FYI.

This story is over 5 years old.

el slider

El Slider: El Síndrome de la gorrita chida

En el 'Rey de los deportes" lo que te distingue como aficionado es lo que portas en la cabeza y no en el pecho. El beisbol se piensa, no solo es moda
Foto: ColorfulRebel

Sigue a partir del día de hoy nuestra columna de beisbol en Vice Sports LATAM

Siempre he creído que cuando alguien porta una prenda – sea la que sea-de un equipo deportivo en particular, es porque es seguidor de él y quiere externarlo al resto de las personas, es decir, que se den cuenta a quién sigo y porqué porto una playera del club de "mis amores". Lamentablemente esto no pasa con el béisbol.

Los últimos meses me he percatado de una marea de gorras de colores que inunda la Ciudad. Cualquiera que piense de la misma forma que yo, creerá que de pronto nos dio por tirar las playeras de futbol y comenzamos a darnos cuenta de lo divertido que puede ser el béisbol. Lejos de una playera o los colores de tu equipo, en "El rey de los deportes" lo que te distingue como aficionado es lo que portas en la cabeza y no en el pecho. El beisbol se piensa.

Publicidad

Lamentablemente la marea de colores en las cabezas de los habitantes de nuestra ciudad no tiene nada que ver con el gusto por el béisbol, tiene que ver con una nueva moda. Ahora nos da por comprar gorras en las tiendas deportivas, no importa el equipo, importa que la gorra combine con tus nuevos tenis. Prostitución de la pasión.

Alguna vez compré en oferta una gorra color salmón de los Gigantes de San Francisco. La compré porque me gusta el beisbol y sobre todo porque soy seguidor de los Gigantes. Un primo me dijo que me la cambiaba por una de los Yankees, acaba de comprar un chaleco con detalles salmón y le iba a combinar chingón. Le dije que no.

Me encabrona mucho la falta de identidad, y portar una gorra, un jersey o lo que sea que te defina como seguidor de un equipo cuando no lo eres, es como ser vegetariano y comprarte un abrigo de piel porque se te ve chido. No importa el fondo del asunto, importa verse bien.

Después del enojo por la falta de identidad, me entero que hoy salen a la venta los boletos para ver a Los Padres de San Diego en contra de los Astros de Houston para disputar un par de juegos de pretemporada los próximos 26 y 27 de marzo, en el Fray Nano, casa temporal de los Diablos Rojos del México.

Boletos desde 250 pesos hasta 3 mil, una patada en los huevos. Seguramente veremos por ahí muchos seguidores de los Padres y de los Astros, cosa que me vale madre. Lo que realmente me importa son los costos de las entradas. Lamentablemente todos los deportes han seguido y heredado recetas del futbol y se han dado cuenta que es un buen negocio, si no la selección mexicana no iría a jugar amistosos a Los Ángeles y los Padres no vendrían en compañía de los Astros a hacer pretemporada a nuestro país.

Publicidad

Foto: Enrique Gutiérrez

Históricamente en nuestro país entrar a un partido de beisbol ha sido barato y en nada se compara con los costos o métodos de algún otro deporte. Hace algunos años cuando todavía se encontraba en activo el Parque del Seguro Social podías entrar incluso gratis. Tu pase era la bola que algún jugador haya pegado de jonrón o un batazo de foul que logrará salir del parque. Recogías la bola, se la mostrabas a los boleteros de la entrada y listo, lugar asegurado para ver el resto de las entradas del juego.

La nobleza del beisbol radica en cosas que lo hacen distinto al deporte más popular de nuestro país, el futbol. La comparación suena bastante común, pero es de donde se atraen algunas costumbres que perjudican al deporte que sólo es guerra dentro del diamante.

Incluso las costumbres en las gradas se han ido modificando por el síndrome de "la gorrita chida". No digo que no esté chingón que se atraiga nuevo público, el problema está en que junto con ellos vienen las costumbres de otros lados: las madrizas en las gradas, los gritos ridículos y el desmadre generado por la desesperación de quien no aguanta el ritmo de una batalla uno contra uno que se alarga incluso más de 3 horas.

La neta es preferible que si no te gusta el beisbol, pero las gorras de béisbol sí, no te des un rol por el Fray Nano porque ya solo caben 5 mil personas y a veces es un pedo conseguir boletos.