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VICE World News

En imágenes: la lucha contra grupos yihadistas en un campo de refugiados palestino en el Líbano

VICE News patrulla las calles del campo de refugiados palestinos de Ain al-Hiweh en Líbano con la nueva fuerza de seguridad creada para combatir la creciente presencia de grupos yihadistas armados.
Imágenes por Dylan Collins

Osama Arri dio un sorbo a su café y sacó un cigarrillo, mientras hablaba sobre el declive de la seguridad en los campos de refugiados palestinos en el Líbano.

"Los palestinos vamos de catástrofe en catástrofe desde 1948", declaró el vendedor de repostería, de treinta y seis años y padre de tres hijos, a VICE News. Arri contó que decenas de grupos yihadistas, entre ellos células afiliadas al Estado Islámico y a Jabhat al-Nusra, han irrumpido en el campo de refugiados de Ain al-Hilweh, donde reside.

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"El Daesh es un cáncer", dijo empleando el acrónimo en árabe para designar al Estado Islámico. "No lo podemos detener, pero si trabajamos lo suficientemente duro podremos ralentizarlo. La única manera de frenar la incorporación de los jóvenes a estos grupos es ofrecerles una posibilidad de futuro".

El Líbano ha padecido las consecuencias del golpe de Estado infligido hace cuatro años contra el presidente Bashar al-Assad en su vecina Siria, y los campos de refugiados palestinos esparcidos por el país, no son una excepción.

Según ha declarado Chris Gunnes, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, además de los 450.000 refugiados palestinos con los que cuenta el Líbano, otros 45.000 han volado desde Siria para instalarse en los campos de refugiados del Líbano.

Excluidos formalmente del ejercicio de, al menos, setenta profesiones, los refugiados palestinos se enfrentan a una plaga de desempleo, pobreza y negación de sus derechos fundamentales. Viven en 12 campamentos densamente poblados en todo el país, cada uno de ellos sólo tiene un kilómetro cuadrado de tamaño.

Refugiados sirios en el Líbano: una lucha diaria para conseguir ayuda humanitaria. Ver más aquí.

Osama Arri, de 36 años y con tres hijos, dice que el atractivo de Estado islámico en un sitio como Ain al-Hiweh es como "un cancer". Imágenes por Dylan Collins.

Los oficiales de los campamentos estiman que, desde que la violencia estallara en Siria, ya han llegado 10.000 refugiados palestinos y sirios, y muchos más lo siguen haciendo a diario.

"Aquí hay alrededor de un 70 por ciento de desempleo" declaró a VICE News Munir Madah, jefe de seguridad de los campos palestinos en el Líbano. "Las leyes libanesas reducen nuestras capacidades para vivir y trabajar dignamente".

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Según muchos, la falta de posibilidades económicas es uno de los mayores factores que explican el crecimiento de los grupos yihadistas en el campo. "No existe ninguna zona del campo completamente inaccesible, pero nuestras fuerzas de seguridad tienen serias dificultades para acceder a algunas de ellas", admitió Maqdah.

Los habitantes dicen que existen partes de Ain al-Hilweh que son del todo inaccesibles y que están completamente fuera del alcance de las fuerzas de seguridad. A consecuencia de ello, los oficiales del campo fundaron la Unión de Fuerzas de Seguridad Palestinas el año pasado, e implementaron un nuevo plan de seguridad el mes pasado que elevó el número de afiliados hasta los 250 miembros. "Planeamos expandirnos más" dijo Maqdah.

Abu Saleh, jefe de la Fuerza de Seguridad Palestina en Ain al-Hiweh, hace una ronda de vigilancia en el campo con sus hombres.

El aparato de la unión de fuerzas de seguridad incluye a la mayoría de las facciones políticas palestinas, entre las que se cuentan la secular Fatah, los islamistas nacionalistas de Hamas, y el Frente Popular de Liberación de Palestína, fuerza de izquierdas. La Fuerza Islámica, que agrupa a distintas facciones de palestinos Safalistas, también forma parte de la Unión de Fuerzas de Seguridad.

Los oficiales patrullan el campo varias veces a lo largo del día para realizar controles de seguridad y detectar la existencia de drogas, armas y actividad criminal. "Si pillamos a alguien haciendo algo procuramos entregarlo a nivel interno", dijo Maqdah. "Pero le entregaremos a las autoridades libanesas siempre que sea necesario".

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Miembros de la Fuerza de Seguridad Palestina patrullan por las afueras de Ain al-Hiweh.

Los Jund al-Sham (Soldados del Levante) y las Shabab-al Muslim (Juventudes Musulmanas) se cuentan entre los grupos afiliados a al Qaeda que rechazan la existencia de la Unión de Fuerzas de Seguridad Palestinas, y almacenan armas en el campo.

Los muros de algunas barriadas están surcados por banderas del Estado Islámico y por fotos de Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado emir de la organización. En otros, las banderas de Jahbat al-Nusra cuelgan de los balcones y las fotografías del asesinado líder de al Qaeda, Osama bin Laden, adornan sus estrechos callejones.

Al-Baghdadi ya no estaría al frente de Estado Islámico tras haver resultado gravemente herido. Leer más aquí. 

Miembros de la Fuerza de Seguridad Palestina patrullan por una zona del campo llena de banderas de Estado Islámico y fotografías de Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado emir. 

Maqdah estima que los yihadistas radicales que abogan por una sublevación armada contra el estado del Líbano son entre 150 y 200 individuos. Además, los oficiales palestinos, libaneses y los medios de comunicación han declarado repetidamente que el campo suministra refugio a los militantes libaneses y sirios.

