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Música

Cómo el director de XOXO usó su experiencia como DJ para crear la nueva película de Netflix

"XOXO", el debut en cine de Christopher Louie, es un tributo a su historia en la escena rave del sur de California.
From the set of XOXO/Courtesy of Netflix

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Este artículo se publicó originalmente en THUMP EUA.

El EDM está muriendo, pregúntale a quien quieras. Los clubes de Marquee en Las Vegas están viendo poco redituable el pagar cifras exorbitantes a los grandes DJs, la asistencia a los grandes festivales ha disminuido y el pánico moralista alrededor de las muertes relacionadas con drogas está forzando a los legisladores a cerrar clubes y prohibir raves en toda la nación. Pero la preocupación no llega a los ciudadanos de Tomorrowland, aún hay verdaderos creyentes en la niebla, aquellos que pelean por el éxtasis colectivo de lo que puede suceder—con o sin drogas—cuando decides perderte y bailar rodeado de decenas de miles de amigos y extraños. Christopher Louie—el director de XOXO, el nuevo filme de Netflix sobre un festival de EDM—es uno de ellos.

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En su adolescencia, Louie centró toda su identidad en la vibrante escena rave de los 90s del sur de California. Fue a su primer show a los 14 años, tomó su primer pastilla de MDMA y dejó que su mente se abriera a un nuevo mundo que el jamás pensó que fuera posible. "Fui criado en un hogar ateo", comenta en una llamada por Skype sólo unas semanas antes del lanzamiento del filme el pasado 26 de agosto. "Nunca he ido a la iglesia, nunca he conectado con una comunal experiencia de grupo. Esa fue la primera vez que lo hice".

Lentamente se puso a mezclar para él mismo y a la edad de 18 años comenzó a tocar happy hardcore en fiestas por toda la Costa Oeste—incluso, una ocasión voló a Boulder, Colorado, para ser headliner en un rave en una preparatoria pública. Eventualmente, terminó en la UCLA, trabajando por un título en sociología, donde conoció a un profesor de cine que lo contrató para asistirlo en tomas y, posteriormente, como compañero en dirección. Juntos se hacían llamar Walter Robot y dirigieron videos para artistas como Modest Mouse, Gnarls Barkley, Death Cab for Cutie, Kid Cudi, y varios más. Ese trabajo se secó en la primera parte de esa década, justo cuando Louie escuchó por primera vez los estruendos del EDM.

Independientemente de la música que los DJs tocaban—la cual comenta no haber entendido por completo en un principio—Louie vio toda la escena como un renacer de la comunidad que cambió su vida de niño. Una nueva generación de chicos iba a estos eventos masivos y experimentaban el sentimiento al que él se refiere como "efervescencia colectiva"—un término que tomó prestado de sus días de sociología para describir las dinámicas de grupo al experimentar la intensa música al mismo tiempo.

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Este es el sentimiento detrás de XOXO, una historia de seis extraños con diferentes historias de vida, todos coincidiendo en un megafestival ficticio al estilo de EDC que da nombre al filme. Hay un DJ adolescente con un éxito viral en YouTube, su amigo y su manager, quien trabajan haciendo entrega en el restaurante de su papá, un romántico sin esperanza en busca del amor, una pareja al límite de la ruptura, un viejo cínico que se queja de cómo eran las cosas en sus días con cualquiera que quiera escucharlo. A lo largo de una esperanzadora tarde, algunos quedan cautivados, los sueños se realizan, la gente se droga—pero de algún modo todo se resuelve y los personajes demuestran que la alegría comunitaria que puede surgir en eventos como este. Si puedes bajar tu guardia, hay un gran mundo allá afuera con el que puedes conectar—ese es el poder del EDM y los mejores momentos de XOXO.

THUMP tuvo la oportunidad de hablar a inicios de agosto con Louie sobre cómo su historia en la música electrónica dio forma a este extraño y cálido filme.

El director Christopher Louie / Foto cortesía de Netflix

THUMP: Cuentame un poco sobre tu pasado, ¿Cómo comenzaste a ir a raves y a involucrarte en ser DJ?

Christopher Louie: Comencé a salir de rave cuando tenía 14 años. El primero fue en una vieja bodega en San Bernardino, California, llamado Masterdome y fue una experiencia transformativa. Tomé mi primera pastilla en ese rave. Fue una experiencia completamente sorprendente. Después de eso deverdad me involucré con las drogas, tomando un poco de cada cosa. Eventualmente como que dejó de importarme la fiesta y me enfoqué más en las drogas, desafortunadamente. En mi segundo año [de prepa] me sacaron de todas mis clases. Mis padre dijeron "tenemos que mandarte a una escuela diferente y hacerte volver al camino". El que me cambiaran de escuela y mis padres tomaran cartas en el asunto, me hizo dejar de usar drogas.

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¿De aquí comenzaste a ser DJ?

Un consejero me preguntó qué quería hacer con mi vida y yo dije, "¡quiero ser DJ!". Antes de llegar a eso, ni siquiera era una posibilidad. Esa idea nunca me había cruzado por la mente. Los DJs eran como dioses. Hasta donde yo sabía, ellos sólo hacían música en el escenario. Comencé a hacer lo que podía para reunir dinero y comprar discos. Me reuní con un viejo amigo que se llamaba DJ Notorious. Él estaba en un par de decks y yo en otro, haciendo múltiples capas para nuestros mixes. Nos mantuvimos cercanos. Comenzamos a mezclar por todo el sur de California.

