Eddie Argos es un museo en el que está prohibidísimo NO tocar las obras de arte. Tipos de uniforme encargados de vigilar que todo el mundo palpe las esculturas. Cuadros descolgados y amontonados como en un Lefties. Una lorza blanquecina sudando humor británico. Stephen Fry en Los Amigos de Peter… En el mismo instante en que intentas ser punki ya has perdido tu oportunidad de serlo, y por eso un lechón con más ceja que bigote encarna a la perfección aquella balada que arremetía contra la moda punk en Galerías. O los pelos de colores y las chupas con remaches en la versión de M.D.C. “Not just a singer in the band, he'll puke on you”, que cantaban NOFX. Un cincuentón trajeado regalando codazos en primera fila. Eso es el punk. Y eso es lo que te encuentras en un concierto de Art Brut.
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Un batería que toca de pie, un guitarrista que masca púas, otro que se burla del técnico de sonido y una bajista con carcajada de lunares. Cuentan que el grupo nació con el objetivo de que Israel y Palestina chocaran las cinco con la gorra del revés. Para ser más universales que el cumpleaños feliz. Si un día soñaban con mudarse a Los Angeles, al siguiente deseaban que un terremoto se tragara la ciudad. Volvieron a España para triunfar a lo grande y sólo vendieron una entrada más que la última vez. Intentaron cantar Mr. Sandman y apenas les salió el “pam pam pampam pampam pam pam pampam pampam pam”. Se iban a desnudar y se atascaron los botones de la camisa. No probaron sonido pero sonaron de lujo. Y el fotógrafo dijo lo que nunca antes había dicho: esto ha sido un bolazo.Fotos por Sergio Albert Avilés
