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Drogas

¿Podría este antídoto a la cocaína ayudar a los adictos a mejorarse y dejar la droga?

Investigadores de la Universidad de Copenhague encontraron un componente que acaba con los efectos de la cocaína.

Imagen via el usuario de Flickr MattysFlicks.

Los tratamientos de drogadicción han estado durante mucho tiempo bajo el dominio de la psiquiatría –con el argumento de que si se trata la mente se puede controlar el impulso. Pero en los últimos años, la ciencia tomó un papel más activo en la compresión y el alivio de los vicios. Este mes, investigadores daneses, anunciaron que están desarrollando un antídoto a la cocaína.

Investigadores de la Universidad de Copenhague encontraron un componente que se ve y se comporta como la cocaína, pues une los mismos lugares en el cerebro. Sin embargo, a diferencia de la cocaína, no provoca sensaciones de euforia sino que simplemente ocupa los receptores de la droga, entonces si uno huele un poco de coca no habrá ningún efecto. También se planteó la hipótesis de que debido a las similitudes en la forma en que las anfetaminas y la cocaína afectan al cerebro, este antídoto también puede ayudar a tratar la adicción a las metanfetaminas.

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Claus Juul Loland, director de la investigación, compara el componente en su uso y administración con la metadona: "se tiene que tomar todos los días para asegurarse de que los soportes de dopamina estén ocupados", dijo. Claus enfatiza en que se trata de un antídoto, no de una cura; si se detiene la sensación placentera no quiere decir que uno ya no es adicto. "La adicción y la necesidad seguirán ahí. No es una cura, es una ayuda".

El Instituto Nacional del Abuso de Drogas estima que las tasas de recaída de los adictos a la cocaína oscilan entre el 40 y el 60 por ciento, incluso cuando reciben ayuda. El proceso de rehabilitación puede durar años y ser muy costoso. Claus dice que este bloqueador de los receptores jugaría un gran papel junto al tratamiento tradicional. "Las drogas que ayudan a deshacerse de la adicción son un gran paso en este estudio", dijo.

El creciente papel de la intervención química en el abuso de drogas se está explorando, pero las primeras comparaciones con tratamientos polémicos como la metadona ya están haciendo que se planteen preguntas sobre los efectos secundarios. Consumir otras drogas después de la adicción es complicado; cuando se intenta controlar las partes del cerebro, nunca se es totalmente selectivo. "Si se modifican los niveles de dopamina también se modifican la motivación, el estado de ánimo y los niveles de depresión", advierte Claus. "Todos estos son afectados por el mismo tipo de neuronas".

Al comparar los efectos de cambio de ánimo con los efectos de los antidepresivos, Claus señaló que este tipo de drogas no deben ser utilizadas en un tratamiento crónico. Estos antídotos son herramientas que se pueden utilizar durante cierto tiempo, mientras se enfrentan los periodos más críticos de la adicción y la recuperación. De hecho, la manipulación a largo plazo de la dopamina puede ser peligrosa si se aumentan los niveles de consumo con el tiempo. La dopamina puede ser un compuesto tóxico, aunque uno tiene que hacer el tratamiento del antídoto por un tiempo para poder sentir los efectos. "Pero, si uno lo hace durante diez años ahí tenemos otro problema", dijo Claus bromeando.

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