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Tim Tebow

Creámosle a Tim Tebow aunque no todo sea cierto

Este lunes, Tim Tebow se reportó para su primer día como beisbolista profesional en las instalaciones de los Mets, pero su presencia va más allá de un simple entrenamiento.
Photo by Jasen Vinlove-USA TODAY Sports

El lunes al mediodía, la compañía de cable propiedad de los Mets llevó a Tim Tebow hasta la pantalla chica. Durante su conferencia de prensa, sonrió, hizo algunas declaraciones, e incluso soltó una risueña carcajada (cuando se le preguntó si se sentía como un niño al ponerse la jersey, y después de gritar Jacksonville y Duval County). En ocasiones, la transmisión de la rueda de prensa dividía la pantalla. En la parte izquierda, Tebow gritaba "Jacksonville". En la parte derecha circulaba una serie de fotografías de su primer entrenamiento en la liga instruccional con los Mets en las instalaciones del equipo en Florida. Tebow realizaba ejercicios básicos entre bases y tomó algunos turnos al bate; la cámara abría la toma para apreciar el campo y mostrar un par de bateos que terminaban a unos centímetros de la reja del campo de prácticas. Tebow regaló destellos de su nivel para lanzar que hicieron de su breve carrera como mariscal de campo en la NFL un milagro.

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Cuando la gente se sentía más cómoda utilizando esta palabra para referirse a Tebow, su forma para lanzar le hacia mucho más justicia. No sólo por el hecho que Tebow había ganado algunos partidos como quarterback a pesar de sus obvias deficiencias en dicha posición. También —a pesar de parecer un mariscal de campo dibujado por un niño de preescolar— porque el cuerpo de Tebow parecía jugarle una mala pasada cada vez que lanzaba el ovoide. La mecánica de sus movimientos era la de un hombre intentando golpear su cabeza con la palma de su mano, al mismo tiempo que hacía círculos sobre su estómago con su otra mano.

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La situación se puso aún más extraña con todos y cada uno de los intentos de los entrenadores de pulir sus movimientos para que se parecieran, mínimo, a los de un mariscal de campo promedio. Para cuando Tebow se encontraba en el campamento de los Patriots de Nueva Inglaterra en 2013, su técnica de lanzamiento implicaba ponerse casi en cuclillas y agacharse, incluso bajo condiciones tan favorables como la llovizna de verano. En algún punto de su carrera cuando comenzó a quedarse relegado en la liga, Tebow pudo haberse dado por vencido y poner en acción sus otras habilidades para jugar en una posición diferente; hubo ofertas de equipos para que lo hiciera y, de haber anunciado su cambio a un posición como ala cerrada dinámica, tal vez habría sido más exitoso en la NFL. Después de todo sólo tiene 29 años. Es un poco grande para iniciar una carrera como beisbolista, como mucha gente lo ha señalado desde que Tebow firmó con los Mets a principios de septiembre, pero sigue siendo muy joven para el retiro.

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En la pantalla dividida del lunes, Tebow dijo que si los Patriots de Nueva Inglaterra lo buscaran —Tebow tuvo que dejar bien claro al reportero que lo cuestionó que no lo habían hecho— les diría que se encontraba en Port Saint Lucie con su "familia de los Mets", y que se quedaría ahí. Excepto los sábados cuando Tebow tiene que cumplir con sus obligaciones como parte del equipo de transmisión de SEC Network. Según SNY, se otorgaron 70 acreditaciones de medios el día de ayer, más de 400 personas se dieron cita para observar el entrenamiento, y los reporteros que debían estar cubriendo otros eventos también se presentaron en las instalaciones.

Tebow just airmailed one from 45 feet. Over the throwing partner and fence. Not sure i've seen that before on this field.

— Jon Heyman (@JonHeyman)September 19, 2016

Tim Tebow hit a ball off the fence in right-center.

— Jared Diamond (@jareddiamond)September 19, 2016

Por todo ello —desde las publicaciones vía Twitter en vivo en un tedioso día sin beisbol, los metiches y los súbditos de Tebow, como la mujer que dijo apoyarlo porque "sabe cuándo arrodillarse"— uno se puede dar cuenta de la apoteosis tardía que desató Tim Tebow en el 2011. Lo que fue insostenible en los cinco minutos de fama de Tebow, más allá de la extraña estética de lanzamiento, fue la alocada retórica a favor de su nervioso brazo izquierdo y su profunda fe cristiana. Las personas en busca de una pena ajena para portarla como suya la encontraron en Tebow, y vaya que fue extraño; Tebow había sido tocado por Dios de una manera en que los demás talentos de la NFL no lo habían sido. Pero siempre existió la sensación de que no lo hacían por él.

