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Es cada vez más inseguro cultivar o pescar en Gaza

Las restricciones a los pescadores de Gaza han paralizado el enclave costero de la industria pesquera y ha empobrecido a los pescadores locales.

Por milenios, la agricultura ha sido la forma de vida principal en Gaza, el territorio palestino costero del cual Israel oficialmente se desvinculó desde 2005, pero al que se vinculó de nuevo el verano pasado con un ataque de bombas de 51 días que transformó el paisaje. Los suelos salinos de la región han producido, desde hace mucho tiempo, excelentes olivas, cítricos y drupas, entre otros cultivos; y ha provisto a los agricultores que tienden a cultivar para ganarse la vida y para alimentar a sus familias. Pero, a pesar del cese de fuego por parte de Egipto que sucedió el pasado agosto, los residentes de Gaza y las organizaciones de derechos humanos dicen que el cultivo y la pesca en el área son trabajos peligroso, alegando que los fuerzas israelíes rutinariamente abren fuego contra los gazatíes que intentan trabajar sus tierra o pescar en sus aguas. Dichas organizaciones reportan que la seguridad alimenticia en el área es altamente amenazada y la mayoría de los residentes dependen de ayuda internacional para conseguir alimento suficiente.

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El tema es la «zona de amortiguación de seguridad» que Israel estableció en 2012, una franja que se extiende desde el norte Gaza hasta las fronteras orientales con Israel que permanece inaccesible para los gazatíes. La zona-amortiguadora no sólo contiene el 29% de la tierra arable de Gaza, según la Ayuda Americana a Refugiados del Oriente Próximo (ANERA, por sus siglas en inglés) —efectivamente impidiendo que los gazatíes cultiven la tierra—, una zona de tres kilómetros que nunca se ha definido claramente. De esta manera, agricultores y pescadores gazatíes reportan que han encontrado peligroso acercarse a ciertas áreas a 1,500 kilómetros de las fronteras de la zona-amortiguadora.

Ahmed Abu Daqqa, un residente de la comunidad campesina de al-Faraheen que colinda con la zona-amortiguadora, le dijo a The Electronic Intifada que es difícil decir qué tan cerca los residentes se pueden aproximar a la zona para trabajar la tierra que, por derecho, es suya. Si se acercan, dicen los residentes, las fuerzas israelíes disparan.

«A veces son 500 metros, a veces son 300 metros», dijo Daqqa. «Nunca sabemos qué tan cerca podemos llegar». El artículo reporta que uno de cada cinco agricultores gazatíes han dejado su actividad agrícola al presentarse estas amenazas.

En el pueblo cercano de Beit Lahiya, el recolector de melones, Mahmoud Abu Afash, expresó preocupaciones similares. «Aquí, pienso que comienzan a disparar cuando nos acercamos más de 300 metros», Abu Afash dijo en el mismo artículo que, por derecho, es suya y que se arriesga cada vez que la cultiva.

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Como resultado de la pérdida de sus medios tradicionales para asegurar el alimento, una enorme porción de la población gazatí ahora depende de programas de asistencia nutricional.

Las restricciones —y las confusiones asociadas— se aplican no sólo a la tierra, pero también al mar, reportan fuentes periodísticas. De acuerdo con un artículo en Al-Akhbar English, las fuerzas navales israelíes han abierto fuego repetidamente a los pescadores palestinos en el Mediterráneo, arguyendo que los pescadores traspasan el limite de seis millas náuticas impuesto por las autoridades israelíes.

«Las restricciones a los pescadores de Gaza han paralizado el enclave costero de la industria pesquera y ha empobrecido a los pescadores locales», afirma el artículo. Las estadísticas del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, por sus siglas en inglés) respaldan estas demandas: el reporte anual de 2011 revela que el 90% de los pescadores gazatíes son pobres, que desde 2008 se incrementó en un 40%. Las pérdidas del sector agrícola de Gaza, reporta la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanos de Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés), han sido similarmente devastadoras, los agricultores padecen la «pérdida de su fuente de ingreso y salarios debido a los severos daños a las tierras cultivables; la muerte y pérdida de ganado, inhabilidad de acceder a tierras de cultivo, particularmente en la zona de amortiguación de tres kilómetros impuesta por Israel y, además a esto se le suma la pérdida de empleos».

