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VICE World News

La historia del misterioso acuerdo entre la DEA y ‘el criminal más peligroso del mundo’

Paul Le Roux es el presunto cerebro de una red de asesinatos y contrabando de drogas de alcance global. Entonces, ¿por qué el gobierno de Estados Unidos ha decidido negociar la reducción de su condena en secreto?
Joseph Manuel Hunter, qui aurait collaboré avec Le Roux. Ici en 2013. (Photo de Narong Sangnak/EPA)
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Los mercenarios se han reunido en Puket, una isla de la costa oeste de Tailandia que se ha convertido en un paraíso turístico de la indulgencia occidental, para discutir un trabajito. Su misión consiste en poner a buen recaudo 300 kilos de cocaína colombiana. El cargamento viaja de Bahamas a Nueva York. La misión, incorpora también, otros dos trabajos adicionales; o uno solo, según se mire: asesinar a dos personas. Uno es un agente de la DEA, la legendaria agencia antidroga de Estados Unidos. El otro es su soplón, el capitán del barco que transporta el cargamento. Han descubierto que es el responsable de haber filtrado información sobre cargamentos de drogas. Joseph Hunter, un fornido exsargento instructor al que se conoce como "Rambo", es el responsable de informar a los mercenarios de su plan de trabajo.

"Es como cualquier otra misión militar", les cuenta Hunter a sus hombres, cuatro exfrancotiradores de las fuerzas armadas de Estados Unidos, Alemania y Polonia, respectivamente. "Estamos hablando de un asunto serio. Habéis visto de todo, ¿no es cierto? Habéis visto a James Bond en una película y os habéis dicho 'Claro, yo también puedo hacerlo'. Bueno. Pues ha llegado el momento de que lo hagáis. Todo aquello que habéis visto, todo lo que os habíais imaginado, es lo que vais a hacer ahora".

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Hunter se asegura de que los hombres tengan bien claro en qué se están metiendo, y les advierte de las funestas consecuencias que implicaría que alguno de ellos se atreva a robarle a su nuevo jefe.

"Si robáis dinero, lo que sea", les cuenta. "Os van a liquidar".

El problema, cuenta Hunter, es que en este tipo de negocios siempre aparece el típico que se pone avaricioso. Él mismo ha escuchado a tipos que aseguran no haber robado nunca. Hasta que se encuentran con varios fajos de dinero y sienten el impulso irresistible de hincar la mano y de echarse a correr.

"Si no dan con vosotros, darán con vuestras familias", cuenta Hunter. "Van a ir a por vuestros hijos, a por vuestras madres, vuestros padres. No lo sé. Agarrarán a quien puedan agarrar. Porque vaya, igual sois capaces de correr o conseguís esconderos. Pero a alguien encontrarán. Todo el mundo dice que no roba, pero el caso es que hay montones de gente que roba el jodido dinero. Cuando te encuentras delante de un millón de dólares, entonces piensas, 'Podría agarrar este millón y desaparecer'".

Y ya para rematar con su discurso, Hunter les cuenta algunas batallitas: una vez le disparó a un tipo en la mano. A otro lo arrojó al agua desde la cubierta de un yate después de recuperar el dinero robado. Alardea de lo insultantemente fácil que es matar impunemente en África. "Eso no es como un episodio de CSI", bromea. "No tienen nada ni remotamente parecido a toda esa mierda". A veces en lugar de matar, su jefe ha preferido meter en la cárcel a quienes le robaban. Lo ha hecho antes, como en Filipinas, donde tiene a varios policías comprados. O asalariados.

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"Lo que pasa con mi jefe es que él no mata a todo el mundo. A veces no le vale la pena", relata Hunter. "Claro que si te llevas algo, entonces considérate hombre muerto".

Lo que Hunter ignoraba en el momento de contar todo aquello es que su jefe ya le había vendido. Gracias a él, la DEA tuvo acceso a la conversación que acabamos de reproducir. Los agentes estadounidenses y las autoridades tailandesas habían cubierto la residencia de Puket con micrófonos y microcámaras. Los narcos colombianos que le habían propuesto el trabajo a Hunter eran agentes secretos de la DEA haciéndose pasar por narcos. El cargamento de cocaína y el doble asesinato eran puramente una ficción, parte de un elaborado plan para atraparle.

En febrero de 2015 Hunter se declaró culpable de los cargos de posesión de drogas, de armas y de haber sido contratado como sicario. Se espera que el fallo a su sentencia se haga público en mayo de este año en Manhattan — la sentencia ya ha sido aplazada en varias ocasiones — y él se expone a ser condenado, como mínimo, a 10 años de cárcel.

Pero si bien parece que Hunter se pasará la próxima década en la sombra, la situación de su jefe — el presunto responsable de orquestar los asesinatos y los secuestros en el barco intervenido de Hunter — sigue siendo un misterio.

Según los cientos de páginas que acumula el sumario, un sumario al que VICE News ha tenido acceso y que ha podido revisar, además de acceder a las entrevistas realizadas a varias fuentes cercanas al caso, Hunter fue contratado por un tipo que se oculta bajo el nombre de Paul Calder Le Roux. Se trataría de un ciudadano blanco oriundo de Zimbabue, de 43 años, un hombre que también cuenta con pasaportes sudafricano y australiano y de quien lo último que se sabe es que residía en las Filipinas. Según apuntan todos los indicios, Le Roux estaría trabajando a día de hoy como confidente del gobierno. Su trabajo no es otro que delatar a todos sus antiguos socios en los suculentos negocios del narcotráfico y del tráfico de armas.

