La "Bahía de todos los placeres": las aguas contaminadas de los Olímpicos 2016  | ES | Translation
Mauricio Fidalgo

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el lado oscuro de las olimpiadas

La "Bahía de todos los placeres": las aguas contaminadas de los Olímpicos 2016 | ES | Translation

Un siglo de industria y mala administración convirtió a la bahía de Guanabara de un paraíso natural a una tierra de desperdicios industriales. Su contaminación podría amenazar los Juegos Olímpicos de 2016.

Río es la Bahía de todos los Ríos —la Bahía de todos los Placeres— la Bahía de todo lo hermoso. Desde las colinas colindantes en todas direcciones, el verano incansable se asoma en las terrazas del vívido verdor y, decoradas con viejos musgos, el convento y el castillo se enclavan en el valle y en la cañada.

Para aquellos familiarizados con la bahía de Guanabara, alrededor de la cual se expande la ciudad de Río de Janeiro, esta descripción de la región por Herman Melville parece una fantasía surrealista. Lo mismo pasa con la representación de la bahía en Pesca da Baleia (Pesca de ballenas), una obra de arte del pintor brasileño del siglo XVIII Leandro Jaoquim, la cual muestra a los mamíferos gigantes siendo cazados entre las olas.

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Hoy en día, mucha de la vida salvaje de la región ha sido erradicada por el drenaje no tratado y los desperdicios industriales que se depositan en la bahía todos los días. Televisores rotos, bolsas de plástico, y condones usados son una postal más común que los peces, y la semana pasada hasta un brazo cercenado fue encontrado flotando en el agua.

En un tiempo menor a seis meses, la bahía contaminada albergará las competiciones de vela para los Juegos Olímpicos de 2016, pero no solo los atletas están en riesgo por las sucias aguas de Río.

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A pesar de las advertencias de salubridad, cientos de habitantes nadan en las playas de Flamengo y Botafogo todos los fines de semana, mientras que miles de pescadores sufren para sobrevivir en comunidades empobrecidas esparcidas alrededor de la bahía. Los conductores de yates y remadores de medio tiempo maniobran sus embarcaciones a través de la basura, y aquellos que trabajan en el sector turístico de la región batallan para minimizar los problemas en la bahía.

VICE Sports habló con algunos de los miles de cariocas que viven y trabajan sobre y alrededor de las aguas contaminadas de la ciudad.

El ecologista

De acuerdo con Sergio Ricardo, director de "Bahia Viva" —una ONG— la contaminación de la bahía de Guanabara está relacionada con el crecimiento de Río de Janeiro y la expansión industrial de la región.

"En los últimos 20 años, el estado de Río de Janeiro decidió acabar con la pesca y la agricultura", Ricardo comentó desde su oficina no lejos de la Praça XV de Río, punto de llegada y partida de los viejos ferris de pasajeros que cruzan la bahía.

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"No estaban interesados en el valor financiero de estas actividades, y en su lugar escogieron una estrategia de mega proyectos industriales."

Uno de esos proyectos fue la refinería Duque de Caxias al noroeste de la bahía, la cual fue construida en 1961. El descubrimiento de grandes volúmenes de petróleo en los estratos salados del suelo oceánico cerca de Río ha motivado una segunda ola de crecimiento industrial en años recientes.

Los procesos de industrialización, los cuales involucran escavar y taladrar el fondo oceánico y la liberación de sustancias y otros desperdicios tóxicos en el agua, ha tenido un efecto devastador en la bahía.

La bahía se ha convertido en una zona industrial, en lugar de una zona natural. Foto por Mauricio Fidalgo.

"El gran indicador ambiental de los niveles de contaminación en la bahía es el tucuxi. En 1995, la Universidad Estatal de Río de Janeiro identificó 80 animales en la bahía, diez años después había 400, y ahora hay solo 35", dijo Ricardo. "Han descritos como los mamíferos más contaminados en el mundo."

