Las pieles han vuelto a la pasarela

Todo fue piel en el debut estelar de Astrid Andersen para MADE en la Semana de la Moda de Nueva York. La colección de los diseñadores para otoño/invierno 2015 protagonizó looks con pieles de todo tipo: desde una chaqueta de piel sobredimensionada tipo swakara hasta una camiseta universitaria motosa. Al ver la colección, la presencia de la llamativa piel de animal en la pasarela me hizo pensar en lo frecuentes y populares que son las pieles para los nuevos diseñadores.

En el año 2000 había solo 41 diseñadores que usaban pieles en el prêt-à-porter. El reducido número de pieles en pasarela se dio gracias a los esfuerzos que hicieron organizaciones como PETA durante los años noventa para cambiar la imagen que tenía la opinión pública acerca de usar pieles. Sin embargo, hoy en día más de 500 diseñadores las usan. De Milán a Nueva York y del público a la pasarela, en cualquier Semana de la Moda es difícil mirar en cualquier dirección sin ver una piel de animal sobre los hombros de alguien. Todos los diseñadores en furor, desde Alexander Want hasta Hood By Air, están experimentando con pieles. Lo que me parece raro, dado que soy parte de una generación que fue bombardeada con videos grotescos de peleteros mutilando a los más tiernos animales.

La creación de People for the Ethical Treatment of Animals (Organización para los derechos de los animals PETA) en 1981 inició la gran reacción contra la industria de pieles. Las campañas del inicio de PETA se basaron en discriminar experimentos con animales y la crueldad de los mataderos. Pero a principios de los 90 dichos grupos se concentraron en discriminar la utilización de pieles y expusieron series de videos en los cuales documentaron, en 1994, granjeros que abusaban a chinchillas (roedores) y visones (algo así como una nutria, no confundir con el bison) con alambres eléctricos amarrados a sus genitales e inyectándolos con herbicidas. Después sacaron la campaña "Prefiero salir desnudo que vestir pieles de animales", con la que muchas celebridades decidieron posar desnudas como Cindy Crawford y Naomi Campbell. Algunos músicos vegetarianos famosos como el héroe del grunge Eddie Vedder también ayudaron a mostrar que la utilización de pieles ya pasó de moda y no era aceptable.

Parecía que el movimiento para prohibir las pieles era imparable con el gran apoyo de las celebridades, con la aprobación de la legislación del bienestar de los animales y con marcas como Calvin Klein que descontinuaron su apoyo a la utilización de pieles. En 2007, la fundadora de PETA Ingrid Newkirk presumió que los nuevos diseñadores no querían usar más pieles en sus colecciones. Solo quedaban "algunos antiguos diseñadores como Karl Lagerfeld, que se quieren hacer los rudos", y todavía continuaban con esta vieja y cansada tendencia.

Pero en el nuevo milenio, surgió una nueva pauta con respecto a las pieles y ha florecido en los últimos cinco años. Empezó con el artista Busta Rhymes, 50 Cent y Lil'Kim quienes lucieron pieles de visón y de chinchilla en sus videos musicales y portadas de revistas, transformando la imagen de chico/chica drogado en una apariencia de Vogue. Como los artistas de hip-hop, quienes se convirtieron en los estilistas de lo cool, las tendencias de pieles pasaron de ser elementos de tiendas baratas a abrigos de piel muy costosos.

En los últimos quince años, el mercado de pieles en los Estados Unidos ha estado en aumento y según expertos del Consejo de Información de Pieles en Estados Unidos se estimó que en el año 2014 la utilización de pieles ha aumentado más del diez por ciento. No es coincidencia que su trayecto haya coincidido con la toma de la pasarela de los artistas de Hip hop –desde el premio que ganó Sean Combs en CFDA (Concurso de moda: Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos) de 2004 hasta Kanye West como presentador de la colección más popular en la Semana de la Moda más reciente de Nueva York.

El aumento de la utilización de pieles también se ha ayudado por el aumento del mercado lujoso. Ya una gran cantidad de personas pueden pagar prendas lujosas que pueden llegar hasta los treinta mil dólares (casi ochenta millones de pesos). Estados Unidos aumentó un cinco por ciento el gasto que las personas estaban haciendo el lujos el año pasado, triunfando sobre Asia y Europa, lo que explica que haya visto la famosa colección de la diseñadora londinense Astrid Andersen en Milk Studios de Nueva York y no en el Somerset House de Londres.

