Cómo una familia española ha mantenido la fiesta viva por más de un siglo

FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Cómo una familia española ha mantenido la fiesta viva por más de un siglo

Nos fuimos hasta Barcelona para conocer a la familia Arnau, mejor conocida como 'elrow'.

Este texto originalmente se publicó en THUMP RU.


Sigue a THUMP México en Facebook


¿Cuál es tu filosofía de vida? ¿Qué cliché has oído recitar tan seguido que sin darte cuenta has comenzado a creerlo? Sácale el máximo al día, no muerdas la mano que te da de comer, nunca te acuestes con tu roommate –ese tipo de cosas. Ese tipo de filosofía. Una filosofía tipo Alain de Botton.

Pero, ¿Y si hubieras tomado un enfoque más hedonista de la vida? ¿Si tu principio de vida se inclinara más a divertirte y no a no dormirte con las medias puestas? ¿Si tu lema solo fuera "Baile y Felicidad"? Bueno, tal vez serías parte de la familia Arnau, el pelotón intergeneracional detrás de elrow, los fiesteros mundialmente afamados.

Publicidad

Esta es la pregunta: ¿Cómo conviertes esa filosofía en una fiesta que tiene lo equivalente a una creencia religiosa? Si alguien lo sabe, es la propia familia Arnau, y hasta han pasado mucho, mucho tiempo pensándolo, no solo seis años, o seis décadas, sino que seis generaciones. Básicamente, han estado organizando increíbles reventones desde 1870; antes de Serato, antes del vinilo, antes del gramófono. La historia de la familia se lee como una novela de Gabriel García Márquez si cambiamos todas esas violentas revoluciones políticas por increíbles noches de fiesta, aunque todavía existe esa pizca tan importante de realismo mágico en la mezcla.

Lee más: Kater Blau, el club para los amantes del techno

La historia comienza en Fraga, un pueblo rural al norte de España. José Satorres se había cansado ya del negocio familiar –la agricultura– y abrió un café en la comarca de Monegros, lo que se convirtió en un club social conocido como Café Josepet, un lugar popular donde los agricultores podían parlotear sobre las cosechas y esas cosas. Durante el siglo siguiente, la comarca no tuvo el mejor momento –hubo dos Guerras Mundiales y numerosos matrimonios, se ganó y se perdió en juegos de cartas. Hoy, el Café Josepet es el Club Florida 135. Todo es similar a cómo era hace 146 años –excepto el interior convertido al estilo Blade Runner.

De todas maneras, esa es una historia bien añejada. Pero yo soy más como Andrew W.K que como Andrew Roberts, así que me enviaron a la oficina central de elrow en Barcelona para hablar con la familia sobre lo que los mantiene en el negocio después de tantos años.

Publicidad

Aunque nunca había ido a una fiesta de elrow, había oído historias de los inflables y lentes de neón, cuentos del tipo de fiestas con valores de producción que hacen que tu típica noche en un sótano de Kingsland Road parezca… bueno, una típica noche en un sótano de Kinsland Road. Parecía el tipo de eventos que requieren de total y absoluta dedicación. Conocer a las encarnaciones actuales de la familia Arnau no hizo nada para eliminar esa sospecha.

"No tenemos hobbies. Vivimos esta vida", dice Juan Arnau, con franqueza.

"No sé de fútbol ni de carros, no sé de nada más aparte de este negocio", dice Juan padre, uniéndose a la conversación.

Pero parece que saben mucho. Luego de contarme detalladamente la historia de la familia, Juan padre me contó muchas anécdotas de los raves de antes. Raves en Alemania, el Reino Unido, España e Italia, de cuando Laurent Garnier solo tenía 18 años y todo era ilegal y en bodegas enormes. Este hombre debe haberlo visto todo. Así que quería saber, ¿cuál era el secreto para montar la fiesta perfecta?

"La gente tiene que bailar. Si bailan son felices; si paran, se aburren. Es así de simple. La gente no quiere estar quieta, quieren bailar", dice, golpeando levemente la mesa delante de él con sus palmas para acentuar cada palabra.

