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Para dos maratonistas, “Boston Strong” es más que un eslogan | ES | Translation

Matt Brown es parapléjico. Lucas Carr es soldado y bombero. Los dos han corrido el Maratón de Boston juntos por muchos años.
Photo via Matt Brown/Lucas Carr fundraising Facebook page.

En los últimos cuatro años, Matt Brown y Lucas Carr, oriundos de Norwood, Massachusetts, han ejemplificado lo que hace al Maratón de Boston un despliegue único de perseverancia y espíritu humano. El apodo "Boston Strong" se creó después de las secuelas de los ataques del maratón de 2013 conforme la ciudad se fue uniendo para ayudar a aquellos afectados por el ataque. Brown, parapléjico, y Carr, bombero de Boston y ex soldado del ejército, lo completaron juntos.

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Carr, de 39 años, ha empujado a Brown, de 22, en su silla de ruedas durante todo el maratón en los últimos tres años; se perdieron la carrera de 2013 porque Brown se enfermó de neumonía. Desafortunadamente, no hace mucho que Brown volvió a enfermarse con una mala infección que lo mantuvo hospitalizado la semana pasada. Hasta la mañana del domingo, aún cabía la esperanza de que la fiebre de cuatro días de Brown terminará, pero para la tarde Brown fue descartado de la carrera del lunes. Sin embargo, justo como lo han hecho en años pasados, Brown, su familia y Carr organizaron una recepción después del maratón para crear consciencia sobre las investigaciones de lesiones de médula espinal, y para ofrecerle a los corredores un lugar para celebrar sus logros.

Leer más: Corazón de atleta: Cuando la determinación no es suficiente

"Es triste y decepcionante no poder participar en lo que creo es sin duda uno de los mejores años en el deporte y el mejor día en todo el año para Boston", dijo Brown. "Pero de todos modos logramos recaudar fondos y lo seguiremos haciendo para una gran causa como muchos otros corredores lo hacen. La recaudación de fondos que cada uno hace para ayudar a aquellos que lo necesitan más que yo y que Luke es tan importante como correr el Maratón de Boston. Creo que Boston siempre brilla en ese sentido y lo hará una vez más este año. Sigo creyendo que somos parte de ello y por eso este día significa mucho. Estamos todos juntos en esto y los apoyaré de donde sea, en el hospital o en casa".

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Brown y Carr se conocieron en enero de 2010 cuando Brown, en ese entonces de 16 años, sufrió una lesión de médula espinal mientras juagaba hockey para la preparatoria Norwood. La lesión lo dejó paralizado del cuello para abajo. Cuando Carr, en ese tiempo de 33 años, se enteró de la lesión de Brown, inmediatamente se comunicó con su familia para ver si podía ayudar en algo. Carr había jugado hockey en la misma preparatoria y junior hockey en Canadá, y quiso estar ahí para tenderle la mano a un compañero. Al principio, Carr trabajó para dar a conocer la historia de Brown y ayudarlo a permanecer activo en la comunidad del hockey. Él y Brown correrían el Maratón de Boston de 2012 juntos, recaudando fondos para los cuidados médicos de Brown y para otras caridades encargadas de tratar este tipo de lesiones.

"Como jugador de hockey, tu sueño es jugar como profesional y finalmente levantar la Stanley Cup y grabar tu nombre sobre ella", dijo Carr. "Pero como corredor pensando a futuro, empujar a otro individuo que ha sido afectado por una lesión que cambió su vida hace que todo lo demás también cambie. Hemos mejorado. Todos los años nuestros tiempos mejoran y, por ende, su vida y actitud también".

"Nos esforzamos hacia la meta suprema donde Matt corra a mi lado en lugar de yo empujarlo. De verdad creo que puede suceder. Por eso lo hacemos. No solo se trata de terminar la carrera y mejorar nuestros tiempos. Se trata de un panorama más amplio y mejorar su calidad de vida. Ya no solo es un cuaderno con una lista de cosas por hacer, es una tradición y parte de una misión más grande".

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Los corredores cruzan la línea de meta en el Maratón de Boston del año pasado. Foto: Brian Fluharty-USA TODAY Sports

Para Brown, la experiencia del Maratón de Boston es una forma para que él, al menos una vez al año, recapture el orgullo que sentía cuando era jugador de hockey.

"Sé que no lo corro pero es lo más cerca que puedo estar de hacerlo", dijo Brown el viernes desde su cama en el hospital. "Es un día muy especial y también es una oportunidad para que regrese a ese espíritu competitivo y a la mentalidad de atleta. Honestamente, para mí es como volver a jugar cada año, pero solo aquí, te llevas una ovación de pie que dura cuatro horas. Es increíble escuchar a la gente gritar tu nombre y que te apoyen, por esto es que nunca nos rendimos y terminamos la carrera".

Después de un debut exitoso como equipo en 2012, la enfermedad de Brown en 2013 resultó ser una bendición disfrazada para él y su familia. Sin embargo, Carr sí participó en la carrera y experimentó el horrendo evento junto con sus compañeros maratonistas cuando dos bombas explotaron con una diferencia de 12 segundos en la línea de meta, matando a tres personas e hiriendo al menos a 264 corredores y espectadores.

"No tener que empujar a Matt no solo lo salvó de cualquier daño, sino que también le permitió ayudar a otros cerca de la primera explosión", dijo Carr. "Estaba a unos 45 metros de la primera explosión. Supe inmediatamente lo que había sido. Cuando has sido soldado, y escuchado ese sonido, siempre sabrás qué es. Algunas personas pensaron que habían sido cañones; algunos otros pensaron que había sido un transformador o una coladera. Entre cinco y diez segundos después de la explosión, el huno comenzó a despejarse y había cuerpos por todos lados".

"Cuando te subes al C-17 [avión militar de transporte] para regresar a casa, piensas 'Ok, iré a casa, haré un breve ciclo de entrenamiento, me iré, entrenaré un poco más, y después regresaré para pelear con los malos", añadió. "Nunca hay una parte de este ciclo donde la violencia sucede mientras estás en casa".

"Sentí la determinación en Matt y vi que estaba orgulloso de volver a formar parte de esto", dijo Carr. "Eso me puso en piloto automático y tuvimos nuestra mejor carrera. La oportunidad que tuvimos ese día fue algo fuera de este mundo. Pudiste haberme disparado en un brazo o en una pierna, o pegado con un bate, pero nada me iba a detener ese día, excepto la muerte. Nada iba a impedir que no corriéramos el maratón".

"La frase 'Boston Strong' era y es real", dijo Brown. "Nunca olvidaré lo ruidosa que fue aquella carrera del 2014. Siempre me pongo audífonos para ir escuchando música hasta que llegamos a Boston, pero aquella vez no los llevaba puestos. Me dan escalofríos de solo describirlo. Fue un día increíble y muy emocional. Estaba tan contento por formar parte de ello y por ver lo mucho que la gente ama esta ciudad. Nunca olvidaré la forma en que las personas animaron a todos los 30 mil concursantes ese día".

Para Brown, Carr, y todos aquellos que corrieron el Maratón, aquella carrera del 2014 fue una forma de recordarle al mundo que los maratonistas de Boston nunca se detienen. Brown y Carr puede que no estén corriendo juntos en 2016, pero aún así serán parte del evento. Siempre tendrán el próximo año.