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La fijación por los "malos" resultados: La resaca del Manchester United vs. Arsenal

Arsenal y Manchester United no se hicieron daño este fin de semana en Old Trafford. Arsenal jugó mal pero de todos modos la libró (o tal vez no).
PA Images

En el nebuloso laberinto de la psique nacional británica, existe un lugar especial reservado para el arte de ganar a la mala. Tal vez tenga que ver con su fascinación por el dolor, el autosacrificio, y el trabajo duro, o a lo mejor se trata de su inclinación cultural hacia la obstinación y la maldita intolerancia, pero de cualquier forma nos encanta ver a nuestros héroes ensuciarse, recibir graves castigos, y aún así salir airosos. En el futbol, los ingleses suelen agregarle cierto decoro a un resultado "feo", ya que siempre existe el análisis como lugar común en el que un equipo que no juega bien al futbol pero que de todas formas gana tiene el carácter necesario para lograr sus ambiciones supremas. Ofrecer 90 minutos de pura basura y llevarte los tres puntos a casa es cómo se forjan los verdaderos campeones al título, y muestra la garra necesaria para ganar la Premier League.

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Por supuesto, tres puntos son mejor que uno cuando el equipo juega feo, aunque esto último es mejor que nada en el contexto de un partido que se vino abajo rápidamente. Es precisamente lo que le pasó al Arsenal este sábado, cuando luego de un dinámico arranque en Old Trafford, el equipo bajó la intensidad y la calidad, y todo se complicó después de que Juan Mata adelantara al United. Los suspiros y las miradas de molestia se vieron saciadas cerca del final del encuentro cuando, de la nada, Olivier Giroud clavó el gol del empate y le hizo ganar un punto a su equipo en el Teatro de los Sueños. En esto, el Arsenal lució algo de su carácter obstinado y presente en todos los campeones. En realidad, aunque los fans se fueron contentos con un punto, la fascinación del Arsenal por sabotear su propia actuación fue una distracción que forma parte de cierta desmoralización que han mostrado desde hace un tiempo.

Aunque el equipo londinense permanece invicto desde el primer día de la temporada, el panorama del Arsenal hace varias semanas era significativamente mejor que ahora. Luego de una racha sólida en octubre, tuvieron algunos enfrentamientos cruciales ante Tottenham y United de los cuales de haberse llevado cuatro puntos o más, se habrían colocado como serios candidatos al título. En su lugar, se llevaron dos empates y acabaron con su momento anímico, lo cual seguramente tiene a sus fans desesperados. Ahora nos adentramos en la entrañas de noviembre, una época previo a las festividades para los habitantes del norte de Londres. El resultado "feo" tiene que verse con base en su contexto: si ayuda a perpetuar una racha ganadora será de valor considerable, pero si se da luego de un torpe empate ante los Spurs probablemente tendrá un valor cuestionable.

Puede que se hayan llevado un resultado decente este fin de semana luego de jugar feo, pero lo "feo" para estas alturas de la temporada es todo menos algo tranquilizador para el Arsenal. En efecto, a diferencia de los puntos "feos" que Chelsea o el United puedan obtener, hace mucho que el Arsenal no cuenta con un equipo que juegue feo al futbol pero que sea exitoso desde la era George Graham. Si los hombres de Arsene Wenger quieren ser tomados en serio rumbo al título, necesitan poner en acción lo que saben hacer mejor, es decir, recobrar el espíritu de su victoria ante el Chelsea, del futbol ambicioso. Tal vez no tenga el mismo valor estoico que ser aburrido y de todas formas salirse con la suya en Old Trafford, pero la realidad es que jugar feo y obtener los resultados que quieres sólo se vale si algo más grande y hermoso le suple; algo completamente opuesto a tropezar antes de las festividades navideñas y terminar arrastrándote para quedar en cuarto lugar.