¿Por qué el número de abortos en EEUU se sitúa en mínimos históricos?

El número de abortos en los EEUU ha alcanzado la cifra de registros más baja desde que el Centro por el Control de Enfermedades puso en marcha un registro sobre este tipo de intervenciones en 1976, de acuerdo con los datos publicados la semana pasada.

Activistas por la salud de la mujer atribuyeron esta descenso a los esfuerzos en al ámbito de sensibilización y la información en el uso de contraceptivos y acceso al control de natalidad para ayudar a rebajar los embarazos no deseados. Con todo, este organismo advirtió a la administración que esta tendencia va a revertirse si se siguen aprobando leyes que recortan los fondos destinados a clínicas especializadas en el ámbito reproductivo como las conocidas como de planificación familiar.

Cerca del 18 por ciento de los embarazos derivaron en abortos en 2010, el último año del que se tenían datos. La caída de estos números ha ido de la mano de un descenso en el número de embarazos y nacimientos en el mismo período. Los datos tienen implicaciones para las políticas de salud en el sentido de que

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"Ahora mismo lo que estamos viendo es que hay más casos de embarazos voluntarios y menos mujeres que se han quedado embarazadas sin desearlo", asegura Elizabeth Nash, asociada responsable de asuntos de estado en el Guttmacher Institute, una organización dedicada a la mejora de la salud sexual y reproductiva.

Alina Salganicoff, director de la política de la salud de la mujer en la Fundación Familia Kaiser, dice que esta reducida cifra muestra en el número de abortos muestra que cada vez hay menos casos de embarazos no deseados.

"La investigación evidencia que cuando los embarazos están planificados, el resultado suele ser mejor" asegura Salganicoff, refiriéndose al cuidado prenatal y a la lactancia materna como dos de los grandes beneficios. "En este sentido es muy bienvenido el descenso de los embarazos no planificados, inoportunos, o no deseados".

Muchos tipos de métodos contraceptivos, incluyendo los parches, el anillo, y aquellos de tipo intrauterino como el DIU se han vuelto más accesibles en los últimos años, de acuerdo con Kathryn Kost, coautora del informe, y según la cual el descenso de los abortos se aceleró entre 2006 y 2010.

"Aunque no conocemos todos los factores que han contribuido a esta bajada, sí que sabemos que durante el mismo período se registró un aumento en el uso de métodos contraceptivos de larga duración, como los implantes del DIU", explica.

Cambios en las políticas de las aseguradoras que requieren a los asegurados pagar por contraceptivos más caros y que ayudan a cubrir los costes de los mismos permiten que las mujeres tengan más acceso a contraceptivos mejores, considera Cindy Pearson, directora ejecutiva de la Res Nacional de Salud de la Mujer.

La reducción del número de abortos también está vinculada a la recesión que empezó en 2008, de acuerdo con Nash y Pearson. Las mujeres empezaron a ser más cuidadosas en el uso de contraceptivos y a estar menos dispuestas a quedarse embarazadas durante la desaceleración económica, sostiene Nash. El pensamiento responsable sobre los costes de criar a un niño pueden cesar tras la recesión, determinando durante años los ratios de embarazo.

Mientras los niveles de abortos practicados cayeron significativamente, estos descensos fueron menores entre la población latina y africana, asegura el estudio. Kost dice que la disparidad está directamente relacionada con el hecho de que algunas comunidades tengan un acceso mucho menor a la información y recursos.

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Nash explica que las cifras muestran cómo los estados pueden hacer políticas para rebajar los índices de aborto y de embarazos no deseados entre estos colectivos. Ellos pueden aumentar el dinero destinado a políticas de planificación familiar, incluyendo clínicas y el programa de Medicaid, que puede ayudar a cubrir el coste de los métodos más caros y efectivos para evitar embarazos como el DIU. Sin embrago, muchos estados han reducido las partidas destinadas a este objetivo en los últimos años, asegura.

"Las mujeres confían y respetan el trabajo que se realiza en las clínicas de planificación familiar, incluyendo Planned Parenthood, y esas clínicas realizan un servicio muy importante en la red de salud. Cuando cierran o desaparecen, las mujeres no tienen acceso al servicio de otras clínicas. Es importante mantener esta red", asegura.

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Un incremento en la educación sexual que se focalice en una versión más madura de las relaciones y el sexo, incluyendo la salud, la relación entre iguales, el consentimiento, la planificación familiar debería acompañar todo el porceso de asesoramiento para reducir la cifra de embarazos, dice Nash. Pero, añade, la educación tiene que ser "culturalmente competente".

Incrementar el acceso a la información sobre contraceptivos en las cínicas, farmacias, escuelas, y comunidades universitarias son vías para reducir los índices de aborto, considera Salganicoff.

Nash advirtió que si el acceso al control de la natalidad es objeto de recortes, el índice de embrazos no deseados podría volver a subir.

"El objetivo es que los embarazos tengan desenlaces saludables y que sean oportunos y deseados, lo que mejora los resultados tanto para las madres como para los bebés", afirma Nash.

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