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La primera encuesta para evaluar al presidente interino de Brasil, Michel Temer, le ha dado un índice de apenas el 13 por ciento de aprobación entre la sociedad.
Temer asumió el cargo hace siete semanas, después de que el senado suspendiera a Dilma Rousseff como presidenta, por supuestamente estar involucrada en un caso de corrupción en las finanzas públicas del país.
La encuesta realizada por la empresa CNI/Ibope publicada este viernes, señala que el actual presidente es casi tan impopular como su antecesora, la cual, en su momento más bajo de aceptación registró 10 puntos, lo cual sucedió en marzo pasado.
Estas cifras reflejan también el nivel de cautela que tiene la sociedad brasileña para confiar en sus gobernantes.
Durante los últimos dos de años, una investigación masiva contra la corrupción en que había en Petrobras, la empresa petrolera del Estado, ha reducido las cifras de aprobación de los principales partidos políticos y sus líderes, y ha levantado sospechas entre la ciudadanía sobre muchos más que pudieran estar involucrados.
La operación conocida como Lavado de Autos, ha manchado directamente a varios miembros del propio gabinete de Temer, tal como lo hizo con gente cercana a Rousseff.
'Bienvenidos al infierno': el mensaje de los brasileños antes de las Olimpiadas. Leer más aquí.
Con la investigación aún en curso, los políticos brasileños están tratando de convencer a la sociedad de que pueden llevar a Brasil a una época más ética.
Este viernes, Temer firmó una ley que busca hacer frente a la corrupción a través de una prohibición para evitar que los políticos salten a altos puestos en compañías controladas por el estado. Fuentes gubernamentales dijeron a Reuters que los legisladores están tratando de llegar a un acuerdo para suavizar la prohibición.
La impopularidad de Temer también está relacionada con los últimos recortes del gasto público en el contexto de la profunda recesión económica de Brasil. El veterano legislador, que fungió como vicepresidente de Rousseff, también ha sido criticado porque nombró a un gabinete cuyos miembros son todos hombres blancos.
Sin embargo, el presidente en funciones estaría a la espera de un impulso en su popularidad cuando en Río de Janeiro se realicen los Juegos Olímpicos el próximo mes.
Pero las Olimpiadas de este año estarán eclipsadas por problemas financieros, acusaciones de corrupción, y preocupación por la amenaza del virus Zika en el país. La inauguración de los juegos coincidirá con el juicio contra Rousseff que se realizará en la primera semana de agosto.
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