Mientras PETA sigue activo peleando contra la utilización de las pieles, parece que la actitud de la moda sobre este tema se pueda resumir con la letra de la canción de Kanye West llamada "Cold": "Can a real n**** get money anymore? Tell PETA my mink is dragging on the floor" o "¿Puede un negro todavía obtener dinero? Díganle a PETA que mi visón está en el piso".

"Los diseñadores han adoptado la utilización de las pieles por sus características únicas, su estética, su calidez y su flexibilidad al utilizarlas", dice Keith Kaplan, perteneciente al Consejo de Información para la Utilización de pieles. "Las innovaciones en la tecnología de manufacturas han convertido las pieles en un canvas creativo. El resultado es que más diseñadores se adapten a la utilización de pieles de todas las formas posibles: desde prêt-à-porter, ropa de exterior, zapatos y accesorios".

En estos días, las manufacturas de piel están luchando contra PETA con sus propias campañas que apoyan la utilización de pieles como algo más natural y sostenible que las pieles artificiales. Critican la producción de pieles falsas dado que se utilizan materiales no reutilizables con petróleo como el nylon, que dura más de mil años en descomponerse y puede causar polución de óxido nitroso; y también presentan a las pieles como una industria que genera empleos. Evaluada en $10.39 billones de dólares en 2013, algunos de los proponentes estiman que la industria emplea más de doscientos mil personas solo en Estados Unidos.

También rechazan las acusaciones de crueldad y afirman que las prácticas son fuertemente reguladas, poniendo el bienestar del animal como prioridad principal. Las pieles de Kopenhagen, por ejemplo, es una lujosa marca danesa que trabaja con diseñadores como Astrid Andersen. Se ha dicho que tiene estrictas regulaciones con respecto a los visones. Y, con respecto a la página web de la compañía, se proveen graneros de pieles con las herramientas necesarias para corregir cualquier tipo de problemas que tengan que ver con el bienestar del animal y se requieren visitas veterinarias anuales.

Michael Whealan, director de la Comisión de Pieles de Estados Unidos, sigue afirmando que las granjas de pieles norteamericanas también siguen los estándares de cuidado. "En cuanto a la producción de piel de visón en Estados Unidos, creo que la mayor equivocación es que el cuidado del visón en las granjas no es el apropiado, o también se cree que son abusados de alguna manera", dice Whealan. "Los abogado de derechos de los animales han propagado este mensaje por décadas, a pesar de su poca habilidad para evidenciarlo. Cualquier vegetariano te dirá que si un animal es maltratado o descuidado, la primera evidencia se mostrará en las características de la piel, por eso esto muestra que los granjeros norteamericanos han cuidado el bienestar del animal seriamente."

Pero el vicepresidente de PETA, Dan Mathews no parece estar preocupado por la afluencia de las pieles en la pasarela, pues me dice que "los diseñadores de moda exclusivos [como Astrid Anderson] se pueden aferrar a su fetiche de las pieles, pero las marcas tradicionales (incluyendo Ralph Lauren, Calvin Klein, Tommy Hilfiger, etc…) han abandonado la utilización de pieles en sus colecciones."

Mientras marcas como H&M, Forever 21 y Tommy Hilfiger hayan dejado de utilizar pieles de angora, por ejemplo, estas marcas comunes norteamericanas no se alejan mucho de la tendencia de las pieles y han utilizado pieles falsas en sus colecciones más recientes. No hay tampoco una garantía de que se resistan a la esta apariencia de las pieles si su demanda sigue aumentando, considerando también que marcas como Georgio Armani hicieron una promesa similar, para luego volver a la utilización de pieles cuando se dieron cuenta de que era un buen negocio.

La realidad es que ahora las pieles están presentes en todas las pasarelas, lo que significa que es cuestión de tiempo antes de que las pieles empiecen a andar por las grandes avenidas de las ciudades, y que –así PETA no lo quiera—llegue a también a la gente del común en el centro comercial. Pero—sin contar el sufrimiento animal— si la gente del común comienza a parecerse a la Tigresa del Oriente, ¿valdría la pena?

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