Una elegía al BlackBerry, el smartphone del pueblo

El BlackBerry, como accesorio cultural, nos sirvió (y muy bien) a todos en los últimos años. Pero es hora de despedirlo, pues la versión de teclas de este gran aparato va a ser descontinuada. El BlackBerry Classic, esa cosa pequeña y cuadrada con un pequeño teclado debajo, el accesorio por excelencia de malvados hombres y mujeres, dejará de existir. Diría que casi no nos conocimos, BlackBerry Classic, pero de muchas formas nos conocimos muy bien.

El BlackBerry era un significante. Nadie los compraba en realidad; más bien eran otorgados. Si eras lo suficientemente importante, recibías uno. Si el lugar en el que trabajabas te necesitaba constante e incesantemente en el teléfono, se te daba una de estas cosas de plástico. Ignorarías a las personas a tu alrededor, a tus amigos cuando salías a tomar, a tu familia en las reuniones, porque ahora esto era tu vida. Antes de que llegara a nuestra vidas la adicción a los smartphones, el BlackBerry ya era el teléfono elegido para los adictos al trabajo.

Otro correo, otro mensaje, gente tecleando. Click click click, ese puto tecladito, click click click. Intentabas tener una conversación y eso vibraba en la mesa. Sólo un correo más, tenías que responderlo. Click click click. El pequeño ruido de esas teclas microscópicas presionándose. Tu amigo te miraba, sonreía, con los dedos y pulgares moviéndose por pura memoria muscular, y luego sus ojos volvían a esa maldita pantalla. Luego lo guardaba. Luego sonaba y volvía a empezar el ciclo infinito de trabajo. Tener la maquina implicaba que confían en ti lo suficiente como para dar tu vida por algo, dependiendo de con quién o dónde estuvieras trabajando. Para los altos ejecutivos, era simplemente un aparato al que su asistente reenviaría cosas importantes, como las fechas de los juegos de golf o una lista de gente que tenía que despedir.

Pero eventualmente el BlackBerry fue adoptado por una parte de la sociedad muy diferente a la del banquero o el pez gordo de la industria musical. La gente joven, incapaz de tener celulares pospago y cansados de andar recargando su teléfono, empezaron a usar los BlackBerrys por su servicio de BlackBerry Messenger. BlackBerry Messenger fue el proto-iMessage o whatsapp, y terminó enfrentándose a estos servicios. Pero los iPhones estaban fuera del alcance de muchos bolsillos, y BBM les dio la oportunidad de comunicarse sin gastar mucha plata.

Puede ser un poco ridículo hacer una elegía a un teléfono como este, pero el BlackBerry fue significativo en muchas formas. Los ejecutivos siempre recordarán el pánico de ver el número de correos crecer rápidamente luego de cometer una cagada. Los más jóvenes se acordarán de pedirle al niño/niña que les gustaba por su pin, y si lo conseguían, pasaban horas tecleando esos putos botones en la noche, en la cama, maldiciendo el colegio o la universidad, hablando de música. Significaba muchas cosas para gente muy diferente, y eso es algo digno de una elegía.