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La aprehensión de Hunter es una de las muchas que Le Roux habría orquestado conjuntamente con la DEA. El resto de operaciones incluirían un enorme cargamento de metanfetamina en estado puro producido en Corea del Norte; la detención de sendos mercenarios detenidos en Carolina del Norte después de haber sido contratados para cometer asesinatos en Filipinas; y la captura de un empresario israelí que se enfrenta a cargos de venta ilegal online de fármacos a clientes estadounidenses.

La DEA y los fiscales federales neoyorquinos se han abstenido de hacer declaraciones sobre el paradero de Le Roux, o sobre su presunta implicación en el caso Hunter (y en muchos otros). "Lo más probable es que vayas a tener que dejar que los archivos judiciales hablen por sí mismos hasta que se hayan dilucidado responsabilidades", escribe Rusty Paine, portavoz principal de la DEA, en un correo electrónico dirigido a VICE News.

Los archivos del tribunal arrojan muchas luces sobre muchas preguntas, claro que también dejan a muchas otras sumidas en la más absoluta oscuridad — en parte porque gran parte de los documentos han sido archivados como secretos sumariales. Lo que ha trascendido públicamente nos ofrece un retrato de Le Roux como una suerte de retorcido e infatigable cerebro involucrado en toda suerte de tramas criminales internacionales.

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Le Roux es un experto en meterse hasta el tuétano en los fregados más extremos e ingeniárselas para salir siempre ileso. Más allá de los estupefacientes y de las armas, Le Roux habría estado implicado en la creación de una guerrilla ilegal en Somalia, en el tráfico de oro y en el desarrollo de un software de codificación, nada menos. También se relaciona a Le Roux con un yate que naufragó en la isla pacífica de Tonga con un cargamento valorado en 120 millones de cocaína, un yate en el que alguien se quedó atrapado dentro, otro cadáver.

"El señor Le Roux, sea, probablemente, el tipo más peligroso del mundo", cuenta Joseph Friedberg, el abogado defensor de Moran Oz, el empresario israelí a quien se acusa de haber trabajado en una trama farmacéutica junto al enigmático criminal. "No hay nada que no haya hecho".

* * *

El departamento de Justicia no ha mencionado públicamente el nombre de Le Roux, mientras que las demandas interpuestas en los tribunales le describen como a un testigo confidencial. En el caso de Hunter existe una referencia a una orden de registro en una declaración jurada presentada por la DEA el 9 de enero de 2014, en la que se explica cómo el testigo confidencial [Le Roux] habría llegado a un acuerdo con el gobierno.

"La declaración jurada expone que el testigo confidencial había sido acusado por un delito de tráfico de cocaína cuando empezó a cooperar con las fuerzas del orden, después de ser arrestado en septiembre de 2012. Le Roux se declaró culpable en virtud de acuerdo de cooperación que habría suscrito", explican los fiscales. "La declaración jurada también describía los antecedentes penales de Le Roux, entre los que se contaban la dirección de un trama de venta ilegal de fármacos por internet… y el tráfico en sustancias adulteradas, como la metanfetamina; además de orquestación de varios asesinatos; y de otros muchos delitos criminales".

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'Si no os encuentran a vosotros, encontrarán a vuestras familias. Darán con vuestros hijos, con vuestras madres, con vuestros padres'.

Le Roux no ha podido ser localizado para explicarse. De hecho, cuando VICE News envió a los fiscales neoyorquinos sus preguntas sobre Le Roux y sobre el caso Hunter y pidió que se le facilitara una copia de la mencionada orden de registro, James Margolin, el portavoz de la oficina del fiscal en el distrito sur de Nueva York, respondió que "no podemos hacer declaraciones o ser de ninguna utilidad ni para usted ni para sus preguntas. Respecto a la orden de registro de la declaración jurada, que fue interpuesta el 9 de enero de 2014, está forma parte del secreto de sumario, de manera que no se puede hacer pública."

Una de las pocas fotografías que se conocen de Le Roux fue tomada por una cámara de vigilancia del aeropuerto de Galeao, en Río de Janeiro. En ella se ve a un hombre corpulento que luce un polo azul y una barba incipiente, y que lleva el pelo rubio oxigenado. Según el artículo aparecido en el rotativo Folha de Sao Paulo, el más importante de Brasil, Le Roux habría desembarcado en la capital carioca el 19 de mayo de 2012 para abrir una sociedad opaca, negociar con los narcos colombianos y organizar el envío de sendos cargamentos rumbo a Australia y las Filipinas. Según este artículo y otros muchos Le Roux habría sido detenido finalmente en Liberia en septiembre de 2012.

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VICE News ha obtenido documentos de sendos procedimientos legales abiertos en Nueva York y en Minnesota que confirman que Le Roux habría pasado a disposición judicial y que ahora se enfrenta a infinidad de cargos por drogas. Los documentos, un par de escritos de acusación sellados y lo que se conoce como "un escrito de consentimiento para transferir el caso por declaración de culpabilidad y sentencia", indican que Le Roux se habría avenido a declararse culpable de los cargos de haber tramado desplazar clandestinamente la metanfetamina desde Liberia a Nueva York.