El destino de los tucuxi, el delfín de agua fresca encontrado en Brasil, también resalta el fracaso del Programa de Contaminación en la bahía de Guanabara del gobierno estatal, el cual arrancó en 1995 y ha sido extendido varias veces, pero ha fracaso a la hora de producir mejoras importantes respecto a la condición del agua.

De acuerdo con Ricardo, la histórica incapacidad de Río para limpiar la bahía significó en un momento que las promesas preolímpicas de la ciudad no tenían cabida. "Sabíamos que la promesa para limpiar el 80% del agua en la bahía no funcionaría", comentó molesto. "El Comité Olímpico Internacional fue totalmente irresponsable. Si los programas de contaminación no había funcionado en 20 años, ¿cómo pudieron aceptar esa meta? Era obvio que se estaban basando en falsas promesas."

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Ricardo está involucrado en un proyecto, apoyado por algunas de las mejores universidades de Río, para construir un centro de observación e investigación sobre una de las islas abandonas de la bahía. "Algunas personas creen que la bahía está muerta, y que mejor debería convertirse en un estacionamiento para barcos y la industria. Pero aún creemos que puede recuperarse y usarse para el turismo, transportes, la pesca e investigación ambiental."

El pescador

En un estropeado embarcadero en el barrio de clase trabajadora de Tubiacanga, los pescadores Robson Salgado de Oliveira y Ales Sandro Santos miran los montículos de desperdicios que son arrastrados contra los pocos botes de pesca de madera que permanecieron a flote.

"Solía haber camarones en la bahía hasta hace dos o tres años. También anchoas y merluzas, pero ahora básicamente están extintas", comenta Robson, padre de 51 años y de seis hijos. "Tengo que viajar más lejos todos los días para tener una pesca decente. Tengo dos horarios al día, comienzo a las 3 a.m., y ganó cerca del salario mínimo."

Además del daño causado por la actividad industrial, la bahía, y las vidas de los pescadores que dependen de sus aguas, también han sido devastadas por una serie de desastres ambientales.

En 1975, el casco del buque iraquí "Tarik Ibn Ziyad" se rompió, derramando 6 millones de litros de crudo sobre la bahía. En 2000, una fuga de la pipa REDUC liberó 1.3 millones de litros de petróleo al agua.

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Robson Salgado de Oliveira tiene que pescar durante dos turnos al día para alimentar a su familia. Foto por Mauricio Fidalgo.

La devastación ambiental ocasionada por la fuga de la pipa REDUC ha tenido un efecto catastrófico en las comunidades pesqueras plagadas de pobreza de la bahía. De acuerdo con Alex, los pescadores aún sienten los efectos del derrame. "Incluso hasta el día de hoy, tenemos que hervir nuestras redes para quitarles el petróleo de la fuga", confesó.

En 2007, a la compañía petrolera de Brasil Petrobras, responsable por el complejo de REDUC, y en la actualidad involucrada en un escándalo por sobornos multimillonarios a políticos, se le ordenó pagar a los pescadores cerca de 300 millones de dólares como compensación por la pérdida de su sustento. Aún falta que cumplan con lo acordado.

"Hasta el momento nadie ha sido compensado. La mayoría de la gente ya no vive de la pesca, y sus hijos y nietos no quieren convertirse en pescadores. No quieren pasar hambre como sus padres", explicó el ecologista Sergio Ricardo.

La actividad industrial en la bahía también ha dificultado la vida de los pescadores de otras formas.

"Existen las llamadas áreas de exclusión, donde los pequeños botes no pueden acercarse a las plataformas o ductos. Los pescadores pueden ser arrestados como criminales ambientales", dice Sergio Ricardo. "Esto quiere decir que menos del 20% de la bahía está disponible para pescar. ¿Cómo esperan que más de 20,000 pescadores puedan vivir?"

