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Recordando la profética expulsión de Steven Gerrard en el derbi de Merseyside

Aquella primera expulsión del joven Steven Gerrard en el lejano otoño de 1999, sería la epítome de su carrera.
PA Images

El otoño ha descendido rápidamente sobre Merseyside. Las hojas con color a óxido se mueven sobre las calles semidesiertas. Todo está envuelto en un silencio incómodo, las casas, parques y los lugares de reunión de todos los días están habitados por unos cuantos. Desde Wavertree hasta Kirkdale, Toxteth y Walton, Liverpool parece haberse cansado de sus residentes. Después, junto con la brisa se levanta un estruendo conforme uno se acerca a las gradas de Anfield.

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Se juega el derbi de Merseyside, el equipo local está abajo en el marcador por un gol de sus acérrimos rivales. Ambos equipos ya sólo cuentan con 10 hombres en el campo, luego de que Sander Westerveld y Francis Jeffers fueran expulsados por una bronca minutos antes. Los fans del Liverpool apoyan a su equipo, desesperados para no ceder tres puntos al Everton por primera vez desde el otoño de 1995. Entonces, de la nada, el partido se decide. En tan sólo su segunda participación en contra del Everton, el joven Steven Gerrard deja la pierna levantada sobre Kevin Campbell y le pasa por encima. Rápida e inevitablemente, el árbitro le muestra la tarjeta roja.

La falta de Gerrard se produce cerca de los 2:30 minutos

Esta fue la primera expulsión en la carrera profesional de Gerrard, y estableció un precedente para lo que después sucedería. Fue un incidente que definió sus primeros años como jugador del Liverpool, y conforme la memoria se fue acortando y el dolor de la derrota agudizando, Gerrard se convirtió en el favorito de los fans por la perversidad de la jugada. Por una parte, Gerrard nunca perdería su racha de indisciplina, luego de recibir siete expulsiones más durante su carrera con el Liverpool —muchas más que cualquiera de sus compañeros en el mismo período te tiempo—. En uno de sus partidos finales con el club, transcurrieron sólo 38 segundos para que saliera de la cancha por un pisotón innecesario sobre Ander Herrera. El Manchester United ganaría ese partido 2-1 pero, una vez más, es seguro que la jugada haya desencadenado más afecto por "Stevie G".

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Cuando Gerrard no estaba ocupado atormentando a otras personas en el derbi, se aseguraba de ganar partidos mientras cometía otro tipo de infracciones disciplinarias. El partido donde recibió su primer tarjeta roja es el último en el que Everton ha ganado de visitante durante toda su estancia en Liverpool, en aquel lejano mes de septiembre de 1999. Gran parte del éxito del Liverpool en la siguiente década y media fue gracias a Gerrard, quien a lo largo de su carrera demostró ser un jugador constante y destacado en los momentos que más se le necesitaba. Le anotó 10 goles al Everton, tres goles menos que al Aston Villa. El tercer equipo en la lista al que le clavó más goles fue, desde luego, el Manchester United con 9 descalabros.

Gerrard es expulsado en su último derbi ante el United en marzo de 2015 // PA Images

Si hay algo que Gerrard aprendió de aquella tarjeta roja fue a canalizar su agresión. Lo inspiró para concretar la epifanía de intervenir cuando más se le requería, tal y como su gol de larga distancia ante el Everton lo demuestra. Con eso no quiere decir que su espíritu competitivo siempre se mantuvo bajo control en los partidos de derbi; seis años después de su primera tarjeta roja ante el Everton, fue expulsado por una entrada despiadada sobre Kevin Kilbane en Anfield. El Liverpool se las arregló para ganar ese partido sin él, y desde entonces sólo vio tarjetas amarillas cuando se medía ante sus enemigos.

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Aunque su primera expulsión se dio al final de una dolorosa derrota, Gerrard reafirmó su posición como uno de los favoritos del público, en especial cuando se recuerda las hazañas que lograrían gracias él. La pasión que lo envolvía cada vez que enfrentaba al Everton fue precisamente lo que lo convirtió en el favorito de los fans para portar la capitanía, porque entendía el significado del derbi regional, y manifestaba la genuina rivalidad entre ambas aficiones. Gerrard era fanático y futbolista, y hacía lo que todo seguidor del Liverpool haría durante un partido en Anfield. Si los papeles se revirtieran, un fan del Everton habría hecho lo mismo. Se trata de un aspecto del derbi de Merseyside que, con la baja en el número de jóvenes seguidores, parece estar menos presente en la actualidad.

Gerrard es una postal de emoción pura después de su vergonzoso tropiezo ante el Chelsea // PA Images

Aunque la agresión, compromiso y el amor desafiante hacia el Liverpool fue lo que convirtió a Gerrard en un jugador amado, su terrible entrada sobre Kevin Campbell también reveló uno de sus defectos más profundos. Aquella falta irracional es la epítome de la carrera de Gerard, no sólo porque concentra su deseo para impresionar a sus seguidores, sino también porque en ocasiones se comprometía tanto que se olvidaba de sí y le afectaba. El mejor ejemplo es el desafortunado resbalón ante el Chelsea, cuando se dedico a disparar desde lejos todo el partido para enmendar su error. Pero, desafortunadamente, no fue lo que el equipo necesitaba. Lo intentó demasiado, y así fue como su última oportunidad para hacerse de un campeonato se le fue de las manos.

Por injusto que sea definir la carrera de Gerrard por no haber ganado la Premier League, sigue siendo una ausencia escandalosa dentro de una lista de honores que van desde trofeos nacionales hasta la preciada Champions League. En efecto, la ausencia de un título de liga sólo surge por el hecho que logró ganar todo lo demás. Si hay algo que Gerrard podría arrepentirse en el retiro es su amor por un club que no la pasó nada bien después de aquel funesto resbalón, a nada de poder asegurar la gloria en la Premier para el Liverpool. Lo mismo se podría decir de aquella entrada sobre Kevin Campbell, cuando su única intención era llenar de orgullo a los fans.

@W_F_Magee