Relacionado: El Baum Festival estuvo justo y necesario

Parece ser bastante simple, pero entonces, ¿cómo hacen en elrow para asegurarse de que la gente esté siempre bailando, siempre felices? Parece una tarea muy sencilla, pero como muchos promotores de clubes te dirán, no es así del todo.

Publicidad

"La clave de todo es que la gente es la fiesta. La música es obviamente importante, pero el DJ no es la fiesta, sino la gente. No queremos ser los más underground o los más cool con los nombres más grandes, o lo que sea. Los DJ que traemos, los traemos porque sabemos que darán un buen set", dice Juan hijo. "Lo más importante es que la gente se divierta. Mi abuelo siempre me dijo 'Juan, la gente está pagando, así que se tiene que divertir'".

"Para mí, cuando el DJ está viendo sus platos, es un mal DJ. Cuando tiene la mirada arriba y está mirando al público, es un gran DJ," enfatiza Juan padre.

Son un par apasionado cuya plática está constantemente condimentada con referencias a "la diversión", "el baile", y "la felicidad" –pinceladas de emoción genuina en su lienzo conversacional. Festejar, para ellos, es un asunto serio, y tienes que asumir que es la actitud de creer que todo es posible lo que les ha permitido continuar por más de un siglo, aunque no pude evitar preguntarme si alguna vez fueron influenciados por otras fiestas u operaciones.

"Copiarse en este negocio es difícil", explica Juan hijo. "No nos gusta copiar porque siempre tienes que estar a un paso por delante de tus competidores".

Se sentía como si la vibra de patio de juegos para adultos –confeti, colchones inflables, alberca de pelotas– fuera una estética muy amplia en estos tiempos. ¿Acaso sintieron los Arnau que, tal vez y solo tal vez, la competencia estaba diluyendo su propuesta?

Publicidad

"Lo que hacemos es tan complicado que ellos nunca podrían hacerlo". Tenemos un personal de tiempo completo trabajando en una bodega en las afueras de la ciudad, haciendo nuestros disfraces, decoraciones, colchones inflables… Todo", cuenta Juan hijo.

"Todo lo hacemos nosotros mismos. Todo" añade el papá.

Hubo una historia en particular que escuché y que corresponde bien con el nivel de dedicación y atención al detalle que padre e hijo me han transmitido. Antes de su primer show en el Reino Unido, rentaron confeti de una compañía local. El confeti no estaba a la altura de los estándares de elrow, así que mandaron a pedir su marca más confiada desde España, lo que tiene sentido luego de haber pasado tiempo con los Arnaus. Si cosas aparentemente pequeñas como el confeti se tratan con tal reverencia, ¿cómo se mantienen a flote financieramente? Juan padre nos lo explica:

"Por el momento les estamos diciendo que no a muchos promotores alrededor del mundo porque no estamos listos. Bali, Australia, China, a todos esos les decimos que no por el momento. Gente en España nos ha ofrecido 200 mil euros para hacer un show, y les hemos dicho que no, y no es fácil decir que no. Incluso ahora, perdemos dinero en ciertos eventos que hacemos en Inglaterra".

Relacionados: Undergroove alrededor del mundo

"No nos interesa el dinero; lo único que queremos es hacer feliz a todo el mundo, incluyendo a mi hijo, mi hija, mi esposa y todos los del equipo, así como a los consumidores", dice orgullosamente Juan padre.

Publicidad

"Pero nos gusta invertir, porque cuando ven lo que hacemos, siempre quieren más y más. Pensamos en el panorama completo. Si quieres estar en el negocio por 100 años, tienes que pensar en la idea primero, el dinero vendrá luego", concluye el hijo.

Es una idea noble, y aunque no digo que la familia nunca piense en el lado financiero de sus operaciones, es increíblemente refrescante en estos tiempos de eventos efímeros, escuchar a gente hablar con tal devoción sobre el simple deseo de dar una fiesta realmente impresionante.

