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Corea del Norte decide pasar a la diplomacia de guerra para relacionarse con Estados Unidos

Pyongyang corta los últimos canales de comunicación con Washington y asegura que, en adelante, todos los asuntos, incluida la gestión de la situación de los dos estadounidenses que siguen detenidos en Corea del Norte, serán manejados bajo “ley de...
Imagen por KCNA/Reuters

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Corea del Norte ha cortado de cuajo el único canal de comunicación que le quedaba con Estados Unidos. En declaraciones emitidas ayer lunes, la administración del reino Ermitaño ha asegurado que, en adelante, adoptará una diplomacia de guerra y ha resuelto cortar el resto de vínculos con la administración Obama, tal y como ha hecho en Naciones Unidas.

El movimiento es una respuesta a la condena pública que hizo Washington la semana pasada del líder y presidente norcoreano Kim Jong-un, un dictador a quien la administración estadounidense ha incluido en su lista negra por sus sistemáticos abusos y violaciones de los Derechos Humanos.

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Todos los asuntos relacionados con Estados Unidos, como la entrega de ciudadanos estadounidenses detenidos en Pyongyang, serán, desde ahora, regulados por la ley bélica. Así lo proclamó la agencia de noticias de la administración de Corea del Norte, la llamada KCNA.

El movimiento es el último gesto en la escalada de tensiones que ha aislado a la dictadura oriental del resto del mundo. A primera hora de ayer lunes las autoridades norcoreanas ya habían amenazado con orquestar una "respuesta física", después de que Estados Unidos y Corea del Sur hayan revelado su intención de acometer el destacamento de un sistema de defensa de misiles en Corea del Sur.

"Habida cuenta de que Estados Unidos no ha aceptado nuestra petición de que retire de manera inmediata sus sanciones, hemos decidido seguir el proceso para actuar en consecuencia", informó la KCNA a través de un comunicado.

"Como primera medida hemos notificado que el canal de comunicación con Nueva York, que era el último que quedaba hasta la fecha, ha sido fulminado", reza. "De ahora en adelante la República gestionará todos los asuntos que surjan con Estados Unidos bajo las leyes dispuestas para tiempos de guerra. Y, obviamente, todo lo relacionado con la detención de ciudadanos estadounidenses quedará automáticamente acogido a la nueva resolución".

Lo que no ha quedado claro es cómo afectarán "las leyes de guerra" a los dos ciudadanos estadounidenses que siguen encarcelados. En cualquier caso, Corea del Norte ya había amenazado en el pasado que las leyes de guerra se traducirán en que los detenidos no serán liberados por razones humanitarias.

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Corea del Norte y Estados Unidos siguen estando técnicamente en guerra, pues durante el conflicto entre las dos Coreas, acaecido entre 1950 y 1953, Washington decidió alinearse con el Sur. El conflicto se resolvió con una tregua, pero nunca con un tratado de paz.

Los dos estadounidenses detenidos en Corea del Norte son Otto Warmbler, un estudiante de la Universidad de Virginia que fue sentenciado a 15 años de trabajos forzados en marzo por intentar robar un objeto que contenía una leyenda propagandística. O, al menos, eso dijeron las autoridades norcoreanas. El otro ciudadano estadounidense retenido en Kim Dong Chul, quien está cumpliendo una sentencia de 10 años de prisión por cargos de espionaje, tal y como ya anunció en su día el medio de comunicación de la dictadura.

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Un portavoz de la Universidad de Virginia ha asegurado que la universidad sigue en contacto con la familia de Warmbler, aunque se ha abstenido de manifestar nada más.

El llamado canal de comunicación con Nueva York ha sido un punto de contacto intermitente entre Corea del Norte y Estados Unidos, un canal desprovisto de vínculos diplomáticos, en el que no existe el intercambio de mensajes y en el que todavía es más insólito que se discuta absolutamente nada.

Corea del Norte afirmó la semana pasada que planeaba orquestar su respuesta más implacable contra lo que considera como "una declaración de guerra" de Estados Unidos, después de que Washington decidiera sancionar a Kim. Este sábado pasado, el Norte llevó a cabo un nuevo ensayo con un misil balístico desde un submarino, un ensayo que, sin embargo, habría fracasado después de que el misil fuera lanzado.

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Estados Unidos y Corea del Sur ya declararon el viernes pasado que el sistema antimisiles de Defensa de Terminales de Altura Elevada (THAAD en sus siglas inglesas), será empleado para contraatacar en caso de que Corea del Norte siga insistiendo en seguir aumentando su arsenal nuclear y balístico.

El anuncio supone el último movimiento orquestado por los aliados contra el Norte, que ya ha desplegado su cuarto ensayo nuclear en lo que va de año, algo que hizo tras disparar un cohete de largo alcance. Una vez más, el temerario movimiento fue seguido por una nueva batería de sanciones emitidas desde Naciones Unidas.

En realidad, Corea del Norte amenaza a menudo con atacar las posiciones que Estados Unidos y Corea del Sur comparten en Asía y en el océano Pacífico.

El portavoz del ministerio de Defensa surcoreano, Moon Sang-gyun advirtió a sus vecinos en el Norte que se abstengan de "tomar acciones precipitadas y enloquecidas". De otro modo, comentó, "se exponen a ser castigados de manera contundente y definitiva por nuestro ejército".

El movimiento de destacar un sistema THAAD también ha provocado una inmediata y airada respuesta desde China.

El ministro de Asuntos Exteriores chino proclamó este sábado que el THAAD excedía las necesidades en seguridad de la península coreana y ha sugerido que "podría tratarse de un movimiento orquestado de manera deliberada".

Por su parte, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye dijo ayer lunes que el sistema THAAD no tiene intención alguna de dirigirse contra un objetivo de ningún tercer país. Según Geun-hye el único motivo para activarlo es contrarrestar la amenaza del Norte, en lo que sería un mensaje a Pekín.

Un funcionario del Ministerio de Defensa surcoreano aseguró que la deliberación del lugar en que ubicar al THAAD podría llegar "en unas semanas", y que los aliados están trabajando para tenerlo operacional a partir de finales de 2017.

Será usado por las fueras estadounidenses y coreanas "para proteger a las fuerzas militares de la coalición", expresaron Corea del Sur y Estados Unidos el viernes pasado. La administración Obama cuenta con una delegación de 28.500 hombres en Corea del Sur, un legado que sigue explicándose como herencia de la guerra que enfrentó a las dos Coreas entre 1950 y 1953.

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