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Cultură

¿Por qué los adolescentes costeños se rompen en la calle cada vez que cae un aguacero?

En los barrios de Barranquilla y Cartagena un cielo gris y un trueno marcan la hora de buscar escondite o piedra.

Con su olor, color y sonido característico, la antesala de un aguacero desata siempre ceremonias preparativas: mientras los instagrameros mandan la mano al bolsillo y meditan acerca del filtro acorde a la ocasión, los vendedores de paraguas calientan la voz, y las mamás salen a la puerta de la casa para llamar a sus hijos al orden y al nido. Para los jóvenes que viven en los barrios pobres de Barranquilla y Caratagena el presagio de un inminente aguacero indica que ha llegado el momento de ponerse las chancletas y salir a la calle a romperse la madre armados de piedra, cuchillo y plomo.

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En las ciudades del Caribe colombiano la lluvia y los tropeles callejeros entre adolescentes van de la mano hace tanto tiempo y con tanta frecuencia, que El Heraldo ––un periódico de Barranquilla–– las ha bautizado como "Las guerras bajo la lluvia". "Aquí, en El Terraplen, la gente alquila sillas Rimax para ver las peleas cuando hay aguaceros", me decía Teresita Goyeneche, una colega de la ciudad de Cartagena. El punto es que Las guerras bajo la lluvia merecen ser deletreadas con mayúscula, ya que se han consolidado entre los hitos y clichés de la Costa Caribe, ahí al lado del Picó y del falso positivo futbolístico del Junior en 2014.

Es un poco desconcertante. Que los adolescentes se organicen en pandillas es normal: según un informe de la revista Semana existen unas 600 en todo el país. Que cada tanto estas pandillas se agarren a pata, piedra, machete y plomo en las calles tampoco sorprende: ¿cuál es el punto de organizarse en pandillas, entonces? Pero la costumbre, casi ceremonial, de hacerlo cada vez que cae un aguacero parece limitarse a Barranquilla y Cartagena, dos ciudades que, casualmente, concentran casi una tercera parte de las pandillas que hay en Colombia.

Según la Policía Metropolitana de Barranquilla, las guerras de lluvia responden a una tradición arraigada entre los barranquilleros desde hace décadas, pero en los últimos cinco años el fenómeno ha ganado prominencia y visiblidad en medios gracias a los videos de las peleas en Youtube, que, sobra decir, son bastante entretenidos. Estos enfrentamientos han empezado a cobrar víctimas fatales, obligando al alcalde Alejandro Char y a la policía a anunciar la búsqueda de "pactos" para acabar con las "Guerras bajo la lluvia".

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Estuve conversando dos personas que ven volar piedras bajo el aguacero en su barrio para tratar de averiguar por qué en algunas partes de la Costa Caribe un cielo gris y un trueno señalan la hora de buscar escondite o piedra.

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Conocía a Edson porque hace un poco más de un año me contó la historia de como viajó por todo Colombia y Suramerica como polizón en camiones de carga siguiendo al Junior de Barranquilla, equipo de sus amores. Cuando le pregunté si sabía algo acerca de "Las guerras bajo la lluvia", Edson me contestó: "Sí claro, aquí (el barrio Ferrocarril en Soledad, Atlántico) eso pasa a cada rato".

¿Y de dónde viene esto de pelear en la calle cada vez que llueve?

Bueno, aquí en las noticias siempre los presentan como enfrentamientos entre pandillas. Pero yo no creo que sea así porque cuando la cosa es entre pandillas, la pelea es entre gente de distintos barrios y es por el territorio; por el parque, por la cuadra y así. En cambio esto es entre pelados del mismo barrio, entre los combitos. Es más como una cosa de salir de los pelados queriendo mostrar cuál es el más bravito, el que más aguanta, el que más volea piedra.

¿Hace un par de días un mayor de la policía de Barranquilla le decía a El Heraldo que esto venía de una tradición vieja entre los pelados barranquilleros, a usted le consta eso?

Claro que sí. Lo de salir a hacer peleitas cuando se forman los arroyos es una tradición vieja aquí. Cuando yo era un pelado de 13 o 14, o sea hace unos 12 años, yo mismo era de los que salía a pelear cuando había aguacero.

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Eso de pelear bajo el agua es muy tradicional acá. De hecho, aquí en Barranquilla el 20 de enero de todos los años se celebra algo que se llama el Día del agua, llueva o no llueva. Ese día todo el mundo sale a la calle a tirarse a agua y se forman guerras de bolsitas de agua y es un desorden. Pero todo como en juego. Lo que pasa es que esa tradición ha venido cambiando.

¿Cómo ha venido cambiando?

Mira, cuando yo salía a pelear en los aguaceros me acuerdo incluso que cuando alguien caía al piso por una pedrada lo ayudábamos a levantar y era como decir: "Bueno ya, este no juega más". Pero hoy en día esto ya es, a piedra, a machete y hasta con pistolas, ¿si has visto los videos? Lo que pasa es que ya los peladitos no tienen respeto por la vida.

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Wilfredy Teherán tiene 33 años y es líder comunitario en Los Deseos, uno de los 26 sectores del barrio Nelson Mandela en Cartagena. Es uno de esos casos de pandilleros redimidos que tratan de convencer a lo más jóvenes de no seguir sus pasos. Me atendió por teléfono esta mañana:

Hola Wilfredy, usted hace cuánto pasa esto de la peleas bajo la lluvia en su barrio.

Hace unos dos años, tres máximo.

¿En serio? Porque yo ayer hablaba con alguien de Barranquilla que me decía que eso viene de una tradición muy vieja, de los pelados barranquilleros, casi que de un juego.

No, a esto es algo relativamente nuevo y no es ningún juego. Aquí cuando se arman estas peleas es entre las pandillas y es hasta con chopos y changones (dos clases de armas de fuego caseras que se usan en los barrios de Barranquilla y Cartagena).

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¿Y cómo empezó todo?

Supongo que algún día dos grupos de muchachos se agarraron a pelear bajo la lluvia y se dieron cuenta que cuando hay aguacero aquí nadie los para y de ahí se fue regando la voz. Hoy en día, tan pronto como el cielo se pone gris los pelados empiezan a citarse por Facebook para ver dónde es la pelea.

¿Nadie los para?

No. Lo que pasa es que aquí en el barrio Nelson Mandela las calles no están pavimentadas, entonces cuando llueve se forman unos barrizales que las motos de la policía no pueden atravesar hasta tiempo después de que pase el aguacero.

A parte de eso, ¿usted por qué cree que a los chinos de su barrio les gusta tanto pelear bajo la lluvia?

La otra cosa que pasa es que aquí esas peleas llaman la atención y es bastante la gente que sale a la calle a verlas. Entonces los pelados también lo han cogido como una forma de mostrarse, de ganar popularidad y respeto en el barrio.

Lo otro es que los pelados aquí salen del colegio y quedan solos y sin nada que hacer. Entonces lo que queda es salir a buscar adrenalina.