En abril de 2012, según un escrito de acusación sellado de la oficina del fiscal del distrito sur de Nueva York, una fuente confidencial de las autoridades de Estados Unidos se hizo pasar por "una organización de narcotraficantes sudamericanos" y expuso su interés "en establecer sucursales en Liberia para la producción de metanfetamina y de cocaína". Un mes después, el 11 de mayo de 2012, Le Roux, se encontró con un representante de la fuente en el barrio de Barra da Tijuaca en Río de Janeiro y se ofreció a suministrar los químicos necesarios, a un farmacéutico y las instalaciones donde producir metanfetamina en Liberia, una sustancia que luego sería trasladada clandestinamente hasta Estados Unidos. Le Roux le pidió a cambio comprar cocaína, una sustancia que su organización planeaba vender en Europa.

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Una semana después del encuentro, Le Roux, que empleó varios nombres en clave, entre ellos Bernard John Bowlins y John Smith, envió sus detalles bancarios para que la fuente estadounidense pudiese abonarle el precio de una muestra de metanfetamina producida en una "habitación limpia" y esterilizada, parecida a la que planeaba construir en Liberia. Poco después, Le Roux envió un paquete que contenía 24'2 gramos de metanfetamina "prácticamente pura". Asimismo propuso intercambiar 100 kilos de metanfetamina por 100 kilos de cocaína.

El otro escrito de acusación federal, interpuesto de manera confidencial en enero de 2014 en el distrito de Minnesota, acusa a Le Roux de una alambicada trama cuyo propósito no fue otro que vender fármacos ilegalmente, como benzodiacepinas Zolpidem y barbitúricos, a sus clientes en Estados Unidos a través de internet. A Le Roux se le acusa igualmente de fraude postal, de fraude electrónico y de conspiración para blanqueo de capitales.

Existen también evidencias de que Le Roux pasó brevemente a disposición de las autoridades federales. Según la Agencia de Prisiones, Le Roux estuvo detenido en el centro de detención metropolitano de Brooklyn, una prisión federal, del 27 de septiembre de 2012 al 4 de septiembre de 2013. El portavoz de la agencia de prisiones, Ed Ross explica que Le Roux estaba retenido a la espera de juicio. También asegura que no existe ninguna otra información que pueda trascender públicamente.

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Según Evan Ratliff, un periodista que está trabajando en un libro sobre Le Roux, y que está a punto de estrenar una serie de siete partes en la web The Atavist dedicada al enigmático delincuente que llevará por título The Mastermind, la DEA detuvo a Le Roux en Liberia después hacerle creer la trama de la metanfetamina, un anzuelo que Le Roux picó sin sospechar nada. Según relata, Le Roux se embarcó en un vuelo comercial rumbo a Monrovia convencido de que iba a reunirse con los narcos colombianos y de que estos iban a intercambiar 100 kilos de cocaína por 100 de metanfetamina.

Las autoridades locales detuvieron a Le Roux después de rechazar el intento de soborno de aquél, y se lo entregaron a la DEA. Según cuenta Ratliff, los federales pusieron a Le Roux inmediatamente en un vuelo fletado rumbo a Estados Unidos. Entonces el presunto cerebro criminal habría intentado resistirse a que le embarcaran. En aquella ocasión decidió oponer idéntica resistencia a la que oponen los manifestantes que se resisten a ser desalojados de una protesta. Una resistencia pasiva.

El gobierno se habría mostrado reticente a negociar un trato con Le Roux. Claro que habida cuenta de que este ya se habría avenido a delatar a sus ex socios, hay que preguntarse la delicada y controvertida pregunta de hasta adonde están dispuestos a llegar los agentes federales estadounidenses para apuntarse casos de gran repercusión. Si bien es verdad que es habitual que los investigadores conviertan a según que sospechosos en confidentes e informadores a cambio de una rebaja de su condena, tal es una práctica que acostumbra a practicarse con tipos que no están en lo alto del escalafón. De hecho, tales confidentes serían la escalera hasta la cumbre. Claro que lo raro es acudir al jefe para que delate a sus comparsas.

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La detención de Rambo, que según los federales es el nombre por el que se conocía a Hunter, se produjo en septiembre de 2013 bajo una estridente cobertura mediática. Entonces VICE News y el Washington Post fueron los primeros en soltar la noticia bomba que informaba de su participación en un caso de tráfico de metanfetamina en Corea del Norte.

El New York Times también ha dedicado una amplia cobertura al caso; a fin de cuentas fue el primer periódico que denunció la participación de Le Roux. El rotativo neoyorquino formuló recientemente una petición al juez que lleva el caso Hunter para que desprecintara los 45 documentos sellados, pues considera que la ocultación de los mismos supone una vulneración de la primera enmienda de la Constitución estadounidense, la que garantiza "el derecho del público a acceder a los documentos judiciales". Hasta la fecha la petición del Times ya ha provocado que se haya decretado la apertura de seis escritos de acusación y de sus correspondientes órdenes de arresto. También ha trascendido una carta una carta dirigida desde el gobierno hasta el tribunal que había sido sellada en septiembre de 2013.

