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Música

Personas a las que nunca se les debería permitir ser DJ

Porque son idiotas y le joderán la fiesta al resto.

Atrapados entre navidad y el final del verano, la mejor forma de matar el tiempo es con un poco de fiesta casera: esas fiestas en las que a veces todo sale bien (mucho alcohol, cero policías) y a veces no tan bien (poco alcohol, muchos policías), pero la música siempre es lo que transforma unas copas en plan tranquilo con tus colegas en un momento inolvidable que te recuerda el por qué de tu miserable existencia.

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Algunas personas nacen con la habilidad de pinchar las canciones correctas en una fiesta, las que tienen sentido, las que hacen bailar a las chicas, mientras que otras personas realmente no tienen ni idea; son aquellas que nacen para cargarse el ritmo y el ambiente y joder la fiesta. No estoy hablando de aquellas personas que lo hacen por tocar los huevos; todos conocemos al tío que sólo sabe usar Genius. Quizá algunos de nosotros seamos ese tío. De lo que estoy hablando es del DJ amateur que no entiende una mierda. Por suerte, yo soy alguien que no sabe mucho de beats ni de ecualizadores, pero mi trabajo (no remunerado) como DJ ha hecho que los porteros me den la mano al entrar, luego sé un par de cosas sobre montar una fiesta. También sé lo que odio, y lo que odio es que los siguientes cabrones hagan de DJ en mis fiestas.

DRUM AND BASS

Es la 1 de la madrugada de una deliciosa noche de verano, estás delante del portátil de la fiesta, las chicas se frotan contra las paredes, tienes puesto "Hypnotized” o Jean Jacques Smoothie o algo así, todo va bien. Entonces, un vampiro del subwoofer que no se ha tomado ni una sola copa aparece con su bronceado falso y se acerca hasta ti y balbucea: “¿Tienes algo de Pendulum, colega?" Estas personas arruinan todas las fiestas a las que van.

Las personas obsesionadas con el drum and bass son el peor tipo de puristas; insisten en joderle la diversión a todo el mundo porque su psicosis no les permite apreciar ningún otro tipo de música que no tenga un breakbeat. Claro, un poco de Congo Natty o "Inner City Life" puede petarlo en cualquier fiesta, pero las fiestas tienen que tener altibajos. El drum and bass es como viajar al mismo ritmo todo el tiempo; las cosas pasan sin que te des cuenta, las personas a las que te podrías haber tirado se reducen a manchas expresionistas en tu memoria. Antes de que te des cuenta ya es demasiado tarde. Los adictos al drum and bass te han arrastrado a su vórtice de 160bpm, y no saldrán de ahí hasta la mañana siguiente.

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BLOGUEROS

Hijos de puta, nadie quiere escuchar Alt-J el día de su cumpleaños. Ni siquiera los miembros de Alt-J quieren escuchar Alt-J en su cumpleaños. Pero siempre hay un cabrón (nunca es una chica) que quiere escuchar “sólo una canción” en la fiesta. La razón por la que quiere escuchar esa canción es porque tiene la impresión (errónea) de que eso lo hará parecer guay. Cree que la gente oirá la música y lo flipará como cuando ponen Beta Band en alta fidelidad, cree que las chicas irán corriendo hasta él para preguntarle: “¿Cuál es esta canción tan mágica con la que has hechizado mi vida?” Y él simplemente contestará: “Alt-J", con la seguridad de un cabrón que sabe lo que dice.

Oh, que equivocado está. A este hombre sólo lo reciben las rodillas congeladas de todo el  mundo, confundidas por el abrupto cambio, antes de que sus dueños recuerden que tienen que ir a mear o a fumarse un cigarro. Este capullo queda como ese hombre que cuenta un chiste que no hace gracia o el pobre cabrón que se cayó de su monociclo mientras pedía dinero en la calle. Y sin embargo no puede dejar de venir a todas mis fiestas.

BASURA EUROPEA

Aceptémoslo, la época de Flaubert, Gainsbourg y Picasso ya quedó atrás en el viejo continente. Sus economías y el cambio climático los han encasillado en lo que los historiadores un día llamarán “la era Guetta”, o quizá “la época de Aviici". En algún punto durante los últimos años, sin que nos diésemos cuenta de cuándo exactamente sucedió, tener a un grupo de españolas en tu fiesta ha pasado de ser un atractivo sexual a una excusa para irse a dormir temprano.

Su acento mediterráneo quizás te parecerá dulce y sensual cuando se acerquen para pedirte algo de DJ Tiesto, pero realmente son igual que todas las demás. En primer lugar, les encantan las canciones de ex celebridades: por alguna razón desconocida las vuelve locas. Terminarás con el portátil lleno de manchas de sus Desperados, alguien acabará lleno de rasguños y no se irán hasta que se hayan acabado toda tu coca, a la 9 de la mañana.

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PEÑA QUE SE HA METIDO KETAMINA

Gente que ha tomado todo tipo de drogas es capaz de hacer muy buenas selecciones musicales. La gente que se ha metido coca, por ejemplo, puede gravitar hacia un hip-hop maníaco desde un rap decadente como el de Rick Ross o canciones de las bandas sonoras de sus películas favoritas en las que la gente consume mucha coca (Uno de los nuestrosBoogie Nights, et al.). La gente que se ha metido MDMA (y/o sus derivados) es más de house eufórico (o Elliot Smith, si es que ya han pasado seis horas). Aquellos que se han metido ketamina, por otro lado, van más allá: parece que quieran escuchar los sonidos de sus pesadillas, las crisis de los ignorantes y gritos de desesperanza que complementen su terror.

No hace falta decir que todos los que no se han metido ketamina no quieren escuchar esta mierda en su fiesta, así que es mejor mantenerlos alejados del equipo antes de que terminen escribiendo "Bruial Soth Lndon NBroughS" en Spotify y hablando de lo pequeños que se ven sus pies.

CUALQUIERA QUE HAGA SU PROPIA MÚSICA

No hay nada peor que alguien que detiene la música en una fiesta para decir: “Tíos, tíos, esto es algo en lo que hemos estado trabajando en el estudio. Todavía no está terminado, pero esperamos que os guste”. Por lo general, esto un acto que viene acompañado de una carencia absoluta de humildad; en el mundo creativo, es la versión de hacer como que se te cae la toalla en el gimnasio.

Diles que los bajos están muy fuertes. Eso les jode la vida.

Sigue a Clive en Twitter: @thugclive

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¡Oye, DJ, vete a la mierda!