¿Cuál es el show más memorable que hayas tocado?

La fiesta más grande que tocamos se llamó Candyland, en Colorado. Literalmente tiraron un rave en una preparatoria. Éramos los headliners porque éramos los chicos de Los Ángeles que habían tenido que tomar un vuelo para tocar ahí. Fue en un gimnasio masivo—nos dijeron que había probablemente entre 5,000 a 10,000 personas ahí. Se convirtió en un gran problema con la ciudad porque era una preparatoria pública y eso fue corrupción. [Como consecuencia] cerraron la escena de la fiesta en Boulder el próximo año.

Así que este filme viene como tributo a ese pasado, pero ¿de dónde viene la idea de ubicarla en un festival contemporáneo de EDM? ¿Por qué no mirar atrás?

Esa es una pregunta fuerte. Cuando pienso en la escena rave de aquel tiempo, era más como una escena punk. Era tan underground, que existía un elemento de peligro. Irrumpías en bodegas y te daban puntos de encuentro para poder esconder mejor la locación de los policías. Pero si hacía una película que mirará al pasado, habría ignorado el hecho de que la escena se está experimentando en una escala mucho más grande ahora. Habría sido algo muy pequeño. Lo más grande era para 10,000 personas, pero ahora hablamos de 70,000 a 120,000 personas por noche.

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Cuando salió la aftermovie de Tomorrowland 2012, tuvo 100 millones de reproducciones. Todo mundo hablaba de ella, incluso la gente que no estaba metida en la música electrónica. Mi mamá me dijo: "¡Este chico, dead-maus-five, está haciendo EDM como tú!" Mi mamá tuvo que decirme qué era el EDM porque yo lo desconocía.

Pensé que esto era una locura. Sabía que tenía que hacer una película sobre mis experiencias en este mundo. Que la escena renaciera en el 2012 me dio la experiencia única de hacer un filme retrospectivo pero ubicado en el tiempo actual, haciéndolo más relevante para los chicos que ahora tienen la edad que yo tenía en aquel tiempo.

¿Ves el gran circuito de festivales como una encarnación de la escena en la cual fuiste parte?

Oh claro, definitivamente. ¡Sin duda! Para poder financiarnos, tuve acceso a un festival y fui y filmé un teaser para la película. Fue la primera vez que asistía a un festival desde el EDC del 2010, y este fue en el 2014. Fue un día de locura y al final estaba sentado mientras Calvin Harris tocaba. Me fuí con la audiencia a bailar con los actores. Fue la primera ocasión que fui capaz de respirar y descansar. Miré atrás y había 60,000 personas cantando sus canciones. Tuve la misma sensación que tuve cuando tenía 14 años, esa unidad o lo que fuera. Encima de eso, miré por encima y vi a un niño cargando un tótem que decía "Cojela justo en el coño". Igual que cuando yo era más joven, excepto que ahora es mucho más grande.

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¿Cuál es tu relación con la música y cultura actual? Es fácil, conociendo tu historia, verte como un viejo hastiado en la película, pero eso no refleja como realmente te sientes tú.

No, para nada. Eso es lo que me permitió hacer la película. Está Chris D'Elia, el viejo arto de todo, está el chico soñador DJ que hace música pero no quiere compartirla con el resto del mundo, su desventurado manager, la joven pareja enamorada y Sarah Hyland como una romántica sin esperanza que va para conocer a un chico que contacto en línea. Personajes arquetípicos con los que todos pueden identificarse y escribí todos estos porque tengo una parte de todos estos personajes en mi vida, desde los 14 años hasta ahora.

La forma en que lidias con el punto de vista cínico del filme es muy interesante. Empujas tan fuerte la idea de que la música puede ser menospreciada.

Realmente quería mostrar la contradicción de sostener la idea. ¿Todos los que están experimentando cosas ahora podrían no tener idea de cómo se sentían antes? Eso sería estupido.

El filme existirá como una de las representaciones más comerciales del EDM. ¿Sentiste una responsabilidad particular para representarlo correctamente por ello?

Al principio, sentí una obligación de ser lo más autentico posible y hacer converger mis experiencias. Pero ahora me golpea mucho más fuerte. Cuando vi que esos chicos murieron en HARD Summer, no lloré ni nada, pero me molesté emocionalmente pensando en sus familias. Siento que mi película representa el otro lado de eso, pero no se puede ignorar que la cosas malas también suceden.

A pesar de ello me siento muy seguro. Sí, mi película representa drogas y sí, también presenta chicos pasando un excelente momento usando drogas porque a mi me pasó cuando fui joven y salí vivo de ello. Pero habiendo dicho eso, no es una irresponsable película sobre drogas como Project X o algo así.

Creo que es lo opuesto, muestra como estos lugares y sustancias pueden ser una gran experiencia, casi espiritual.

Es más llamativo para un periódico escribir una historia sobre los chicos que murieron, que sobre los otros 59,000 que no y que pasaron un momento increíble. Conozco mi experiencia personal, las drogas fueron parte de ella. Por ello es así la película. Pero no señala que las drogas sean necesarias para tener una experiencia espiritual o emocionante en un festival. La obligación era ser honesto.