El abogado de Hunter, Marlon Kirton, ha identificado la presencia de Le Roux en múltiples archivos judiciales, y ha argumentado que su cliente se habría limitado a seguir las órdenes que había recibido. Y respecto al plan de asesinar a un agente de la DEA y de trasladar drogas clandestinamente, ha declarado que no fue más que una trama elaborada por la agencia antidroga estadounidense.

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En virtud de todo ello, considera que Hunter debería de recibir la sentencia mínima. Kirton, de hecho, asegura también que ha hablado con una fuente de las fuerzas del orden que ha descrito a Le Roux como a una suerte de "Viktor Bout pasado de esteroides", en alusión al brutal traficante de armas ruso al que se bautizó en su día como al "Mercader de la muerte". Kirton defiende que Hunter está muy asustado porque ya ha visto como se habría asesinado a otros desdichados que intentaron dejar a Le Roux en la estacada y abandonar su organización criminal.

"Estamos convencidos de que el señor Le Roux acudió a las amenazas forzosas y a la intimidación desde el primer momento en que se asoció con Hunter", escribe Kirton. "Le Roux está implicado en tráfico internacional de narcóticos, de armas de fuego; se le acusa de haber organizado guerrillas de mercenarios para desestabilizar gobiernos, de sobornar a funcionarios, de pornografía, de tráfico de comprimidos con receta y de asesinato. El señor Le Roux asesinó, al menos, a dos de sus antiguos socios porque no cumplieron con sus órdenes; o, incluso, puramente, porque estaba convencido de que aquellos le habrían robado".

Kirton ha tachado a Le Roux de "peligroso asesino enajenado" y denuncia a la DEA por su inadmisible conducta a la hora de negociar con tamaño psicópata. "Al señor Hunter le tendieron una trampa, una emboscada tramada por el sociópata asesino de su testigo", ha escrito Kirton.

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Los fiscales, por su parte, han respondido que Hunter participó en la trama de conspiración de asesinato y de tráfico de drogas de manera "activa y voluntaria". Igualmente, reivindican que la implicación de Le Roux es de recibo, puesto que, básicamente, los agentes federales negocian con tipos como él todo el tiempo. "El uso por parte del gobierno de testigos colaboradores que cuentan con violentos antecedentes penales es un lugar común en todas las emboscadas. Los fiscales, por su parte, han respondido que Hunter participó en la trama de conspiración de asesinato y de tráfico de drogas de manera "activa y voluntaria". Igualmente, reivindican que la implicación de Le Roux es aceptable, puesto que, básicamente, los agentes federales que persiguen delatar delitos de narcotráfico y de violencia", han escrito los fiscales.

Y por si fuera poco, los fiscales jugaron otra baza para convencer al juez de su argumento: Hunter ya había logrado emanciparse con éxito de Le Roux con anterioridad. El presunto delincuente habría vivido casi un año en Estados Unidos — y solo habría regresado después de que su jefe le ofreciera un ascenso. Hunter regresó para reemplazar a un tipo que había sido asesinado por robar. Así lo recordaba el propio Hunter en una conversación grabada con agentes de la DEA.

Hunter ha asegurado que su primer trabajo con Le Roux habría consistido en conseguir oro en Mali y trasladarlo clandestinamente hasta la República Democrática del Congo. El día en que uno de sus superiores intentó robar lingotes de oro valorados en 2 millones de dólares, unas placas que habrían sido enterradas debajo de un jacuzzi por si pasaba algo, el jefe se percató. Y el ladrón terminó criando malvas.

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"Yo le reemplacé", cuenta Hunter. "Me dieron su trabajo. Tal es la razón más habitual por la que te matan en este negocio. Solo aquel año mató a 9 tipos. El mensaje está claro: el dinero no se toca".

* * *

Hunter, de 50 años fue contratado por Le Roux para que trabajara en servicios de "seguridad privada" en 2009, tal y como apuntan los registros del tribunal. Hunter nació en Owensboro, Kentucky, se alistó en el ejército en 1983, donde participó inicialmente en el programa de los comandos de élite, los llamados Rangers. Según ha compulsado su abogado en los registros del tribunal, Hunter abandonó el cuerpo en 1986 gracias a una baja médica, después de que un amigo suyo muriese en un ensayo con armas de fuego.

Hunter dejó los Rangers pero siguió en el ejército, donde fue destacado en misiones extranjeras que le llevaron a Alemania, Panamá y Puerto Rico. Allí se convertiría en instructor de francotiradores y en sargento instructor del entrenamiento de las Fuerzas Especiales. Según su abogado, Hunter también participó en misiones clasificadas "durante cinco años" en Latinoamérica, aunque también ha relatado que su cliente no ha revelado detalles de las operaciones y que no existe ningún registro militar de las mismas.

"Habida cuenta de la destreza del señor Hunter, de su español fluido y de su familiaridad con Centroamérica y Sudamérica, no cabe duda de que es el candidato ideal para llevar a cabo misiones clasificadas que requieran a un pequeño grupo de soldados de élite, fuertemente armados o a tropas en movimiento", escribe Kirton.

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Hunter dejó el ejército den 2004 con un licenciamiento honroso. Estaba casado y tenía tres hijos. Según cuenta su abogado, Hunter habría aprobado el examen para convertirse en agente de policía de Nueva York, pero decidió que no podía mantener a su familia con un sueldo de policía novato. Así que prefirió trabajar durante dos años como funcionario de prisiones en su estado natal, en Kentucky.

