
El servicio empezó como cualquier servicio de una iglesia común y corriente, con un himno, una sección de canciones entusiastas y que se cantan fácilmente . Pero en vez de "Abide with me" o "Michael Row the Boat Ashore", empezó con la canción de Youngblood "Get Together", tocada por una banda especialmente ensamblada para la ocasión. Continuaron con "Folsom Prison Blues".La congregación aplaudió, vacilante y fuera de ritmo, acompañando la canción. (Aparentemente los ateos no son particularmente reconocidos por sus sentido del ritmo). Entonces el pastor salto al escenario. Alto, barbado y de pelo largo, es la segunda llegada de Jesucristo a la Tierra, pero reinventado como un consejero de campamento de verano.Su nombre es Sanderson Jones, y estaba extremadamente emocionadode estar allí."¡Espero que estén preparados para una hora y pico en la que solamente celebraremosel hecho de que estamos vivos!", y le sonrío a las aproximadas 100 almas que aplaudían ante él. "Probablemente deberíamos explicar qué es la Asamblea de Domingo, cómo llegamos aquí y qué va a pasar de aquí en adelante".Sanderson les dijo que todos pertenecen a la "congregación sin dios", cuyo objetivo era tratar de "ayudar a todos a vivir esta única vida de manera tan completa como sea posible". Después le cedió el escenario a los organizadores locales quienes leyeron un poema, y le siguieron las palabras de un sexólogo que pareció poner a la gente un poco incomoda, después hubo una interpretación muy espiritual de "Hey Jude", a continuación se pasaron una canasta para recolectar dinero, y finalmente, hubo un breve silencio contemplativo que se asemejaba a una oración. Al final, muchos participantes marcharon en casi perfecta sincronización a un bar que queda al final de la calle, donde le hablaron sobre sus vidas a perfectos extraños que tenían la potencia de convertirse en buenos amigos. En este ambiente tan hostil, los ateos y agnósticos reunidos compartieron sus historias sobre ser no creyentes e hicieron planes para la asamblea del próximo mes. Para que una nueva iglesia pueda prosperar, tiene que funcionar como una comunidad, como una familia, como un microcosmos de la totalidad del mundo.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Publicidad
Publicidad
Publicidad

Publicidad
Publicidad
Publicidad

Publicidad
Publicidad
