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VICE World News

El corrimiento de tierra en Guatemala, una tragedia anunciada

Al menos 131 muertos y cientos de desaparecidos es el saldo del derrumbe en el país centroamericano mientras la esperanza de encontrar supervivientes desaparece y los esfuerzos de rescate se centran en la recuperación de cuerpos.
Imagen por Moises Castillo/AP
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Carlos Aguirre aprieta las fotografías de sus dos hijos mientras los trabajadores municipales sellan sendas tumbas. Este repartidor de 38 años ya había estado en ese mismo lugar el día anterior para despedir el ataúd de su madre.

"Cuando los equipos de rescate encontraron a mis hijos, hallaron a mi hijo en una posición de protección con su hermana pequeña", cuenta Aguirre a VICE News, antes de romper en llanto. "Este es un gran dolor".

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Los familiares de Aguirre perecieron en el trágico deslizamiento de tierra del pasado jueves ocurrido a las afueras de la Ciudad de Guatemala, el cual enterró al menos a 125 casas y acabó con la vida de 131 personas hasta el momento, dejando a otros cientos todavía desaparecidos.

"Todo está debajo de la montaña [de escombros]", dice Aguirre. "Todo está destruido".

En imágenes: buscando supervivientes enterrados por un alud en la ciudad de Guatemala. Ver aquí.

Imagen por Jeff Abbott

La ladera empinada y cubierta de árboles que se derrumbó sobre la parte superior del barrio Cambray 2 en la localidad de Santa Catarina Pinula, a unos 10 kilómetros del centro histórico de la capital guatemalteca, integra ahora la lista de los peores desastres del país.

El hecho análogo ocurrido más recientemente fue otro gran deslizamiento de tierra provocado por las torrenciales lluvias del huracán Stan en el año 2005 que sepultaron al pueblo de Panabaj, cerca de la zona turística del Lago de Atitlán, dejando como saldo cerca de 400 muertos y desaparecidos.

Sin embargo, aunque han habido persistentes y fuertes lluvias en la Ciudad de Guatemala en los últimos días, el desastre Cambray 2 no está asociado con un fenómeno meteorológico importante. Tampoco fue este deslizamiento de tierra uno particularmente grande.

La razón por la que el número de muertos es tan elevado es que la colina se desplomó sobre una zona urbana situada bajo un barranco, la cual nunca debió haberse instalado allí, o por lo menos debió haber sido trasladada.

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La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres informó que identificó con claridad a dicha zona como una de las muchas áreas de alto riesgo en los alrededores de la capital en un informe publicado en noviembre pasado.

"Existen movimientos de tierra en las laderas del cerro los cuales se dirigen al río y están obstruyendo y bloqueando su flujo", reza el informe, refiriéndose a un río que circula a lo largo del fondo del barranco. "Se observan fracturas que podrían indicar futuros deslizamientos de tierra".

El informe incluía la recomendación la reubicación de los residentes.

El portavoz municipal Manuel Pocasangre dijo a medios locales que las autoridades habían advertido a los residentes sobre los peligros, pero los habitantes no querían abandonar sus hogares.

Los residentes, sin embargo, aseguran que nunca fueron informados de los riesgos de vivir en aquella comunidad, integrada mayoritariamente por una clase media baja conformada por taxistas, jardineros o carteros. Ésta había crecido rápidamente en los últimos años, con cientos de nuevas casas de bloques de cemento acumulándose por las lomas que rodean a los hogares de los los ricos que se ubican en la cima de la colina.

Declarando desde un refugio de emergencia instalado en una sala comunitaria en el centro de la ciudad, varios supervivientes dijeron a VICE News que se habían establecido en Cambray 2 debido al coste relativamente bajo de la renta y de la tierra. Algunos hicieron hincapié en que también se sintieron atraídos por la zona debido a los bajos niveles de violencia criminal allí registrados, los cuales contrastaban con los de muchos barrios de bajos ingresos de la Ciudad de Guatemala.

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Aunque algunos mencionaron que habían notado en el pasado que caían rocas desde las colinas así como también su preocupación por la crecida del río, todos coincidieron en afirmar que nunca imaginaron que una colina se derrumbaría sobre ellos.

"Nunca hubo una señal o cualquier otra cosa parecida anunciando que esto iba a pasar", opina Aguirre en conversación con VICE News. "No entiendo cómo pudo caer toda esta cantidad de tierra".

El enorme número de muertos fue también una cuestión de mala suerte. El deslizamiento de tierra ocurrió después de las 10 de la noche, cuando la mayoría de la gente se encontraba en sus casas. Y ocurrió tan de repente que tuvieron muy pocas posibilidades de salir de allí con vida.

Aguirre sobrevivió porque todavía no había regresado del trabajo. Su esposa estaba en un evento de la iglesia de la zona, pero lejos del lugar del peligro. El padre de Aguirre, sin embargo, escapó de una muerte casi segura por una cuestión de segundos.

Ángel María Aguirre acababa de salir de la casa para hacer un recado cuando ocurrió el desastre. Su esposa de 39 años había querido ir con él, pero él la envió de vuelta a casa donde moriría junto con sus nietos.

Imagen por Jeff Abbott

"Los postes de luz comenzaron a moverse, como si fueran hojas de papel", rememora el jardinero de 65 años. "Luego hubo un gran ruido".

Los siguientes segundos los recuerda un poco borrosos, según explica. "Antes de que sucediera yo estaba al lado de una puerta", dice. "Cuando por fin reaccioné, y me levanté, estaba detrás de una pared".

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Los niños de Aguirre y su abuela fueron buscados mediante excavaciones en la zona de su casa enterrada desde que comenzaron las labores de rescate el viernes, las cuales han involucrado a más de 1.000 rescatistas.

Las esperanzas de encontrar supervivientes el lunes ya se habían evaporado. En lugar de ello, las autoridades se centran ahora en la recuperación de los cuerpos con la ayuda de excavadoras mecánicas. Según informes, están removiendo aproximadamente 119 toneladas de tierra cada día.

Los cuerpos, y en algunos casos solamente partes de cuerpos, están siendo llevados a una morgue improvisada en el centro de la ciudad. Los medios locales informaron que los familiares esperan en fila en el depósito de cadáveres esperando que lleguen nuevos hallazgos.

Para aquellos que encuentran a sus seres queridos, el siguiente paso es trasladar sus restos a las apretadas tumbas apiladas y pintadas en colores vibrantes que se montaron a lo largo de toda la longitud de un lado del cementerio de la ciudad. Hoy el tiempo es muy poco como para utilizar cemento en las tumbas, ya que no llega a sacarse entre tantos funerales.

Alejandro Maldonado, jefe de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, dijo a The Associated Press que el deslizamiento de tierra debe servir como una advertencia.

"Lo que ocurrió en Cambray es sólo un trágico ejemplo de lo que potencialmente podría pasar en toda la ciudad", aseguró.

Sigue a Jeff Abbott en Twitter: @palabrasdeabajo