Durante mi tiempo con la familia, la palabra "mañana" aparecía siempre. Me dijeron que vería todo mañana y que necesitaba estar fresco para la fiesta. Probablemente tenían un punto, pero yo solo era un joven en Barcelona con sed de una cerveza fría y vigorizante y el deseo de salir, pero en eso, como un adolescente de sitcom deslizándose por la ventana de su cuarto, me escurrí y me fui a un set de Villalobos.

A pesar de tener la cabeza un poco adolorida, me desperté cual niño en la mañana de Navidad, listo para destapar el Super Nintendo. Excepto que el Super Nintendo era una rave, y la mañana de Navidad era el último domingo de la semana Off Sonar. Lo más importante era que estaba muy, muy emocionado. Escuchar a los Arnaus se sintió como una plática de equipo antes de un partido de Brian Clough, y para cuando había llegado a Row14 y fui recibido afuera por Juan padre –todavía se para en la puerta de cada una de las fiestas que organiza- estaba listo para hacerlo todo.

Publicidad

Relacionado: ENVISION, manual de supervivencia para un festival en la selva

Y qué montón de todo había para hacer. Mientras me encaminaba por la tierra polvorienta, vi un súper club con algo extra que era especial, como mermelada en una dona gigante. Caminé a tropezones por un juego de Twister, gané un shot gratis jugando a la ruleta, fui bañado en confeti, bailé con un actor que vendía donas gigantes – ¡donas de nuevo!– y compré una gorra de color rosa neón cubierta de caras felices con dinero de la marca elrow, el cual puede ser dinero real, excepto que lo usas para comprar lentes de sol de juguete en lugar de tijeras para uñas y Spirulina. Era un caos; un hermoso caos.

Era casi una sobrecarga sensorial. El shock de los colores desplegados era casi insoportable. Los disfraces de superhéroes y las máscaras tribales abundaban, cada drop explosivo se topaba con arcoíris de confeti, los brazos estaban permanentemente abiertos, y, tal como me habían dicho los Arnaus, todos estaban bailando. Nunca había visto un público tan grande –habían aproximadamente 4000 personas ahí– desplegar tanta energía de principio a fin. Ser parte de todo eso fue algo interminable, agotador y verdaderamente increíble.

Este fue el tipo de fiesta donde el line up no era lo más importante. Aparte de Art Department, De La Swing, y Subb-an, prácticamente no tenía idea de quién iba a tocar y cuándo. No importaba: mi puño solo paraba de agitarse cuando iba por una cerveza o al baño. Tal como prometido, tal vez no había escuchado de muchos de los DJ, y quizás terminé no poniendo mucha atención a quien estaba tocando, pero siempre me estaba moviendo, siempre disfruté lo que fuera que estuviera sonando. Era diversión desinhibida en todo su esplendor.

En "Weak Becomes Heroes" Mike Skinner dice que los ravers están donde "ocurren los pequeños eventos descabellados" y eso es exactamente lo que pasa en elrow. Desde el momento en el que entré por la puerta hasta que me fui, nunca dejé de sonreír, emanando rayos de luz de mi rostro de principio a fin. O sea, ¡hasta me case, por Dios! Sí, mi esposa de elrow tenía un novio de mucho tiempo y yo no estaba seguro de las credenciales del cura, porque solo hablaba español, pero tengo los documentos firmados por los mismos elrow. Es oficial, soy un hombre casado.

Los Arnaus crearon su propia marca de realismo mágico. Construyeron pequeños mundos de locura eufórica, lugares y espacios donde el tiempo es elástico. Mientras me iba –habiendo sido cubierto de abrazos por toda la familia– me sentí un poco triste. He asistido a innumerables raves a través de los años, pero ésta era la mejor. Creo que ahora tengo una nueva filosofía de vida.

Sigue a Tom en Twitter.

elrow llega al Reino Unido en las siguientes fechas:

15 y 16 de julio - Lovebox Festival Arena, Londres
3 de julio - Feria de Abril Beach Party, Studio 338, Londres
3 de septiembre - Bollywood, Studio 338, Londres
17 de septiembre - Psychedelic Trip, Boundary festival, Brighton
24 de septiembre - Psychedelic Trip, Mint Festival, Leeds
29 de octubre - Halloween, Manchester, RU