Por fin sucedió. Lady Gaga ha hecho el movimiento más impresionante de su carrera. La mujer responsable de envolver sus pies en carne cruda, la que apareció en los Grammys en un huevo gigante y contrató artistas para que vomiten en sus chichis en SXSW; tocó la noche de los Óscares y sorprendió a todos con un show perfectamente normal. Normal en el sentido de que no se vistió como en una exhibición de Damien Hirst, y perfecta en el sentido de que rompió madres.
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John Legend y Common tomaron la estafeta con “Glory”, dejando un pedazo de comentario político, pero no sólo eso, sino que agarraron todo el pinche pastel y se lo aventaron en la cara de la comunidad de celebridades.
The Lonely Island salieron con “Everything is Awesome” feat. Tegan and Sara, haciendo alarde de sus mejores impresiones de Danzig, que es básicamente EDM: El Musical. Bien resulto o fan-pinche-tástico o la manifestación física de Times Square desapareciendo hasta el culo.