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Como resultado de la perdida de sus medios tradicionales para asegurar el alimento, una enorme porción de la población gazatí ahora depende de programas de asistencia nutricional como Oxfam. De acuerdo a un reporte adjunto compilado por el Banco Mundial, la Unión Europea, Naciones Unidas y el gobierno palestino, «la mayoría de la población de Gaza ha sido forzada a la pobreza y a la inseguridad alimentaria, sin otra opción que depender fuertemente de la asistencia para cubrir sus necesidades básicas». El reporte también establece que el 89% de los jefes de familia gazatíes han recurrido a negativos para solventar sus necesidades alimenticias, como otra opción dada por el Banco Mundial. Los residentes dicen que hay «mecanismos negativos para solventar sus necesidades alimenticias», incluyendo la compra de alimentos de baja calidad y reduciendo el consumo de alimentos diarios.

Ésta es nuestra única fuente de ingreso, aún cuando sigue empeorando», dijo Abu Daqqa de al-Faraheen. Cultivar es un trabajo peligroso aquí.

«Mis hijos sufrían de problemas de hígado, anemia y tenían los huesos débiles», le dijo recientemente a Inter Press Service (IPS) Safa Subha, residente de Beit Lahiya. «Fue sólo después de recibir vales de comida normal de Oxfam y comprar huevos y yogurt que mis hijos pueden están más sanos ahora».

De acuerdo a Alaa Tartir de Al-Shabaka, un grupo independiente palestino de investigación, el decomiso israelí de tierras de cultivo, vía la zona de amortiguación, así como los ataques de sus fuerzas armadas contra agricultores y pescadores, no son simples problemas de construcción de fronteras o actos aleatorios de violencia. En cambio, dijo a The Electronic Intifada, esas medidas son parte de una campaña de guerra económica.

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«La estrategia de Israel es mantener la economía palestina paralizada, dependiente, no desarrollada y siempre al borde del colapso», dijo Tartir. Como resultado, dijo, a las organizaciones de ayuda internacional sólo les queda recoger a los vagos. «Israel está imponiendo un asedio y los donadores están pagando por ello».

Aunque los reportes sobre cómo se usa la tierra en Gaza —así cómo el ganado y los recursos acuáticos han sido afectados a través de los años por el conflicto con Israel— están bien documentados, los reportes sobre las fuerzas armadas israelíes que abren fuego contra los gazatíes son meramente anecdóticos. En respuesta a estos reportes, la Mesa de Medios de Norteamérica de las Fuerzas Defensivas de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), le envió la siguiente declaración a MUNCHIES:

«El área en las inmediaciones vecinas al cerco de seguridad a la Franja de Gaza ha servido como un campo de preparación contra los ataques a los civiles [israelíes] y a las fuerzas defensivas. De esta manera, y debido a las preocupaciones existentes que Hamas y otros grupos terroristas provocarán por sus amenazas contra la vida de Israel, el acceso a 100 metros está prohibido. Las Fuerzas Defensivas de Israel toma las precauciones necesarias para salvaguardar sus fronteras de violencia no provocada».

A pesar de los riesgos, los agricultores gazatíes a menudo no tienen más opción que continuar intentando ganarse la vida de sus tierras, como ha sido su costumbre.

«Ésta es nuestra única fuente de ingreso, aún cuando sigue empeorando», dijo Abu Daqqa de al-Faraheen. «Cultivar es un trabajo peligroso aquí».

Nota del editor: Esta publicación fue actualizada para incluir la respuesta de las Fuerzas Defensivas de Israel.