Entonces, en 2006, consiguió un puesto mucho más lucrativo como contratista privado para el ejército estadounidense en Irak, donde trabajó para las empresas DynCorp y Triple Canopy. El abogado de Hunter ha relatado que su trabajo consistía en "recabar información biométrica" de los que entraban y salían de la llamada Zona Verde de Bagdad, en hacer trabajos de seguridad para la embajada de Estados Unidos y en investigar atentados suicidas.

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Lo que sigue siendo una incógnita es cómo conoció a Le Roux exactamente. En la conversación grabada de Tailandia, Hunter asegura que pasó de ser traficante de oro a traficante de armas, y que más adelante se habría convertido en el hombre para todo; esto es, que habría trabajado desde recaudador de Le Roux hasta asistiéndole a tramar varias operaciones ilegales. Uno de sus trabajos, por ejemplo, habría consistido en abastecer de armamento a una guerrilla a la que Le Roux estaba apoyando en Somalia. Le Roux lo hizo con la intención de hacerse con el control de la isla somalí de las Maldivas, situada unos 3.000 kilómetros al este del océano Índico

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"Una vez fui a Sri Lanka a comprar granadas de mano", les dice Hunter a los mercenarios. "Tenemos a gente en Somalia. Están comprando armas para crear un ejército. Estamos formando un ejército en Somalia porque vamos a invadir las Maldivas… No me lo estoy intentando. A veces la realidad supera la ficción. Pero esto es de verdad".

Las presuntas actividades de Le Roux en el cuerno de África fueron compulsadas en julio de 2011 en un informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas redactado por el grupo de Supervisión de Somalia y Eritrea. Según redacta el informe, Le Roux habría fundado secretamente a una firma privada de seguridad de Honk Kong llamada Southern Ace. La firma en cuestión habría empezado a trabajar con un empresario somalí en la región de Mudug en enero de 2009. Según declara el informe, a principios de 2009 la empresa de Le Roux empezó a "reclutar y gestionar a una guerrilla de 220 hombres fuertemente armados", que habría de ser "supervisada por una docena de ciudadanos zimbabuenses y por tres occidentales".

Según dispone el informe la empresa habría armado a sus combatientes hasta los dientes. No les faltaba de nada: rifles de asalto Kalashnikov, metralletas ligeras y aparatosas, lanzagranadas a propulsión, y una ametralladora antiaérea ZU-23 con 2.000 cargas de munición. Muchas de las armas fueron cargadas en furgonetas. La empresa, además, se encargó "de conseguir y de repartir chalecos antibala y uniformes del ejército importados de Filipinas".

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"El resultado de tamaña inversión no fue otro que armar a una de las fuerzas más poderosas del sur de Mudug, una milicia lo suficientemente capacitada como para alterar el precario equilibrio de poder en la región", señala el informe de Naciones Unidas. "Sotuhern Ace empezó a explorar las suculentas oportunidades del mercado de tráfico de armas, y se lanzó de cabeza a promover experimentos horticulturales con el objetivo fundamental de empezar a producir narcóticos, como la marihuana, la cocaína o el opio".

La empresa habría importado presuntamente generadores, invernaderos, instrumentos de jardinería, herbicidas, fertilizantes y una apisonadora, además de distintas clases de herramientas destinadas a sembrar cultivos ilegales. Hacia finales de marzo de 2010, según relata el informe, "Le Roux planeaba importar una enorme cantidad de armas por aire, entre las que se contarían 75 kilos de explosivos C4, 200 minas, un millón de cargas de munición de 7.62 milímetros, además de cinco misiles antitanque".

El informe no se refiere en ningún momento al supuesto plan de Hunter de invadir las Maldivas. Según parece la operación empezó a derrumbarse a mitad de 2010, después de que Le Roux se peleara con su socio somalí cuando descubrió que este estaba pagando a sus soldados "casi el doble de los sueldos que se pagaban entonces".

El informe de Naciones Unidas también certifica que la empresa de Le Roux Sotuhern Ace dejó de operar en Somalia a principios de 2011. Para entonces, estima el informe, Le Roux y sus secuaces se habrían gastado ya alrededor de 3 millones de dólares en Somalia, de los cuales se calcula que un millón habría sido destinados a pagar los sueldos de los soldados, mientras que alrededor de 150.000 dólares se habrían invertido en munición y en armas".

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***

Una de las pocas personas que ha admitido públicamente conocer a Le Roux es un ex espía israelí llamado Ari Ben-Menashe, un individuo entusiasta y pintoresco más conocido por su participación en el escándalo Irán-Contra. Entonces fue imputado por varios cargos por vulnerar el embargo armamentístico que Estados Unidos había decretado sobre Teherán. Ben-Menashe terminó siendo absuelto, pero fue obligado a exiliarse a Israel, donde trabajó como agente de inteligencia y como consejero en seguridad nacional. Ben-Menashe se exilió más adelante al Canadá, donde a día de hoy dirige una consultoría internacional enclavada en Montreal.

