Una fiesta debe ser algo más que gay para calificar como "queer"
Fotografía por Santiago Felipe/The Culture Whore

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Una fiesta debe ser algo más que gay para calificar como "queer"

Llamar a algo "queer" viene con la responsabilidad de estar a la altura de todo lo que el concepto engloba.

Este artículo se publicó originalmente en THUMP EUA.

Este mes, THUMP rinde homenaje al orgullo LGBTIQ celebrando su cultura y la vida nocturna. Sigue nuestra cobertura aquí.

La semana pasada, una revista gay me pidió contribuir a una lista de fiestas en Nueva York que ofrecieran espacios seguros para la comunidad LGBTIQ. A pesar de considerarme una auto-proclamada chica fiestera internacional –una que ha estado de DJ y haciendo fiestas "queer" por los últimos 5 años– me sentí perpleja.

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Mientras que la vida nocturna LGBTIQ está teniendo un renacimiento en Nueva York, con un número de fiestas que se centran en las mujeres queer –como Ladyfag's Battle Hymn, las afamadas fiestas de Casa Diva; o las fiestas On Top de Susanne Bartsch y la noche lésbica mensual en Dagger –me di cuenta de que había muy pocos eventos donde realmente me sintiera segura como una mujer trans. Lo que me llevó a una pregunta mayor: ¿por qué hay tan pocas fiestas "queer" que efectivamente engloben todo el amplio espectro de lo queer?

Recibo mucha presión por estar abiertamente en contra de la invisibilización de lo femenino y lo trans en la vida nocturna. Pero como una mujer trans, muchas veces siento que si no levanto la voz yo, ¿quién lo hará? Algunas veces, cuando expreso alguna crítica sobre una supuesta fiesta "queer" estando demasiado centrada en los hombres, yo misma me enfrento a las reacciones de miembros de la comunidad LGBTIQ. Muchas veces alguien dirá, "Bueno, hace dos años, tu eras un hombre gay, así que ¿quién eres tú para hablar?"

Es casi como si la vida nocturna queer no se ha puesto al corriente con el diálogo cultural alrededor de los problemas de los trans. Hay un incremento en la visibilidad trans en el mainstream –que empezó con la portada de Time de "Transgender Tipping Point" en 2014 y la consecuente entrevista de Diane Sawyer a Caitlyn Jenner el siguiente año– esto ha resultado en una nueva generación de mujeres trans que se ven a sí mismas representadas en los medios y que pueden accesar a una comunidad que piensa igual que ellos en el Internet, y son expuestos no solamente a las herramientas de la transición de género, sino a la idea de ello, desde una etapa mucho más temprana.

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¿Por qué hay tan pocas fiestas "queer" que efectivamente engloben el espectro completo de lo que es "ser queer"?

Sin embargo, por décadas, la mayoría de las mujeres trans como yo han actualizado sus identidades, muchas veces dentro del espacio de clubes LGBTIQ. Para muchos de nosotros que primero nos identificamos como hombres gay y luego pasamos a la transición, nuestros círculos sociales gay y queer fungen como una familia, grupo social y citas potenciales, todo en uno. Todavía queremos salir a bailar con nuestras hermanas, pero no siempre nos sentimos bienvenidos de la misma manera.

Recientemente, fui a una fiesta sexual de hombres gay en un lugar de afters queer para celebrar el cumpleaños de un amigo, y después de una hora, mis amigos me habían abandonado para ir a jugar al cuarto oscuro –un lugar en el que no me sentía bienvenida. Pasar de ser gay a ser trans es un pinche trip, neta.

Esta sensación de separación puede ser una onda de lenguaje. El significado de queer ha evolucionado a lo largo del tiempo, resultando en una división generacional en cómo es que la gente percibe su significado. Empezando en los inicios de los 1900s, "queer" era usado como un sinónimo de "gay". En los 70s, la palabra fue reclamada por los activistas LGBTIQ e intelectuales en su lucha por los derechos gay –de ahí el popular canto "We're here, we're queer, get used to it".

Fiesteros Queer . Fotografía por Erez Avissar.

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En un articulo de 2016 en el New York Times Magazine llamado "Cuando cualquiera puede ser 'queer' ¿realmente alguien lo es?", la escritora Jenna Wortham desenredó las nebulosas definiciones y connotaciones políticas alrededor del término, explicando como sería reclamado por la comunidad LGBTQ desde lo peyorativo hasta convertirlo en un término auto aplicado de empoderamiento. El ser Queer, escribió, deriva su poder radical por la inclusividad. "Pero esa inclusividad", continuó, "ofrece una falsa promesa de equidad que no se traduce a la realidad de la mayoría de las personas queer."

