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Identidad

Por qué a los hombres les encanta tener sexo con muñecas

Algunas muñecas son tan realistas que cuesta distinguirlas de las mujeres reales. Un psicólogo explica los riesgos ⎯y las recompensas⎯ de amarlas.
Photo by Paul Edmondson via Stocksy

Algunos hombres prefieren follar con objetos inanimados que con mujeres de verdad y, como vivimos en un mundo regido por la oferta y la demanda, la industria y el arte de la fabricación de muñecas sexuales humanas se ha expandido en la última década. Las muñecas sexuales han mejorado tanto y son tan realistas que han empezado a sustituir a algunas esposas fallecidas y a convertirse en sucedáneos de novias para hombres de todo el mundo.

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En mayo de 2015, Vanity Fair publicó un reportaje sobre David Mills, famoso activista ateo y propietario de RealDoll, una importante empresa fabricante de muñecas sexuales tan realistas que, para algunos, no pueden distinguirse del cuerpo de una mujer humana. "Me encantan las mujeres", explicó Mills a Vanity Fair, "pero no me gusta el contacto con la gente".

Según un artículo del Mirror, otro fabricante de muñecas sexuales, Orient Industry, cree que todo aquel que compre sus productos "nunca más deseará volver a tener una novia real". Sus muñecas de tamaño natural están actualmente disponibles en Tokio, donde se las venera por su inmensa belleza. "El principal mercado para estas muñecas del amor no son solo los coleccionistas, que adoran vivir con ellas, sino también otras personas como por ejemplo viudos", desveló un informe.

Foto por Paul Edmondson vía Stocksy

En otras palabras, los fabricantes están clonando las bocas, manos, pechos, piernas y nalgas de mujeres reales y las están vendiendo a consumidores avisándoles de que estas cosas son mejores que las personas de verdad. Pero, ¿es buena ida sustituir a los humanos por muñecos?

El Dr. Peter Kanaris es director clínico del Programa de Diagnóstico Sexual dentro de la iniciativa Kanaris Psychological Services en Smithtown, Nueva York. En una entrevista concedida a Broadly, Kanaris explicó que el sexo con muñecas es diferente al sexo con personas porque "no hay reacción alguna mediante movimientos ni conexión personal".

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En lugar de ello, las muñecas sexuales humanas "son una oportunidad para que las personas proyecten sus sentimientos", afirma Kanaris. Mantener una relación sexual con un objeto inanimado es similar, indica, a "representar nuestras fantasías", donde el límite solo lo marca nuestra imaginación. Kanaris hace hincapié en la importancia que tienen la sexualidad y la intimidad para los seres humanos. "Después de las necesidades básicas como comer, beber y respirar, el impulso sexual y de conexión con los demás puede considerarse la siguiente necesidad más importante", afirmó.

Aunque algunas personas pueden argumentar que es mucho mejor obtener dicha conexión con alguien que pueda pensar y hablar, Kanaris explica que hay muchos motivos psicológicos por los que un individuo puede verse impulsado a follar con chicas de goma, entre ellos "falta de acceso a otras personas, timidez o ansiedad social, falta de experiencia y complejos, o quizá tener una pareja que no está dispuesta a participar en determinadas preferencias sexuales".

"El sexo y la intimidad desempeñan papeles muy importantes a lo largo de toda la vida", afirma Kanaris, y añade que el aislamiento social puede resultar devastador para la salud mental y física de las personas conforme envejecen. Afirma que las muñecas sexuales humanas pueden ser beneficiosas para "aquellas personas que no tienen acceso a una pareja".

"Las personas que han perdido a su pareja porque esta ha fallecido, por un divorcio o por la ruptura de una relación y aquellas personas con discapacidades, que podrían no tener un fácil acceso a conseguir otras parejas, podrían beneficiarse de las muñecas. La oportunidad de expresar la sexualidad y la sensación de no sentirse solos podría ofrecer un gran alivio y mitigar la sensación de aislamiento", indica.

Pero sustituir totalmente el contacto humano por el contacto con muñecas podría no ser la mejor de las ideas… Al menos no por ahora. "Puede existir un riesgo para algunas personas que desarrollan relaciones a largo plazo con sus muñecas como modo de evitar las relaciones con personas reales", afirma Kanaris, "ya que podrían llegar a privarse de la riqueza y la plenitud de lo que pueden ofrecer las relaciones con otros seres humanos. Sin embargo, creo que en el futuro, conforme sigamos desarrollando tecnologías que permitan interacciones más similares a las humanas con robots, la respuesta a esta cuestión será mucho más compleja".