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Tecnología

Los parques eólicos y solares podrían hacer que llueva en el desierto del Sahara

Los proyectos de energía renovable podrían provocar un doble aumento en las precipitaciones locales, permitiendo que la vegetación se arraigue.
Imagen: Jgremillot

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

El desierto del Sahara es un lugar soñado para las industrias de energía renovable. Las mismas cualidades que hacen que esta región sea tan legendaria —grave exposición al sol, vendavales y poblaciones dispersas— también la distinguen como un lugar obvio para desarrollar parques eólicos y solares. Muchos proyectos ambiciosos de energía ecológica ya están en marcha en el desierto, incluido el Proyecto Sahara Solar Breeder, que pretende darle electricidad a la mitad del mundo desde el desierto para el año 2050.

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Si bien el potencial del Sahara como centro de energía global ha sido reconocido durante mucho tiempo, los impactos de dicho desarrollo en el medio ambiente desértico se han pasado por alto. Un equipo dirigido por Yan Li, investigador en recursos naturales y ciencias ambientales en la Universidad de Illinois, cierra esta brecha en el último número de Science.

El equipo desarrolló modelos climáticos de la temperatura, la precipitación y los cambios de vegetación que resultarían de cubrir los 9 millones de kilómetros cuadrados de la superficie del Sahara, en parques solares y eólicos.

Li y sus colegas descubrieron que un proyecto de tal envergadura generaría más de cuatro veces la cantidad de electricidad que todo el presupuesto mundial de energía de 2017. Pero el equipo también notó que los megaproyectos ecológicos beneficiarían a la región misma al aumentar las temperaturas locales, la precipitación y los niveles de vegetación alrededor de los parques.

"Nuestros resultados obtenidos de experimentos realizados con un modelo climático sugieren que, para instalaciones de parques eólicos y solares con eficiencia de conversión actual en el desierto a una escala lo suficientemente grande como para alimentar al mundo entero, los impactos en el clima regional serían beneficiosos en lugar de perjudiciales", concluyeron los autores. "Esto destaca que, además de evitar las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicas de los combustibles fósiles y el calentamiento resultante, la energía eólica y solar podría tener otros impactos climáticos beneficiosos".

En el caso de los parques eólicos, los picos de temperatura y precipitación son causados por las palas de la turbina que arrastran el aire más caliente hacia la superficie del desierto. Los parques solares, mientras tanto, hacen que las regiones sean más cálidas y húmedas al reducir el albedo superficial o la reflectividad. Al combinarse, estos parques provocarían un doble aumento de las precipitaciones, lo que a su vez estimularía el crecimiento de la vegetación, creando un ciclo de retroalimentación positiva que podría irrigar esta árida región.

Por ahora, estos escenarios son simplemente simulaciones y cualquier gran desarrollo como el previsto por el equipo de Li tendría que dar cuenta de numerosas contingencias antes de llegar a la fase de construcción. Pero en un futuro donde el desierto del Sahara se ponga verde, sigue siendo una posibilidad tentadora en más de un sentido.