Tanto Alex como Robson están hartos de los fallidos intentos de las autoridades por mejorar la condición de la bahía, desde mucho antes de los Olímpicos.

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"Todo lo que las Olimpiadas han hecho es causar una pérdida de tiempo y credibiliad para el gobierno y la ciudad. No harán nada", opinó Alex. "Nosotros podríamos limpiar mejor el agua. Podríamos conseguir 200 botes, y filtrar el agua pero no hay dónde poner toda la basura."

El líder de la comunidad y del centro cultural

Cerca de la Ilha do Governador, y a solo una hora de viaje en bote del caos de Río de Janeiro, la diminuta isla de Paquetá es un oasis de encanto relajante y bucólico. La isla, hogar de más de 5 mil personas, no tiene autos y cuenta con un puñado de tiendas.

"Paquetá es una peculiaridad. Es un espacio democrático y social. Hemos logrado preservar un estilo de vida sin autos", dice José Lavrador Kevorkian, director de Casa de Artes Paquetá, un centro cultural y ONG de la isla.

Sin embargo, aunque los ferris transportan a los residentes y visitantes ida y vuelta entre la isla y Río de Janeiro, existe un sentir de que la industria turística de Paquetá y otras islas en la bahía han sufrido por la reputación manchada de Guanabara.

La industria turística en la isla de Paquetá se ha visto reducida por la contaminación en la bahía. Foto por Mauricio Fidalgo.

"La Ilha do Governador solía ser conocida como 'la princesita del norte'", dice el ecologista Sergio Ricardo. "Compositores como Vinicius de Morais y Luiz Gonzaga tenían sus casas ahí. Era un destino veraniego."

Paquetá posee una historia similar. "La isla se dio a conocer en 1808, cuando Dom João VI (el rey de Portugal y Brasil) se refugió ahí durante una tormenta", explica Jose Kevorkian. "Y (el ex presidente) Getúlio Vargas visitaba el lugar por las tardes."

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Sin embargo, hoy día la impresión de aislamiento de la isla da a entender que apenas fue alcanzada por la emoción generada por las Olimpiadas. "La ciudad no entiende a Paquetá", dice Kevorkian. "Los Juegos se van a hacer a un costado de nosotros, pero no tendrán un impacto para nosotros."

Para los estándares de la bahía de Guanabara, el agua que rodea Paquetá puede parecer relativamente limpia. "Estamos cerca de canal central de la bahía", explica Kevorkian, "lo que significa que el agua circula bien, y la isla en sí no es una fuente mayor de contaminación."

Sin embargo, aunque la bahía parezca estar en un idilio, el daño causado por la contaminación nunca está lejos. El reporte de contaminación de la INEA (la agencia estatal de medio ambiente de Río) encontró que siete de las ocho playas de la isla no son aptas para nadar en ellas. "Cuando llueve, se puede ver la basura flotar", dice Kevorkian entristecido.

Los deportistas

En agosto del año pasado, Isabel Swan, la regatista que ganó bronce en las Olimpiadas de Beijín, lideró una protesta en la bahía. Criticó la ineptitud de las autoridades para lidiar con la contaminación y apoyó los derechos de los pescadores de la región.

"Ella fue nuestra inspiración", dice el ecologista Sergio Ricardo. "La protesta estuvo en todos los medios internacionales." Sin embargo, desde entonces este tipo de protestas han sido silenciadas. Ricardo cree que los jefes de los equipos olímpicos habrían sugerido a los atletas como Swan adoptar un perfil más bajo cuando se tratara de la bahía.

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Dichas sospechas parecen haber sido confirmadas cuando VICE Sports contactó a la Confederación Brasileña de Vela. "Los atletas prefieren no dar entrevistas en torno a la bahía de Guanabara porque siempre se menciona el tema de la contaminación", declaró un vocero del departamento de prensa de la organización.

