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Comida

Las bicis de comida nos invaden

Imagina esta escena: una flota de bicicletas cargando carritos, cajas refrigerantes y hasta barriles de cerveza, pedaleando furiosamente para repartir tacos, pizzas, sidra y café. Es la nueva escena culinaria de algunas ciudades del mundo.

Imagina esta escena: una flota de bicicletas cargando carritos, cajas refrigerantes y hasta barriles de cerveza, y pedaleando furiosamente alrededor de las áreas metropolitanas mientras reparten tacos, pizzas, sidra y café a los habitantes hambrientos y sedientos de ciudades como Sacramento, Oakland, Nashville y por supuesto, Portland, Oregón.

Como señaló el blog de NPR "The Salt" en un posteo hace poco, las bicis de comida tienen ya casi la misma popularidad que los food trucks en muchas ciudades del mundo. Al final, es la misma idea: venta ambulante, pero limitada a dos (a veces tres) ruedas.

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Cuando la moda de los food trucks empezó hace cinco o seis años, la ventaja de tener y operar un vehículo era clara: se gasta menos dinero. Para los aspirantes a chefs y restauranteros, el acondicionar un camión, incluso con el caro equipamiento de cocina, es mucho más accesible que pagar un espacio de ladrillos, con renta mensual y sueldos del staff suficiente para mantener un restaurante bien montado.

Pero ahora, muchas compañías de comida se están dando cuenta de que la inversión en una food bike es aún menor que la requerida por un camión. Operar un food truck puede costar de 15 mil hasta 100 mil dólares, según el sitio web Food Truck Empire; pero empezar un negocio de food bikes puede costar solo unos miles de dólares, según el artículo de NPR. Y, si ubicas tu negocio de biclas de comida en una ciudad de jípsters como Portland, el estatus libre de carbono que tendrá tu restaurante móvil te dará puntos extra de popularidad.

Cayla Mackey es dueña y única operadora de Taco Bike, basado en Nashville, que vende tacos orgánicos. Su primer negocio, la revista cultural local Native, fue fundada en parte para «expandir la misión social de la comida orgánica» le contó a MUNCHIES por teléfono. Taco Bike, inaugurado el año pasado, es una forma «totalmente ambulante» de hacer lo mismo que quería lograr con la revista», dijo.

Llevar cosas en bici es genial para el medio ambiente—mucho más que los efectos nocivos de los camiones—, pero no es muy sencillo realmente.

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«Nunca me había dado cuenta de cuántas subidas y bajadas tiene Nashville», dijo Mackey. «La dificultad física de arrastrar una bici con un tráiler todos los días, en las tempranas horas de la mañana, definitivamente es un alto precio para mí».

Lo que es peor, dijo Mackey, es que los vendedores de comida en bicicleta sufren mucho más con los cambios de clima. Durante el invierno, hace demasiado frío y es imposible que Taco Bike opere, así que Cayla tiene que cerrar su negocio durante toda la temporada invernal. Entonces, puede que comenzar el negocio de la comida en bicicleta sea barato, pero dejar de vender durante varios meses definitivamente tiene un impacto negativo.

Vincent Sterne, dueño de Two Rivers, con su "bici bar".

En cambio, si vives en una ciudad cálida, donde el sol siempre brilla, las calles son planas, y puedes andar por la calle en camiseta, ser un cocinero de bici puede ser un trabajo muy divertido.

«Sacramento es una ciudad muy plana», dijo Vincen Stern, dueño de Two Rivers Cider Co. Sterne ha entregado sidras y productos afines a los restaurantes y cervecerías de Sacramento con solo su bicicleta durante casi 20 años. Ya ha perfeccionado los detalles para hacer de su negocio lo más eficiente posible: tiene dos bicis, una para las entregas (en la que puede cargar hasta 90 kilos de barriles), y otra acondicionada con barriles de sidra listos para servir en eventos especiales (la llama "bici bar".

Sterne dijo que su bar ambulante capta mucha atención, no sólo de clientes y de los que pasan cerca sino también de la ley.«Intentaba alcanzar una luz amarilla y no lo logré», Sterne contó sobre una vez que fue detenido por cruzar la calle con luz roja. Pero el oficial se impresionó tanto con su bici y le dio tanta curiosidad su negocio, que lo dejó ir con solo una advertencia.

«Hice un nuevo cliente y un nuevo amigo».