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Identidad

Leo Margets: 'La imagen del póker sigue siendo de tugurios y fajos de billetes'

Hablamos con Leo Margets, jugadora profesional de póker, sobre su carrera y el machismo en un mundo que sigue sigue plagado de hombres.
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Leo Margets tiene 33 años y hace más de diez que se dedica al póker de forma profesional. Considerada una de las mejores jugadoras del mundo, Leo sabe lo que es pasarse más de doce horas sentada en una silla durante días seguidos. Analizando al rival, sin miedo. Mostrándose, explica en el propio argot del juego, "emocionalmente muerta". O lo que es lo mismo, sin dejar que las emociones perturben su inteligencia. Su vida ―entre Londres, Barcelona y Las Vegas― es lo que muchos imaginarían como una película de Hollywood, entre fajos de dólares y casinos lujosos. Pero "nada más lejos de la realidad", asegura. Su día a día, dice, es mucho más normal y el póker sencillamente una forma de vida.

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Hablamos con ella a propósito de Juega bien tus cartas (Penguin Random House, 2017), el libro que ha publicado recientemente.

Broadly: ¡Hola, Leo! ¿En qué momento empezaste a dedicarte al póker de forma profesional?

Leo Margets: Empecé practicando online. Llegué al póker a través de una expareja. Un día vi que él estaba jugando a póker online y eso despertó mi interés, mi curiosidad y mi vena competitiva.

¿Nunca te gustaron los juegos de cartas?

No especialmente. Pero creo que el póker reúne características súper interesantes y que además no hace falta ser un "calculín". Yo pensaba que el tema matemático podía ser una barrera, porque nunca me han apasionado las matemáticas, pero no supone una barrera en absoluto.

¿Sois muchas mujeres en los torneos?

Cuando empecé a jugar pensaba que éramos pocas, entre un cinco o un siete por ciento, pero también creía que aumentaría el número con el paso del tiempo. Y después de diez años veo que seguimos igual. ¿Por qué? No lo sé, yo he pensado mucho sobre este tema. No lo tengo claro del todo, pero creo que hay un tema intrínseco o cultural, como que la mujer no se siente tan cómoda invirtiendo dinero.

¿Culpa de los estereotipos?

Me da rabia que sea así. Nos cortamos las alas por una mentira que nos hemos creído. Pero también está el tema de cómo decidamos proyectarnos respecto al machismo, mi experiencia me dice que si tú te ves uno más, te acaban tratando como uno más. Además, el jugador de póker, por lo general, es una persona lista y sabe que tiene que tratar al rival como individuo único, da igual que seas hombre o mujer.

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Que a mí me dieran el título de 'last woman' es tan de absurdo como si se lo hubieran dado al último pelirrojo

En 2009 te dieron el premio "Last Woman Standing" (última mujer en pie), porque fuiste la última mujer en ser eliminada del campeonato del mundo de Las Vegas. Pero tú no acabas de estar muy cómoda con ese título.

Que a mí me dieran el título de "last woman" es tan de absurdo como si se lo hubieran dado al último pelirrojo. Me parece una estupidez y cien por cien machista que me lo dieran porque no estoy corriendo un maratón en el que hay una clasificación femenina ―que tiene todo el sentido del mundo porque los hombres tienen diferencias biológicas y tienen más oxígeno en sangre, por ejemplo―. En el póker no es así, tomas decisiones con el cerebro y competimos en igualdad de condiciones. Ese título hace un flaco favor al juego y a las mujeres.

Quedaste la número 27 de 6500 jugadores. ¿Lo sentiste como un título "inventado" o de consolación?

En el momento en el te eliminan te la trae floja ser la última tía en pie. Me dieron la copa de "last woman" y pensé "pero si me acaban de echar". En ese momento no me hacía ilusión ser la "última mujer", yo quería ser la última jugadora, como todos. Y esto que te digo puede parecer incluso cínico, porque yo reconozco que me ayudó mucho ese título.

¿Por qué?

Me cambió la vida en el sentido en el que me salieron patrocinadores, fue un boom mediático. A la gente le gustó la historia, los medios necesitan un titular. En algunas entrevistas ha llegado a ser incluso violento porque me han invitado como campeona del mundo y a veces siento que me estoy apropiando de un título que no es mío. No fui campeona del mundo, fui la última mujer en pie.

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¿Te han hecho alguna vez comentarios machistas?

En general, no. No considero que haya machismo en el mundo del póker. Son casos anecdóticos y no representativos. Alguna vez me han dicho que si no fuera chica no me habrían patrocinado. Pero, mira, ¿sabes qué? Igual es verdad, yo no me quito mérito y creo que soy muy buena jugadora, pero soy consciente de lo que supuso ganar ese torneo en mi carrera. Seguramente es el machismo más evidente que he vivido, pero a la vez me ha beneficiado. Así que mira, supongo que eso también es jugar bien las cartas.

¿Cuánto dinero has podido llegar a ganar jugando al póker?

Como intentamos defender siempre el póker como deporte mental y juego de habilidad, creo que sería mejor hablar de éxitos, de posiciones o de resultados y no tanto de dinero. Yo no creo que la gente le pregunte a Nadal "¿Cuánto has ganado este Wimbledon?". Es más: "¿En qué ronda has caído?". Pero bueno, es público, el torneo en el que más he ganado fue en Las Vegas, 352.000 dólares.

¿Crees que el póker tiene mala reputación?

El póker genera adrenalina, porque estás compitiendo, pero es la adrenalina que genera la competición. Respecto el tema de las adicciones siempre defenderé que no es un tema de juego, sino de personalidades. Si alguien se engancha al póker es porque tiene la capacidad de engancharse, igual que lo haría a la limpieza o a cualquier otra cosa.

La gente sigue pensando en el póker en míticos tugurios, con un tío con un puro en la mano y un fajo de billetes

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¿Aún está demasiado presente en el imaginario colectivo las típicas partidas de póker en sitios oscuros con maletines de dinero?

Sí, el cine ha hecho mucho daño (risas). La gente sigue pensando en el póker en míticos tugurios, con un tío con un puro en la mano y un fajo de billetes. Y nada más lejos de la realidad. Probablemente antes era así. Yo no lo sé, porque no lo viví. Pero desde luego ahora no. Ha cambiado mucho el escenario pokeril.

¿Y cómo es ahora?

Ahora se parece más a un ambiente universitario, lleno de gente friki y jóvenes con pinta estudiosa. Yo ya soy súper old school en esto del póker. Las nuevas generaciones empiezan ya a partir de los 18 años. Además de que, como todo, esto del póker quema.

¿Te planteas dejarlo pronto?

Yo reconozco que cada vez le estoy dedicando menos tiempo. El estilo que requiere para estar en la élite es muy absorbente y llega un punto que quizás no te compensa. Ahora he creado The Mindset Factory, una consultoría en la que hago 'coaching' para empresas y particulares. Básicamente ayudo a aplicar todo lo que he aprendido con el póker (el tema del valor esperado, la toma de decisiones, centrarte en el proceso, etc.) en la vida real. Cosas que aunque no sepas nada de póker quizás te pueden ayudar en tu carrera.