
Fue hasta inicios de 2012 que los pobladores de la zona empezaron a entender la magnitud de lo que ocurría más allá de sus casas. Observaban camioneta tras camioneta, cargadas con equipo pesado, que retumbaban por los caminos de la selva que normalmente se usan para las rutas de los colectivos y para las camionetas pick up cargadas de gallinas. En febrero de ese año, Radius obtuvo el permiso final del gobierno para construir su mina, con la esperanza de sacar unas 52 mil toneladas de oro al año de El Tambor.Temerosos de que un gran inversionista extranjero empezara a excavar en sus tierras, las comunidades cercanas decidieron intervenir en el proyecto. Levantaron barricadas humanas, conformadas por personas tomando turnos sentados en sillas de plástico sobre la carretera. Alzaron pancartas y alimentaron a los manifestantes en cocinas temporales puestas bajo la frondosa vegetación de la selva. La mina sigue sin extraer una onza de oro, y el 2 de marzo de este año, se celebró el segundo aniversario de este bloqueo, conocido como La Puya, es decir, la punta de lanza.

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