rodee. Si un equipo de Summer League carece de un jugador que pueda atraer la marca en una doble marcación o un base que pueda generar a la ofensiva exitosamente, entonces todo se torna más difícil para los tiradores.

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Sin embargo, la mayoría de los tiradores prospecto de élite han desarrollado pequeños trucos para encontrar ángulos y poder generarse espacio. El timing en los recortes, la rapidez para soltar el balón, el juego de pies la momento de atrapar la pelota —todo esto puede marcar la diferencia—. Kyle Korver y Klay Thompson son especialistas para ejecutar este tipo de jugadas. Algunos jugadores en la Summer League muestran destellos de estos conocimientos básicos.

Juego de pies y conceptos básicos

Ante rivales más grandes, fuertes y rápidos, las debilidades en el juego de pies y conceptos básicos de un jugador pueden quedar al descubierto. Pon a un jugador promedio en una cancha vacía y verás un arsenal de movimientos; añade unos cuantos codazos, un poco de velocidad, y músculos rivales, y cada error se vuelve fatal.

En la defensa, los grandulones que en el circuito universitario se apoyaban en su altura y habilidad para saltar se ven obligados a disputar el balón en el tablero ante rivales de su mismo físico, o ante bases más rápidos y habilidosos. Saber leer sus tareas defensivas o anticipar a sus rivales es tan importante como bloquear tiros. El Heat de Miami permitió 100 puntos en un partido de 40 minutos, pero esto no quiere decir que Bam Adebayo no sepa proteger el aro, significa que tienes que apreciar sus movimientos individuales sobre la duela a pesar de todo lo que se desarrolla en el partido.

Al final del día, la Summer League es muy parecida a un equipo de práctica con pretensiones. Los detalles importan mucho más que los resultados. Los jugadores que impresionan en los dos lados de la duela —como los novatos Donovan Mitchell, De'Aron Fox, Ball, y Smith Jr.—probablemente jugarán de la misma manera en la NBA. Para la gran mayoría restante, no será tan fácil.