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En imágenes: en primera línea del fallido alto el fuego ucraniano

Han pasado ya cinco meses desde que las fuerzas del gobierno ucraniano y los separatistas pro rusos de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) suscribieran un alto el fuego en Mink, la capital de Bielorrusia.
Imagen por Henry Langston

Han pasado ya cinco meses desde que las fuerzas del gobierno ucraniano y los separatistas pro rusos de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) suscribieran un alto el fuego en Mink, la capital de Bielorrusia. Fue durante el pasado mes de febrero.

El acuerdo fue el segundo que se firmaba tras el colapso de una tregua que fue violada en setiembre de 2014. Las esperanzas de que un segundo alto el fuego podría acabar con la encarnizada lucha que recorrió gran parte del mes de enero y la primera mitad de febrero, fueron, sin embargo, diluidas de manera fulminante.

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Solo unos días después del acuerdo, la DNR, apoyada probablemente por las fuerzas rusas habituales, se apoderó de un asentamiento estratégico sobre el ferrocarril en la ciudad de Debaltseve. Si bien el movimiento constituía una monumental violación del acuerdo de paz, la comunidad internacional apenas reaccionó, condenando al alto el fuego a la fatalidad, desde el principio.

El ejército fantasma de Rusia en Ucrania. Mirar documental aquí

Desde la sangrienta caída de Debaltseve, la lucha se ha librado, fundamentalmente, el frente. No obstante, se ha hecho sin el indiscriminado uso de artillería pesada - como parte del alto el fuego se decidió que todas las armas de un calibre superior a los 100 mm debían de ser dejadas a 50 kilómetros del frente. La medida ha sido respetada en gran medida, sin embargo, según la OSCE, la misión internacional a la que se ha encomendado la supervisión del alto el fuego, ambas partes han empleado sendos sistemas de lanzamiento múltiple de misiles y obuses.

A principios de junio, la DNR lanzó una ofensiva contra la población de Marinka, al este de Donetsk, controlada por Ucrania, en lo que parecía un intento deliberado de apoderarse de la ciudad. El ataque fracasó y la DNR perdió a decenas de hombres bajo el contraataque de los ucranianos. Desde entonces ambos bandos se han culpado los unos a los otros por el rebrote de la violencia.

Mira el documental de VICE News, 'Los selfies de los soldados' aquí:

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A principios de junio, la DNR lanzó una ofensiva contra la población de Marinka, al este de Donetsk, controlada por Ucrania, en lo que parecía un intento deliberado de apoderarse de la ciudad. El ataque fracasó y la DNR perdió a decenas de hombres bajo el contraataque de los ucranianos. Desde entonces ambos bandos se han culpado los unos a los otros por el rebrote de la violencia.

El asalto a Marinka provocó que muchos observadores temieran la escalada del conflicto y su inapelable conversión en una guerra sin cuartel, sin embargo, el regreso a los niveles de combate previos al alto al fuego, nunca se materializó.

Pese a todo, con la Unión Europea y Estados Unidos distraídos por la crisis económica y por la pesadilla logística en que se ha convertido su lucha contra el llamado Estado Islámico, el conflicto en Ucrania se ha recrudecido. Las cifras de muertos han aumentado hasta las 6500 víctimas y la solución final parece estar más lejos que nunca. El mes pasado, la prolongación de las sanciones económicas contra Rusia, no pareció disminuir la lucha en absoluto.

VICE News pasó recientemente dos semanas tanto con las tropas de la DNR como con las ucranianas para observar de primera mano cómo la actividad en el frente del este de Ucrania. Y lo cierto es que nada ha variado en absoluto.

Todas las fotos son de Henry Langston.

No nos llevó demasiado tiempo observar lo poco que han cambiado las cosas aquí. En una visita a las trincheras en el filo de Donetsk con el batallón de Vostok, una de las primeras y más copiosas milicias de la DNR, ambas partes intercambiaban el fuego disparado por morteros.

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Solo a unos pocos cientos de metros de las posiciones de Vostok está la población de Pisky, controlada por Ucrania. Mientras conversábamos con algunos soldados vimos cómo se desplegaba una explosión desde el pueblo.

Uno de los comandantes se apresuró a culpar de la explosión a los ucranianos, pese a todo, diciendo que "Dinamitaron las casas para abrir el territorio que quieren para asumir posiciones de disparo. Es aburrido porque solo disparan de vez en cuando".

"Nastich", que podría traducirse forzadamente por "escoria", es un antiguo minero que se ha convertido en uno de los comandantes del batallón de Vostok. Aquí Nastich posa en el frente en la carretera que separa Donetsk de Pisky.

Nastich ha estado luchando desde el verano pasado y estaba frustrado por la ausencia de ataques con artillería pesada: "Cuando los ucranianos despliegan ofensivas completas es mucho más divertido. La adrenalina te coloca y te vuelves adicto a ella. Es como una droga".

Unos minutos después estas posiciones fueron alcanzadas por un mortero.

