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Identidad

Prevenir la violación con solo pulsar un botón

Después de que la hermana de Jacqueline Ros fuera violada, creó Revolar, un pequeño dispositivo que puedes llevar encima y que envía alertas personalizadas a tus amigos o familiares cuando te sientes en peligro, o solamente intranquila.
Photo by Lauren Naefe via Stocksy

Cuando la hermana pequeña de Jacqueline Ros fue agredida sexualmente, primero por una persona de su entorno y después otra vez por un agresor en un aparcamiento, Ros deseó haber podido intervenir. Pero, ¿cómo puedes ayudar a alguien si no sabes que está en peligro? Sacar el móvil —y mucho menos buscar tu ubicación y llamar a un familiar o amigo— no es exactamente fácil o seguro durante una agresión. Ros deseó que fuera más fácil para las víctimas contactar con sus seres queridos en momentos de necesidad y hablar con ellos de antemano ante la posibilidad de que algún día podrían necesitarles.

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Aunque en aquel momento ella no pudo salvar a su hermana, Ros creó una forma de ayudarla a ella y a otras personas a mantenerse seguras en el futuro, y tiene forma de diminuto botón que puede engancharse en la ropa.

La idea de Revolar (es decir, "volver a volar") surgió en un curso de formación empresarial durante el último año de universidad de Ros. Cuando el profesor pidió a los alumnos que pensaran en un problema del mundo real e idearan una solución, inmediatamente le vino a la mente su hermana, en peligro, pulsando un botón. Su hermana se emocionó cuando Ros le contó la idea y, tras una charla con su profesor, decidió sacarla del aula.

Tras licenciarse en Estudios Internacionales y Español, Ros empezó a trabajar con Teach for America para ahorrar dinero y después aceptó varios trabajos a media jornada mientras creaba su startup. Después de una exitosa campaña en Kickstarter, de la finalización del programa de aceleración de Boulder Techstars en 2015 y de conseguir financiación mediante el Foundry Group, Ros ha conseguido más de 3,5 millones de dólares para Revolar, que empezó a aceptar prepedidos el 15 de marzo y aparecerá en las tiendas el 22 de abril.

Este pequeño dispositivo de plástico, que mide menos de 5 cm de largo, cuenta con un botón que las usuarias pueden pulsar dos o tres veces para enviar mediante mensaje de texto su ubicación GPS a grupos predeterminados de personas. Dos pulsaciones, por ejemplo, pueden enviar un mensaje a unos cuantos amigos para hacerles saber que estás intranquila, mientras que tres pulsaciones indicarían a tu familia que debe llamar a la policía. Dado que cada usuaria determina qué significan esas señales para ellas, la gente debe hablar de antemano con sus seres queridos sobre sus preocupaciones en torno a la seguridad.

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"En cierto modo se trata de iniciar esas conversaciones incómodas que mucha gente no está segura de poder tener", afirmó Ros. "Entregar este dispositivo a un ser amado es como decirle que deseas que forme parte de esa conversación relacionada con tu seguridad".

Esta conversación continúa después de que las usuarias pulsen su Revolar. "Si mi hermana hubiera pulsado este botón yo podría haber ido a su lado y preguntarle si estaba bien, y ella habría tenido oportunidad de explicarme qué le acababa de pasar y por qué había llamado buscando ayuda. Se habría sentido mucho menos sola", indicó Ros.

Foto por Alec Tremaine

La posibilidad de pedir ayuda en situaciones que son incómodas pero no necesariamente peligrosas es lo que distingue a Revolar de otros dispositivos como Wearsafe y Life Alert, que están ideados solo para emergencias. Al igual que Wearsafe, Revolar está diseñado para llevarlo discretamente en la ropa o en el llavero (Ros lo engancha a su sujetador con un clip). Más que proteger a las personas de amenazas individuales, Ros espera poder atender a la cultura del miedo que las mujeres y otros grupos vulnerables experimentan cada día.

Revolar también tiene como fin combatir la culpabilización y la duda que recaen sobre las víctimas de agresiones sexuales. "Cuando una mujer denuncia [una agresión sexual], [las autoridades] le preguntan '¿Cuánto habías bebido?', '¿Qué llevabas puesto?' y otras preguntas que no le harían si le hubieran robado el coche", explicó Ros. Aunque las víctimas de violencia sexual no deberían tener que soportar este tipo de actitudes, las usuarias de Revolar que elijan denunciar una agresión a la policía pueden aportar datos que demuestran que pidieron ayuda. Al ofrecer pruebas claras de que un encuentro no fue consentido, el dispositivo puede prevenir la revictimización que a menudo conlleva que duden de ti.

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Ros no diseñó Revolar para que contactara directamente con la policía, precisamente porque la respuesta de las fuerzas de orden puede ser bastante desagradable. "No queremos obligar a las víctimas a que denuncien", afirmó. "No todo el mundo está listo para denunciar ante la policía y yo creo firmemente en respetar la privacidad y la elección de cada uno. [Las usuarias de Revolar] tienen los datos, que pueden utilizar o decidir no hacerlo, eso depende de ellas". Añadió que muchos departamentos de policía sencillamente carecen de la infraestructura necesaria para recibir este tipo de alertas. Para aquellas usuarias que deseen programar contactos más allá de sus propios familiares y amigos, la compañía va a añadir un servicio de vigilancia 24 horas el próximo verano.

Cuando Ros y su equipo han presentado Revolar en conferencias y lo han probado con usuarios beta, se han dado cuenta de que puede utilizarse para mucho más que solo las agresiones sexuales. Puede ofrecer a la gente con alergias y otras afecciones médicas una forma de comunicarse cuando necesitan ayuda y puede suscitar diálogos sobre salud mental, además de sobre seguridad.

"Varias personas se han acercado a mí y me han dicho que cuando sufrían de depresión y tenían pensamientos suicidas les resultaba muy difícil coger el teléfono, pero tener un botón les ayuda a iniciar esa conversación", afirmó Ros.

Aunque Revolar se venderá inicialmente en EE. UU. y Canadá, Ros, que es colombiana y vivió en Cuidad de México durante cuatro años, afirma que espera llevar Revolar a otras regiones con una necesidad especialmente elevada de alternativas a la actuación policial. En EE. UU., afirmó, "somos muy privilegiados pensando que llamar a la policía es lo correcto".

Como joven latinoamericana, Ros encuentra con frecuencia escepticismo por parte de los miembros de la industria tecnológica. "Los inversores tienden a invertir en lo que conocen y yo no tengo la experiencia y los conocimientos del típico CEO de una compañía de tecnología", indicó. Sin embargo, sus propios inversores reconocen que su experiencia y sus conocimientos ofrecen la perspectiva necesaria para abordar la cultura de la violación de un modo que no tiene precedentes.

"La cultura de la violación consiste en hacer que las personas se sientan aisladas", dijo. "Nuestro dispositivo pretende empoderarlas y conectarlas para que no tengan que afrontar ese tipo de aislamiento".