Ben-Menashe se fuma un Camel detrás de otro durante su entrevista con VICE News, que se celebra en el hotel St. Regis de Manhattan. Según relata, conoció a Le Roux en 2007, a través de los negocios relacionados con la consultoría que este tenía en Zimbabue. Ben-Menashe presume de tener una relación cordial con el brutal dictador zimbabuense Robert Mugabe. No en vano, Menashe grabó un vídeo secreto en el que se ve al líder de la oposición de Mugabe, Morgan Tsvangirai pidiéndole al propio israelí que asesine a Mugabe antes de las elecciones de 2002. Poco después Tsvangirai fue absuelto.

Ben-Menashe habría estado previamente implicado en los planes de reforma agraria de Zimbabue y ha asegurado que Le Roux apareció "de la nada" para proponerle un plan que consistía en convencer a Mugabe de que les entregara miles de hectáreas de tierra que el gobierno había confiscado de mano de los campesinos blancos en el año 2000. De cerrarse el trato, Le Roux planeaba enriquecerse obscenamente alquilando los terrenos, de nuevo, a los mismos campesinos expropiados. El acuerdo también beneficiaría al gobierno de Zimbabue, habida cuenta de que la producción de comida del país había caído en picado después de que los campesinos fueran expropiados.

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"No parecía nada raro. Parecía un plan razonable", ha explicado Ben-Menashe. "Era una idea inteligente. Tenía todo el sentido desde un punto de vista empresarial".

Ben-Menashe también explica que quería cerciorarse de que Le Roux es "kosher", de modo que se dedicó a indagar entre aquellos a los que Le Roux se refería de manera críptica como a "sus amigos estadounidenses", en aparente alusión a las fuerzas de seguridad de Estados Unidos o a la Comunidad de Inteligencia. Según Ben-Menshashe Le Roux habría sido avalado por sus fuentes, y sugiere que el hábil criminal habría tenido algún vínculo no especificado con el gobierno de Estados Unidos hace 10 años. VICE News no ha podido contrastar esta declaración.

Según el reportaje que Ratliff publicará en The Atavist, Le Roux habría trabajado durante años como programador informático. Tal habría sido su implicación en el sector que hasta habría jugado un papel fundamental en la programación del legendario software de encriptación Encryption for the Masses (E4M), y de TrueCrypt, un programa que se sigue usando ampliamente a día de hoy. Y no solo eso, Le Roux también sería el escudo digital predilecto al que habría empleado la organización yihadista Estado Islámico (EI).

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Según cuenta Ben-Menashe el gobierno de Zimbabue también habría investigado los antecedentes de Le Roux, y habría descubierto que es hijo de una relación extramatrimonial y que habría sido adoptado por una rica familia de Zimbabue, en la época en que el estado africano todavía era conocido como Rodesia. Después de que Mugabe ascendiera al poder, la familia tuvo que huir Sudáfrica y que luego se habría exiliado a Australia con la caída del apartheid.

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"Sus motivos sobre Zimbabue son totalmente comprensibles", explica Ben-Menashe. "Él me dijo: 'quiero regresar, pero quiero hacerlo en los términos del gobierno'".

Ben-Menashe se avino a trabajar con Le Roux y a documentar su acuerdo con el departamento de Justicia de Estados Unidos de acuerdo con la ley de Registro de los Agentes Internacionales. Según tales registros, Le Roux le habría pagado a Ben-Menashe al menos 10 millones de dólares por sus servicios.

Le Roux, explica el consultor, visitó su oficina en Montreal y ambos viajaron juntos a través de Europa y hasta Zimbabue. Ben-Menashe asegura que también estuvo en la casa de Le Roux en una urbanización exclusiva de Manila. Según asegura, durante todos estos intercambios no observó ni el menor atisbo de estarse relacionando con un criminal.

"Iba y venía todo el tiempo — venía a Canadá, se iba a Filipinas, y pasaba por los controles de pasaporte de Estados Unidos sin ningún problema", cuenta Ben-Menashe. "No parecía haber nada raro, viajaba con nosotros por Europa, pasamos por París, no hubo ningún problema. Y nada invitaba a pensar lo contrario. Todo parecía de lo más razonable".

Cuando se le pregunta que describa la personalidad de Le Roux Ben-Menashe responde "no es que fuera un gigante intelectual, pero parecía bastante listo". Se acuerda una vez en que tuvo que pedirle que "se comportara", previamente a uno de sus encuentros con Mugabe porque tenía tendencia "a despotricar contra los negros".

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"No era un tipo que intimidara", añade. "Realmente no lo era".

El acuerdo con Zimbabue se cerró y el gobierno de Mugabe se avino a concederle a Le Roux el arrendamiento de 80.000 hectáreas de tierra. Le Roux también cerró un acuerdo con Ben-Menashe para presionar al gobierno de Vanuatu, una minúscula isla del Pacífico sur, para que les permitiera talar árboles kauri, que producen una madera insólita y extremadamente cara. Según cuenta Ben-Menashe, después de que los tratos se hubiesen cerrado, Le Roux desapareció.

"Lo raro del caso es que cuando hizo todas esas cosas no había duda de que tenía el dinero para hacerlas. Y de repente, pum", cuenta Ben-Menashe. "Le dimos lo que quería, y, de repente, desapareció… Consiguió lo que buscaba, pero no hizo nada al respecto. Eso fue lo más raro de todo".

Solo sería más tarde, según afirma Ben-Menashe, cuando descubrió la presunta implicación de Le Roux en negocios de tráfico de drogas y de contrabando de armas, lo que, a su juicio, era razón suficiente para explicar su desaparición.

