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COLOMBIA

Un árbitro presenta candidatura al pichichi marcando un golazo con el culo

Ese maldito momento en el que el árbitro se interpone entre ti y la portería. A veces jode, a veces ayuda.
¿De qué te ríes? Nolberto Ararat, el árbitro goleador. Imagen vía Twitter

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Si has jugado alguna vez un partido de fútbol, seguro que me darás la razón: pocas cosas tocan más las narices que ver a un árbitro tocando la pelota y desviándola justo antes de que te llegue. Sí, jode, pero no es lo peor que te puede pasar. También existe la posibilidad que al llegarte un balón precioso que ha botado a la altura perfecta para darle con el empeine dirección a la escuadra, el colegiado se meta en medio i haga cambiar la dirección del balón.

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Te ha robado el gol de tu vida.

Si la pelota acaba entrando, sin embargo, no te vas a quejar demasiado y vas a celebrarlo como si hubieras metido el gol Puskas del año.

El árbitro, teóricamente, es un poste, el único ser vivo del campo de juego que no puede tocar la pelota y que ha sido entrenado para estar lo suficientemente cerca del balón, pero lo necesariamente lejos para no interferir en la trayectoria de un pase o un disparo.

Tristemente, no siempre pasa esto.

En Colombia durante un partido entre el Independiente de Medellín y el Alianza Petrolera sucedió lo que no tiene que pasar. El extremos centró al área pero no llegó a su destinatario y la defensa rechazó el balón, con tan mala suerte que este acabó botando perfectamente ante un mediocentro del equipo contrario.

Claro, ante un caramelito como ese nadie se resiste y John Hernandez creyó que iba a enganchar una volea de antología. De hecho lo hizo, pero cuando la pelota se dirigía a la portería cual misil hacia su objetivo, el árbitro no pudo esquivar el esférico y confundió al portero de Alianza Petrolera, que no pudo hacer nada para evitar el gol.

Mientras el número 8 de Independiente celebraba el gol con sus compañeros, el equipo rival le reclamaba al árbitro que anulara el gol, y de paso, que por favor se quitara de en medio. Pero no hay regla que anule esta situación. Si al árbitro le da para sacar culo y con eso te marcan un gol, pues te jodes. Nolberto Ararat puede presumir de ser uno de los pocos árbitros que ha marcado un gol.

Para que no sufras por el sentimiento de culpa que debe estar rondando sin parar por la cabeza de Ararat —¡JA!—, el Independiente de Medellín acabó ganando 4-2, lo que le hace subir a la séptima posición de la liga mientras que el Alianza Petrolera no sale del pozo de ser el último de la tabla.