"Biker" un soldado del batallón Oplot de la DNR, mira en dirección a la ciudad de Marinka, controlada por las fuerzas ucranianas. Biker observa la acción desde las trincheras de una granja de caballos sementales situada en Petrovksy, en el distrito de Donetsk.

Los soldados del Oplot se quejaban de que los ucranianos no estaban respetando el alto el fuego: "Utilizan artillería de 120mm, nos bombardean muy bien. ¿Cómo vamos a poder avanzar así? Nosotros hemos respetado el acuerdo. Estamos intentando encontrar la manera de negociar y de regularlo todo".

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Un soldado aseguró que los ucranianos se estaban aprovechando del alto el fuego para conseguir más armas y construir nuevas fortalezas, pero que, en última instancia, eso no cambiaría las cosas. "Nos están provocando todo el tiempo, pero parece que hay una cosa que todavía no han entendido: esta es nuestra tierra y en ella nos quedaremos. Hasta el final. Nuestros hijos continuarán con la lucha por esta tierra".

Un misil Grad sobresale del pavimento en la carretera de Donetsk-Dnepropetrovsk, a las afueras de Marinka, un escenario que fue objeto de un asalto fallido el pasado 3 de junio.

Se supone que una de las condiciones del alto el fuego es que ambos bandos deben de dejar su artillería pesada — todas las armas que están por debajo de los 100 mm —lejos del frente. Sin embargo, en el ataque desplegado sobre Marinka se emplearon misiles Grad de 122 mm.

"Bienvenidos al infierno", reza el grafiti. La lucha ha sido feroz alrededor del pueblo de Pisky, controlado por los ucranianos, durante 10 meses y sendos alto el fuego.

Gran parte del pueblo ha sido destruido y solo quedan algunos de sus vecinos. Los soldados ucranianos se mostraron muy nerviosos a la hora de mostrarnos sus posiciones. Nos aseguraron que el fuego enemigo caía sobre ellos constantemente.

Yelena posa de pie junto a la remendada puerta exterior de la cocina, frente a un bloque residencial parcialmente destruido en Pisky. Se pasa varios días a la semana en el pueblo, ayudando a cocinar y a cuidar a algunos de los vecinos que todavía quedan, entre los que se cuenta un hombre ciego que vive en el sótano.

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"Su mujer le ha pedido que se vaya, pero él no quiere. Este es su mundo, su hogar está aquí. Es ciego, así que, al menos, no ve nada de nada", explicó Yelena a VICE News.

A pesar de la lucha continuada y de la completa ausencia de servicios, el vínculo de Yelena con su casa es demasiado fuerte como para que se decida a abandonar el pueblo. "Nadie puede entender hasta qué punto deseamos estar en casa".

Los soldados ucranianos caminan a través de los escombros del pueblo de Optyne, apenas unos kilómetros más allá del aeropuerto internacional de Donetsk. Al igual que sucede en Pisky, aquí el alto el fuego no ha detenido la lucha. Las fuerzas ucranianas del pueblo y las del DNR en el aeropuerto intercambiaron fuego de artillería pesada y el de los tanques durante todo el día que VICE News estuvo allí.

Un soldado, "Tandem", explicó que: "Aquí la lucha no se ha detenido en ningún momento. De hecho, ha habido momentos en los que después de declarado el alto el fuego, los ataques de la DNR se han intensificado".

Tanto los soldados de la DNR como los ucranianos siempre se culpan los unos a los otros de provocar los ataques y ambos bandos siguen diciendo que lo único que hacen es defenderse de las ofensivas del otro. "Nosotros respetamos el alto el fuego. Son ellos quienes no lo hacen. Así que cuando nos empiezan a disparar, pues entonces nosotros les disparamos de vuelta", asegura Tandem.

Algunos kilómetros al este de Opytne se despliegan una serie de trincheras controladas por Sector Derecho, una formación ultranacionalista de vocación voluntaria, que estuvo muy implicado en las barricadas durante la revolución del Euromaidán del año pasado.

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El grupo se ha enfrentado con la policía en el oeste de Ucrania y se ha manifestado en Kiev contra el alto el fuego.

A diferencia de otros batallones, como Kiev 1, Dnipro y el Donbass, Sector Derecho no ha sido absorbido por la estructura militar ucraniana, de manera que apenas hay nadie que supervise su comportamiento en el frente.

Una mina controlada por Sector Derecho es alcanzada por los bombardeos dirigidos desde las posiciones de la DNR, cerca de la ciudad de Spartak.

La mina y las trincheras protegen el avance hacia el pueblo de Avdeevka. Uno de los soldados de Sector Derecho, "Dali", explica la relevancia del pueblo.

"En Avdeevka hay una planta de coque, la más grande de Europa, cuyos suministros son muy valiosos para la industria del carbón. Y comoquiera que quieren sembrar los cimientos de su economía, Avdeevka es muy importante para ellos", relató Dali.

Sigue a Henry Langston en Twitter: @Henry_Langston