"Entonces supimos que estaba detenido y que había delatado a algunas personas", relata Ben-Menashe, que advierte que en los últimos meses varias personas se han dirigido a él para preguntarle por Le Roux, entre ellos el abogado de Hunter. "Ahora parece que soy la única persona en todo el planeta que le conoce".

Y respecto a Hunter, Ben-Menashe sostiene que nunca hizo negocio alguno con e´l durante el tiempo que se relacionó con Le Roux. "Nunca había escuchado su nombre", señala. Y se encoge de hombros.

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En 2007 la DEA empezó a investigar a una compañía farmacéutica online llamada RX Limited, que presuntamente estaría permitiendo a sus compradores en los Estados Unidos conseguir toda clase de barbitúricos y de medicamentos con receta médica sin necesidad de pasar por la consulta de doctor alguno. La empresa tenía su sede central en Israel y los documentos del tribunal muestran que los agentes federales se habrían concentrado en interceptar a un empresario de la compañía que respondería al nombre de Moran Oz.

Oz fue detenido el 13 de marzo de 2014 y ahora se enfrenta a un cúmulo de cargos en un juzgado federal de Minnesota, junto con otras 123 personas que habrían sido imputadas en relación al caso. La demanda criminal contra Oz incorpora una declaración jurada de un agente de la DEA, que le señala como a uno de los "varios socios" que colaboraron con un individuo del que no consta ningún nombre, al que se referían, meramente, como al "gestor de RXL", el tipo que dirigía el negocio farmacéutico ilegal online. Según el abogado de Oz, Joseph Friedberg, el individuo del que no constaba ningún nombre, el gestor de RXL era Le Roux, quien habría inaugurado la página en 2004.

"El director de aquel negocio era Paul Calder Le Roux", escribe Friedberg. "Era Paul Calder Le Roux quien, según el gobierno, habría facturado millones de dólares semanalmente gracias a aquella operación. Es como si Microsoft fuera un imperio criminal y el gobierno cerrara un acuerdo con Bill Gates para desmantelar todo el departamento de envíos de la empresa".

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'Es como si Microsoft fuera un imperio criminal y el gobierno cerrara un acuerdo con Bill Gates para desmantelar todo el departamento de envíos de la empresa'

En otro de los documentos compulsados por el tribunal Friedberg alega que "el caso entero es producto de una asociación bastarda entre el gobierno de Estados Unidos y uno de los criminales internacionales más desaprensivos y diabólicos de la historia reciente", en lo que es una evidente alusión a Le Roux.

Oz se ha declarado no culpable y su juicio está programado para principios de junio. En una entrevista mantenida con VICE News, Friedberg cuenta que ha estado intentando persuadir al juez de que ordene a los fiscales que descubran toda la información sobre Le Roux y su trato con los federales. Hasta ahora, sus tentativas han sido en vano.

"El gobierno no quiere decirnos donde está, por mucho de que sabemos que está con toda seguridad bajo custodia federal", cuenta Friedberg. "Parecería que el gobierno dispone de abrumadoras evidencias de la culpabilidad de Le Roux en múltiples delitos penados con la pena de muerte. Claro que se le ha ofrecido alguna clase de trato gubernamental, un trato que no sabemos en qué consiste".

Friedberg asegura que ha sido incapaz de convencer al gobierno para que revele el nombre del abogado de Le Roux.

"El gobierno se resiste a contarnos quién es el abogado y el abogado prefiere quedarse en el anonimato", relata Friedberg. "Es la primera vez en que nos encontramos con algo así. Nos hemos ofrecido a entrevistar al abogado y a permitir que este lleve una bolsa de papel en la cabeza, pero ni por esas".

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Según los documentos que imputan a Oz, la trama farmacéutica habría sido extremadamente lucrativa: habrían facturado miles de pedidos al mes. Ben-Menashe reconoce que bajo su punto de vista fueron los ingresos de su negocio farmacéutico, del que él siempre estuvo convencido de que era legal, los que habilitaron a Le Roux para despilfarrar a sus anchas en sus proyectos de consultoría en Zimbabue y en Vanuatu.

Al igual que el abogado de Hunter, Friedberg asegura que a su cliente le asustaba la idea de dejar de trabajar para Le Roux. Y ha explicado cómo Oz fue convocado a reunirse con Le Roux en Filipinas después de haber intentado dejar el negocio. Oz asegura que se lo llevaron en una embarcación, presumiblemente para darle una vuelta — y acto seguido, arrojarle a la mar.

"Le embarcaron, lo arrojaron por la borda, abrieron fuego indiscriminadamente a su alrededor y le dijeron que lo hacían para mantener a los tiburones a raya", recuerda Friedberg sobre lo que le contó Oz. "La idea era dispararle, pero solo herirle, no matarle, de tal manera de que fueran los tiburones quienes completaran el trabajo".

Friedberg asegura que no se creyó la historia del todo, le pareció "demasiado" — hasta que leyó los documentos del tribunal, en los que revelaban que Hunter habría relatado un incidente inquietantemente similar. En la transcripción de la conversación grabada por la DEA en Tailandia, Hunter se refiere a cómo una vez "arrojaron al tipo al océano", para que les devolviera el dinero de Le Roux.