Miembros del histórico Regattas Club de Guanabara saben que la solución para los Olímpicos no será permanente. Foto por Mauricio Fidalgo.

Sin embargo, en el Regattas Club de Guanabara —un club de vela costoso y tradicional cerca de la playa de Botafogo, el cual ha albergado deportes acuáticos por más de un siglo— la gente solo está dispuesta a hablar de la bahía.

"He utilizado la bahía desde que era un niño", dice Marcos Jose Lemos de Lima, vicepresidente del departamento de remo del club. "Vivíamos en el centro, e íbamos a la playa de Flamengo. Así que estoy acostumbrado a la contaminación. Se da por temporadas, a veces llegas en la mañana y el agua está limpia. Pero en Botafogo, la suciedad es visible y es peligroso. Hasta puedes encontrar televisores, o mesas…de hecho una de las mesas que usamos en el garaje de los botes la encontramos en la bahía."

De Lima duda que haya una mejora antes de los Juegos Olímpicos.

"Solo nos quedan unos pocos meses antes del arranque, pero cuando remo por aquí no he visto diferencia alguna. Los atletas son rudos, pero hay veces que dependiendo del bote para practicar vela se llega a tocar el agua, y podría haber problemas de salud", explica.

El regatista Matheus Menezes Gonçalves, ex campeón mundial junior concuerda. "Se pone peor cada año. Puedo ver la diferencia. La última oportunidad para hacer las cosas mejor eran los Olímpicos, pero hemos perdido nuestra chance", concluyó.

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Incluso su las autoridades se las arreglan para esconder el problema de la contaminación durante el evento, Gonçalves cree que solo será un solución temporal.

"Mejorarán las cosas durante el evento, con redes y mallas, y tendremos una 'semana mágica'." Pero después de ello todo volverá a la normalidad. Mi abuelo nadó con los delfines en esta bahía, pero ahora es una letrina."

El científico

"Históricamente, la bahía siempre ha sido muy estable. Es un puerto natural, y hay un clima ameno y muchos peces. Pero la explotación de la misma se nos adelantó a nuestra habilidad para proveer la infraestructura, como las pipa de agua, drenaje, y la recolección de residuos", dice David Zee, profesor de Oceanología en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. "La diferencia entre la explotación y la infraestructura se ve reflejada en los ríos de la ciudad, como el río Carioca, que subsecuentemente fluye hacia la bahía."

De acuerdo con Zee, los intentos por limpiar la bahía para los Juegos Olímpicos han sido minados por la crisis financiera que afecta al estado de Río de Janeiro. Se ha parado la construcción de un grupo de unidades de tratamiento de ríos, que tenían la intención de solucionar el problema de las aguas negras que fluyen hacia la bahía por medio de los ríos de la ciudad. Solo una unidad está cerca de ser terminada.

La crisis financiera ha minado los esfuerzos para limpiar la bahía de Guanabara. Foto por Mauricio Fidalgo.

"Si el trabajo se hubiera terminado tal vez habrían alcanzado sus objetivos", dice Zee. "Pero Brasil atraviesa una recesión, y la crisis económica significa que tiene prioridades. No hay dinero, y hay una carencia de planeación."

Un número de atletas internacionales ya se quejaron por haber contraído infecciones en el agua. En julio del año pasado, Ivan Bulaja, el entrenador del equipo de vela australiano, dijo a Associated Press que la bahía tenía "por mucho la peor calidad del agua" que había visto, después de que un número de navegantes presentaran vómito y diarrea. Un mes después, el atleta alemán Erik Heil fue intervenido por infecciones en la piel que él cree fueron causadas por las bacterias en las aguas contaminas.

"La contaminación podría causar hepatitis, gastroenteritis, infecciones en los ojos, e inflamaciones", confirmó Zee. "Pero las autoridades ya decidieron. Las aguas residuales no son un asunto glamuroso. No entienden los beneficios que generaría para Río y el turimso atacar el problema en la bahía."