Las fuerzas de seguridad libanesas tienen la entrada prohibida al campo y el presunto Yihadista Fadel Shaker, antiguo cantante de pop libanés, ha eludido que le arrestaran gracias a estar escondido en su interior. A pesar de que Shaker ya no produce vídeos musicales, ha aparecido en YouTube jactándose de haber asesinado a soldados libaneses y llamando a los militares a la guerra. En uno de los vídeos se refiere a dos soldados muertos como a sendos "gusanos irrelevantes".

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Shaker ha intentado desdecirse de sus proclamas combativas y de sus llamamientos a la sangre, pero es improbable que pueda salir de Ain al-Hilweh en una larga temporada. Hace poco abrió una pastelería en el campo.

Más de 60.000 refugiados palestinos y 10.000 sirios viven en el pequeño campo de al-Hiweh.

Shadi Mawlawi, fugitivo libanés y líder local de Jabhat al-Nura, también está en Ain al-Hilweh. Los oficiales libaneses han declarado que los palestinos se han negado a entregarle y están permitiendo que reclute y entrene a yihadistas. Sin embargo, los líderes del campo de refugiados niegan tales afirmaciones.

"Los libaneses quieren que Mawlawi y los otros estén en el campo porque es como una prisión", según ha contado a VICE News Sheikh Jamal Khatab, el líder religioso del Movimiento Mujahideen, uno de los grupos Salafistas adscritos a la Unión de Fuerzas de Seguridad Palestinas. "Pero no le queremos aquí. Básicamente le tenemos en régimen de arresto domiciliario".

Sheikh Jamal Khatab, el lider religioso del Movimiento Muyahidin Islámico, un grupo salafista dentro de la Fuerza de Seguridad Palestina.

Khatab también ha desmentido que Ahmed al-Assir, el líder de la división libanesa del Estado Islámico, se encuentre escondido en el campo, tal y como habían afirmado los oficiales libaneses.

"Eso es mentira: es una provocación contra los palestinos" dijo Khatab. "Al-Assir intentó entrar en el campo, pero nosotros le rechazamos. No tenemos ni idea de dónde está".

Al Assir y sus seguidores, incluyendo a Shaker, combatieron contra el ejército libanés en Sidón, una ciudad costera al sur del Líbano, en junio de 2013. Para cuando el humo se dispersó habían muerto dieciocho soldados, además de varias docenas de pistoleros de al-Assir y cuatro guerrilleros de Hezbollah.

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A pesar de que las facciones políticas han alcanzado una insólita unidad, no todos los residentes de al-Hilweh están contentos con la nueva Unión de Fuerzas de Seguridad. "Solo lo hacen de cara a la galería" ha declarado Eyad Dashe, vendedor de café de cuarenta y dos años, a VICE News. "Aquí no hay ningún tipo de seguridad. No hay esperanza".

Miembros de la Fuerza de Seguridad Palestina saliendo de su cuartel general para hacer una patrulla rutinaria en el campo al´Hiweh

Dashe consiguió préstamos de amigos y de su familia, y vació su cuenta de ahorros para mandar a su hijo de veintidós años a estudiar a Turquía. "Sabía que se uniría a los extremistas si se quedaba aquí", ha dicho a VICE News y añadió que "aquellos que no se unen a la lucha armada son carne de cañón para el tráfico humano, el tráfico de órganos, el de armas y el de drogas".

"Es normal" declaró. "Sólo observa cómo nos tratan los libaneses: la gente se desespera. No podemos ni entrar ni salir del campo sin que nos registren en los controles. Es humillante y nos tratan como si fuésemos el enemigo [del Líbano]".

Después de vivir durante décadas en Siria, Afaf Dashe, de 70 años, fue forzada recientemente a huir y volver a Ain al-Hiweh.

Las asfixiantes condiciones y restricciones que padecen los palestinos en el Líbano hacen temer a Dashe que cada vez más y más jóvenes se sumen a las filas de los grupos radicales como el Estado Islámico y Jahbat al-Nusra. "Si no tenemos ni oportunidades, ni la posibilidad de un futuro ¿Qué esperas que pase?", se preguntaba.

Docenas de desesperados jóvenes palestinos se han gastado miles de dólares por cabeza para escapar clandestinamente del Líbano a Europa, y muchos han muerto en el camino.

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Abu Saleb, jefe de la Fuerza de Seguridad Palestina en Ain al-HIweh, da órdenes a sus tropas. 

La madre de Dashe, Alaf, de setenta años, vivió en Siria durante décadas antes de huir de la carnicería en que se convirtió el país, para volver a Ain al-Hilweh hace dos años. "La situación no es mucho mejor aquí [que en Siria]", declaró a VICE News. "Ya nunca nos sentimos a salvo. Antes de que la violencia estallara en Siria, vivíamos bien".

La Unión Palestina de Fuerzas de Seguridad está convencida de que la seguridad está controlada, pero residentes como Arri, siguen siendo escépticos. El vendedor de repostería aseguró que todo el mundo quiere irse del campo, pero que quedarse y construir un futuro mejor depende de todos y de cada uno -no solo de las fuerzas de seguridad.

"Yo viajaría, me iría de aquí para siempre", dijo Arri. "¿Pero acaso no es mejor quedarse e intentar demostrar a algunos de los jóvenes que existen otras alternativas? Si no les podemos salvar a todos, tenemos que intentar, al menos, de darle esperanza a la gente".

Texto de Patrick Strickland y todas las imágenes por Dylan Collins.

Sigue a Patrick Strickland en Twitter:@P_Strickland_

Sigue a Dylan Collins en Twitter: @collinsdyl