Parte de lo que está llevando a la adopción del término por la comunidad LGBTQ es una batalla en contra de las rígidas ideas y definiciones de la sexualidad que fueron prominentes en el movimiento de los derechos gays por mucho tiempo. Esencialmente, "queer" ha trascendido orientaciones sexuales como "gay" o "hetero" y se ha convertido en un término de identidad propia para aquellos que eligen vivir en contra de las normas de sexualidad y género.

Tu no escoges ser gay, pero creo uno si escoge el ser queer. Esa elección –el rechazar la heteronormatividad y los estándares patriarcales– es la raíz del ser queer. No todas las personas gay son queer y a la inversa. Lo Queer es la intersección de lo político y lo personal, una manera de contabilizar como lo personal se puede convertir en algo político. Te puede informar por quien vas a votar, la música que escuchas, el arte y los medios que consumimos.

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Pero cuando aplicas la idea de lo queer a la vida nocturna, las cosas pueden tornarse arriesgadas. No puedes llamar a una party "queer" nada más porque si; Llamar a algo "queer" –o usar cualquier número de palabras relacionadas o similitudes estéticas en tus flyers –viene con cierto nivel de responsabilidad para poder estar a la altura de lo que el término engloba. Y no hay lugar donde la tensión sea más visible que en la vida nocturna.

El ser queer hace notorio como los asuntos personales se pueden convertir en algo político.

¿Cómo una fiesta puede reclamar el ser "queer" si si line up no es diverso, el cover es demasiado alto y no hay accesibilidad para aquellos que tengan capacidades diferentes, o se hacen en un lugar donde el staff del club y la seguridad podrían ir en contra de las personas de color o de los individuos que no están conformes con ningún género? La vida nocturna LGTBIQ está aún predominada por los hombres gay blancos cisgénero, así que ¿cómo puede ser una fiesta "queer" cuando no incluye a todo el arcoiris?

Hoy en día, hay fiestas queer vibrantes en cada gran ciudad de los EUA, así como las hay en zonas menos pobladas. Pero el hecho continúa siendo que las fiestas que obtienen mayor cobertura de los medios mainstream son estas fiestas gay que mencionamos anteriormente, lo que significa que hay más capital para ellos y resulta en que menos fiestas se producen por y para aquellas comunidades más maginalizadas de personas queer.

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Es fácil llenar un lugar con un talentoso DJ cis gay que toque house o techno. Es más arriesgado el diversificar tu lineup y cruzar los dedos para que algún fiestero que haya ido a Brooklyn vaya a bailar después de echarse un popper y ver a una mujer en los decks y aún así sentirse lo suficientemente cómodo para dejarse ir.

La invisibilización femenina en la vida nocturna no está limitada a las mujeres trans. Hay muy pocos bares lésbicos en Nueva York –como Henrietta Hudson y Cubbyhole en West Village y Ginger's en Brooklyn– e incluso teniendo esos la escena está muriendo. Mas allá, mientras ya hay más atención para las DJs lesbianas de parte de la vida nocturna centrada en los hombres gay, estas mujeres muchas veces no obtienen el mismo tipo de reconocimiento y oportunidades que sus contrapartes masculinas. Similarmente, mientras existen estos espacios en Nueva York que tratan de centrarse en personas trans y en personas que no están conformes con su género, estos individuos todavía están muy poco representados en la mayoría de la vida nocturna LGBTIQ.

Si vamos a esperar que el mundo que está afuera de nuestros pequeños círculos para captar la importancia de la diversidad e inclusividad, necesitamos seguir haciendo la labor de celebrar a aquellos cuya visibilidad importa. Eso significa que si eres un promotor o productor, debes poner más esfuerzo en bookear lineups más diversos –no para cumplir la cuota sino porque esos artistas son una parte esencial de tu escena.

La conclusión es que las mujeres queer, las personas trans, las personas de color, las personas con discapacidades, las que son neurodivergentes y las personas sin acceso a capital y privilegios deben estar en estas fiestas. Estamos presentes. Pagamos cover –bueno, yo no ya que siempre estoy en la lista – pero si compramos drinks, y estamos en las fotos de la fiesta. No somos tokens o aberraciones; somos parte de la comunidad. Eso significa que debemos estar representados en el lineup también –de otra manera, la vida nocturna jamás será queer.