Atletas brasileños de vela se muestran preocupados por el legado de los Olímpicos

Se ha utilizado el poder de los Olímpicos hasta el cansancio para dejar un legado perdurable en Río de Janeiro, desde las mejoras en el transporte público hasta las inversiones en la educación y el deporte.

Pero si existe una disciplina que revela la impotencia de los Juegos Olímpicos para solucionar los profundos desafíos que presenta Río, esta es la vela olímpica.

Las autoridades en el estado de Río de Janeiro aceptaron desde hace tiempo que no llegarán a la meta establecida del tratado del 80 por ciento de las aguas negras que desembocan en la Bahía de Guanabara, la cual albergará las regatas de Río 2016.

"Hay dos proyectos que son responsabilidad del gobierno estatal, ambos grandes desafíos, los cuales son limpiar la Bahía de Guanabara y la Laguna de Jacarepaguá", comentó esta semana Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro.

"Pero esta meta para un legado concreto en la Bahía de Guanbara —llegaron al 50 por ciento del alcantarillado tratado, cuando la meta era el 80 por ciento— sí vale la pena, vale mucho incluso si no alcanzamos el porcentaje acordado".

Pero para los atletas brasileños que participarán en su tierra natal, el fracaso a la hora de solucionar la bahía contaminada crear preocupación en torno al legado de las Olimpiadas de Río.

Kahena Kunze, quien junto con Martine Grael se encuentra entre las atletas favoritas a llevarse una medalla en la categoría 49er FX, no estuvo dispuesta a discutir el tema tan mencionado en el campamento de entrenamiento de la delegación brasileña en Urca, Río.

Pero cuando se le preguntó si creía que el recinto donde se llevará a cabo la competencia de vela estuvo lista a tiempo como los demás recintos deportivos, dijo: "En realidad no quiero ahondar en el tema pero no, no fue terminada. Esto es lo que quería, intentar dejar un verdadero legado.

"Será mucho más importante dejar una huella, principalmente en la Bahía, por ejemplo en la educación porque de verdad, más allá de las Olimpiadas, nuestro país está muy mal…es triste saber que existe toda esta infraestructura para los Juegos Olímpicos, pero cuando visitas las favelas no hay nada".

Martine, la compañera de vela de Kunze, cuyo padre es un héroe de dicha disciplina en Brasil, comentó que no han visto mayores cambios en la calidad del agua a pesar de los esfuerzos de los botes ecológicos para recoger la basura.

"Se hicieron muy pocas cosas", dijo. "Las cosas que se hicieron no fue lo que queríamos ver.

"Hay días buenos y malos en la bahía. Esperemos que cuando haya viento se mantenga limpia".

Pero hay pocas opciones para un atleta cuyo bote puede encontrarse con obstáculos en el agua, mucho menos para la población de Río que vive sin condiciones de salubridad adecuadas.

"Es una desgracia", añadió Kunze. "Me siento un tanto apenada porque cuando vas al extranjero el agua está impecable. Si vienes aquí, tendrás que lidiar con este problema. Es complicado.

"¿Qué puedo decir, que está limpia? No. ¿Puedo decir que existe un proyecto? No lo hay.

"La situación me preocupa por lo que pueda pasar después de las Olimpiadas".