Green Bay, un equipo grande que no merece un fracaso igual de gigantesco

Los problemas de los Packers de Green Bay se deben a una obscura y terrible razón: no existe razón alguna.

Los Packers presumían una defensiva impenetrable… hasta que Ezekiel Elliot acumuló 157 yardas terrestres en su contra. Habían permitido un promedio de 247 yardas por juego… hasta que Matt Ryan y Andrew Luck se dieron un festín de 280 yardas. Eddie Lacy estaba teniendo el año de su vida… hasta que terminó en el quirófano. En cada partido, un receptor a al vez parece tomar su trabajo en serio, y Aaron Rodgers no ha estado fino como para concretar sus pocas oportunidades.

A lo largo de la temporada, Rodgers ha progresado lo suficiente como para que sus estadísticas a largo plazo en la temporada se acerquen a sus números promedio en su carrera —a pesar de disputar algunos de sus peores partidos en septiembre y octubre—. Sin embargo, por más que Rodgers haya mejorado en las últimas semanas, su trabajo no ha sido suficiente.

Ante los Colts de Indianápolis, Rodgers completó 26 de 43 pases para 297 yardas, tres anotaciones y una intercepción. Si alguien garantizara estas estadísticas en todos los partidos, muchos equipos las firmarían sin pensarlo dos veces. De todas formas, los Packers sufrieron una dolorosa derrota en casa, 31-26, ante un equipo con marca de 3-5 que había sido superado en el marcador por un promedio de un gol de campo por partido.

La semana pasada, los Packers habían cortado de tajo sus problemas, en apariencia, luego de vencer a domicilio a los Falcons de Atlanta. Pero en la primera jugada ante los Colts, los fantasmas se manifestaron:

A HUGE 99-yard kickoff return at Lambeau Field… for the @Colts‼ What. A. Start.#INDvsGB #OnlyInTheNFL
https://t.co/GupMBRw4eN
— #OnlyInTheNFL (@NFLUK) November 6, 2016

El equipo encargado de resguardar la patada de regreso no se dio cuenta de que la jugada ya había empezado y, para el medio tiempo, los Colts ya tenían una ventaja de 14 puntos (24-10); los Packers sólo podrían acercarse con un gol de campo en el tercer cuarto. La supuesta voltereta en el último cuarto lucía cada vez menos probable.

Como Aaron Nagler de la gaceta de Green Bay informó, durante la rueda de prensa después del partido, Rodgers reconoció que el equipo no le puso muchas ganas el encuentro. "Falta de justicia" es una frase extraña para un mariscal de campo All-Pro que busca excusar los errores de su equipo. ¿Pero de qué otra forma podemos llamarlo? El talento está ahí, los entrenadores cuentan con una tremenda reputación, los esquemas han sido exitosos en general, y aún así la ejecución sobre el campo no es lo suficientemente buena como para aguantarle el paso a los mejores en la NFC.

Peor tantito, los baluartes de siempre como la legendaria ventaja de local de los Packers se ha caído a pedazos:

Rodgers on #Packers' low energy. "We have to respond better … get the crowd involved, more than just the squirrel on the field, " pic.twitter.com/wP7HOSYxXu
— Jason Wilde (@jasonjwilde) November 7, 2016

Rodgers habla de la poca energía de los Packers: "Tenemos que responder mejor… involucrar a la grada, más que sólo una ardilla en el campo"

Un gigantesco hoyo no fue lo que hundió al Titanic, fue una serie de pequeñas perforaciones en diferentes zonas del casco de la nave. Esta parece ser la situación de los Packers: Demasiadas cosas no están funcionando lo suficientemente bien, y el resultado es catastrófico.

Para una franquicia donde la meta mínima, es y debería ser siempre, ganar el Super Bowl, su estado actual es preocupante. Lo peor de todo es que posee una marca de 4-4, intenta nivelarse con los Vikings de Minnesota y Lions de Detroit, y pronto se embarcarán en un viaje como visitantes.

A McCarthy, Rodgers, y todos los demás en la organización de los Packers más les valdría empezar a poner un alto a la mala racha o el diluvio podría arrasar con todo.