Esta serie hace parte del Especial de fotografía 2016.En julio de 2015, el equipo de Estados Unidos ganó la Copa Mundial Femenina de Fútbol, demostrando un gran talento. En los primeros 16 minutos del partido final contra Japón, Carli Lloyd anotó tres goles con la misma habilidad que habrían mostrado Pelé o Maradona, incluyendo un tiro desde mitad de cancha con la precisión de un francotirador.Para esta serie, Cait Oppermann pasó un tiempo con miembros de cinco de los diez equipos de la National Women's Soccer League (NWSL), la organización de fútbol femenino profesional más importante en Estados Unidos. La liga —que le da a las jugadoras profesionales la oportunidad de mostrar sus capacidades con más frecuencia que en el mundial— ha enfrentado su buena cuota de críticas y contratiempos. Por ejemplo, se ha dicho que las jugadoras sólo ganan alrededor de 32.000 dólares al año (y a veces tan poco como 7.200), y que tienen que tomar otros empleos para complementar sus precarios sueldos. También se sabe que algunos equipos deben quedarse con "familias anfitrionas" para reducir costos mientras están de gira.
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Sin embargo, después de la victoria del mundial, que atrajo a veinte millones de televidentes, la NWSL comenzó a crecer en tamaño y popularidad. Ahora, algunas jugadoras han pensado sindicalizarse. En el transcurso de tres meses, Oppermann capturó el lado humano de estas atletas superhumanas; las fotografió cocinando después de la práctica, relajadas viendo televisión, tomando café con las compañeras de equipo. "La serie intenta humanizar al atleta profesional de una forma que a menudo no vemos; la calma, la recuperación, el aburrimiento".