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Nos daba la impresión de que el tema de conversación podía sobrevivir sin Tebow, quien en ese entonces era tan honesto y agradable como en la actualidad. También nos dimos cuenta que hablar de él no era más que una forma de llegar a los mismos puntos de discusión y utilizarlo como escudo en una vieja y aburrida batalla contra viejos enemigos. Siempre tuvimos la sensación de que el show de Tebow pudo haber sobrevivido sin él y, en efecto, lo ha hecho. Las discusiones sobre quién pertenece a la élite y quién no forman gran parte del panorama actual en el futbol americano. Hasta cierto punto, Tim Tebow sale librado de esto.

En un universo paralelo, la gente recibe así a Kyle Orton. Foto por Jasen Vinlove-USA TODAY Sports

Si parece injusto reducir a Tebow a un rol tan pasivo en su propia vida pública, existen dos razones para hacerlo. La primera dicta que es injusto asumir que Tebow —quien respondió de manera intrascendente "sí" y "no" a casi todo lo que se le preguntó— no es un actor activo en su propia vida. La extraña e innegable voluntad de Tebow moldeará su carrera y su vida, y es seguro asumir que decidió jugar beisbol por el simple hecho de querer practicar lo que le gusta. Pero el otro motivo es que la manera en que Tebow ha sido utilizado —como mira de oro y morbo— en realidad es injusta.

Los Mets están generando dinero, así de rápido, gracias a Tebow, y no han sido para nada sutiles para ocultar que es su única intención. Le dieron una playera con el mismo número que utilizó en las temporadas que le merecieron el trofeo Heisman en la Universidad de Florida —Tebow dijo nunca haber pedido la playera y que ésta estaba en su casillero cuando llegó—, y ahora es una de las más vendidas en la tienda del equipo. Un acuerdo especial le permite al club vender playeras con el nombre de Tebow a pesar de no formar parte del plantel principal de 40 jugadores; todo el dinero recaudado en el complejo de Port Saint Lucie se queda con el equipo. Ya que los Mets son dueños de los equipos en los que es muy posible que Tebow debute —ya sea el equipo de la Liga Estatal de Florida en Port St. Lucie o el de la Liga Atlántica del Sur en Columbia, South Carolina— también se beneficiarán del boletaje vendido. Los más de 400 fans que se presentaron para verlo entrenar hacen que su presencia mucho más impresionante. Esta temporada, los Lakeland Flying Tigers de la Liga Estatal de Florida, promediaron 334 fans por partido, una cifra poco común que en comparación con otras no se queda corta: tres de los 12 equipos de la liga atrajeron mucho menos de mil fans por partido en promedio. El equipo de Port Saint Lucie atrae un grupo considerable de personas para los estándares de la liga, pero todo indica que no meterán más personas con Tebow en el plantel.

Esto no es precisamente un mal acuerdo para Tebow, quien gana 100 mil dólares garantizados por un entrenamiento de baja calidad, y varias dudas en cuanto a carácter y potencial. Pero se trata de un episodio más en la novela de su vida. No se trata de la historia que habla de su fe y ética de trabajo, y de sus misiones alrededor del mundo, lo cual es verdad. Esto puede ser verdadero, incluso heroico, sin que sea necesariamente su historia completa. Tim Tebow no ha sido comprado y vendido en público en contra de su voluntad, y nunca ha ocultado el alcance y tamaño de sus ambiciones.

Cuando Tebow se postule para un cargo público, entonces habrá razones para ser un poco más críticos sobre la verdad de los hechos relatados. Pero por el momento, podríamos creerle a Tebow no sólo cuando dice que juega beisbol porque le gusta practicarlo, también cuando nos regala sus frases que hablan de dar lo mejor de uno y no temerle al fracaso. "Haz lo que esté en tu corazón", fue la respuesta que dio ante los medios luego de ser cuestionado por qué quería ser beisbolista. "Haz lo que te apasione. Espero que ustedes estén haciendo lo que les gusta hacer, porque aman escribir y compartir historias, y nadie los obligó". Es una táctica familiar y conmovedora, y una de muchas maneras de contestar una pregunta. Pero, al mismo tiempo, existe una razón por la que es muy fácil creerle a Tebow: en todos sus años en el centro del huracán de mala fe y movimientos irreparables, su esfuerzo imperfecto siempre ha lucido como su único rasgo honesto.