"Vaya, o sea… no es que le secuestráramos, pero le engañamos para que se viniera con nosotros", cuenta Hunter. "Así que le arrojamos al agua, le disparamos; y nos devolvió el dinero".

"Ese que está en el agua es mi cliente", relata Friedberg. "Intentó dejar la compañía. Y eso es lo que le hicieron".

Hunter también aparece en una de las grabaciones describiendo sendos crímenes chapuceros ejecutados por dos sicarios estadounidenses en Filipinas. A los asesinos, recuerda Hunter, se les ordenó reunirse con dos agentes de la propiedad inmobiliaria, dispararles a bocajarro y deshacerse de los cadáveres. Sin embargo, los sicarios prefirieron ejecutar a sus víctimas en el interior de alguna casa. Los agentes se los llevaron a ver varias propiedades — pero todas estaban ocupadas, de manera que los vecinos vieron a los asesinos en compañía de sus inminentes víctimas. Hunter estima que habrían sido "unas cien personas" quienes les habrían visto las caras. La policía publicó retratos robot de los sospechosos, pero eran demasiado imprecisos y los dos sicarios lograron embarcar en un vuelo de regreso a Estados Unidos.

En julio la policía detuvo a dos individuos en Carolina del Norte y les acusó de sendos asesinatos a sueldo en las Filipinas que encajarían con la descripción de los tipos que habría dado Hunter. Los dos tipos han sido identificados como Carl David Stillwell y Adam Samia y ambos se han declarado no culpables y ambos también se encuentran bajo custodia policial a la espera de juicio, una audiencia que tendrá lugar en el tribunal federal de Manhattan. De acuerdo con los documentos que actualmente se encuentran al alcance del público general, parece que ni Le Roux ni Hunter se enfrentarán a cargo alguno por su más que presumible implicación en la orquestación de los asesinatos.

Y por si fuera poco, existe otro caso igualmente formidable en el que también estaría implicado el inasequible Le Roux. En noviembre de 2013, un mes después de que Hunter fuese arrestado en Tailandia, los agentes de la DEA detuvieron a cinco individuos en Tailandia acusados de conspiración de contrabando de 100 kilos de metanfetamina rumbo a Nueva York vía Filipinas. La sustancia fue descrita como extraordinariamente pura y habría sido producida en Corea del Norte. El nombre de Hunter nunca apareció en los documentos del tribunal, sin embargo VICE News ha reconstruido la conexión entre ambos casos — esto es, que ambos habrían sido destapados de manera paralela en Tailandia y que ambos tenían que ver con sofisticadas operaciones de contrabando.

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Las nuevas revelaciones delatan que Le Roux — y no Hunter — habría sido la figura clave para vincular a los dos casos. Al igual que sucede en el caso de Hunter, los documentos compulsados por el tribunal en relación a la trama de la metanfetamina se refieren a una fuente confidencial cuyo nombre no se revela, que habría ayudado a los agentes secretos de la DEA a desentrañar la trama. Uno de los sospechosos, un hombre llamado Adrian Valkovic, quien se ha declarado culpable de conspiración para traficar con metanfetamina y que ha sido sentenciado a 113 meses de cárcel, ha sido identificado como el sargento en funciones del Outlaw Motorcyle Club (El club de los motoristas rebeldes) de Tailandia.

"Ese también es un negocio de Le Roux", cuenta Friedberg. "Es el intermediario entre los traficantes y la pandilla del Outlaw Motorcycle Club, que son los distribuidores".

El resto de individuos que han sido imputados junto a Hunter — los asesinos a los que conoció en Tailandia — también se han declarado culpables. Dos de ellos, el estadounidense Timothy Vamvakias y el alemán Denis Gogol han sido sentenciados a penas de 240 años de prisión. Mientras que el alemán Michael Filter ha sido sentenciado a 96 meses. Por su parte, el Slawomir Soborski conocerá su sentencia en junio.

El abogado de Hunter ha comentado que su cliente ha sido diagnosticado con PTSD que arrastraría desde su servicio militar, y ha solicitado al tribunal que Hunter sea encarcelado cerca del hospital de su pueblo natal, Owensboro, en Kentucky, para que reciba el tratamiento necesario para su enfermedad.

Durante la conversación grabada en Tailandia, Hunter cómo se las arregla para tener la consciencia tranquila cuando su trabajo consiste en asesinar a gente.

"Solo hacemos daño a los desaprensivos", cuenta. "¿Me entiendes, no? Solo matamos a los que roban dinero o a los que han timado al jefe, o cualquier otra cosa. Gente que trae mal fario. No se trata de gente inocente, son todos… todos son gente mala, así que no nos tenemos que preocupar por causar daño a nadie inocente porque es algo que no hacemos. Solo vamos a por los malos".

Solo un momento después cuenta las excepciones a la norma.

"A no ser, claro está, que alguien se lleve el dinero y no lo podamos encontrar Entonces hay que ir a por la familia, pero la familia lo sabe, ¿no es cierto? O sea, chicos, si nos quitan nuestro dinero y no hay forma de dar con ellos, vamos a ir a por sus familias", cuenta. "Ellos lo saben. Fueron ellos quienes se lo hicieron a sus familias, no nosotros".

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Mira el documental de VICE News 'Metanfetamina en cristal y cárteles en Filipinas: La trampa del Shabu' (pronto subtítulos en español)