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Comida

Cocinar dumplings para desconocidos es mi forma de ayudar a Nepal

La casa de mi familia en Katmandu ha sido destruida por el terremoto. Quería hacer algo para ayudar a Nepal, así que me puse a cocinar dumplings.
Phoebe Hurst
London, GB

Cancelé una cena cuando escuché sobre el terremoto en Nepal. Estaba a punto de salir a comprar ingredientes pero no pude hacerlo. En pánico, intenté llamar a cada uno de los miembros de mi familia, pero nadie respondió. Sin ayuda, y sin poder hacer nada, llegué a contemplar la idea de subirme a un avión rumbo a Nepal.

Cuando finalmente logré hablar con mi madre, después de horas de intentarlo, la noté tan nerviosa que decía cosas sin sentido. Atrapada en el cuarto piso de nuestra casa, pensó que iba a morir, porque no podía saltar de la ventana ni llegar a la planta baja. Finalmente, logró bajar, agarrándose fuerte del barandal de las escaleras.

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Nuestra casa en Katmandú se destruyó y todas las paredes se cayeron. Los templos que eran parte de mi identidad y de mi patrimonio ya no existen. Estos edificios de mil años de antigüedad han colapsado y todo está en ruinas. Cuando vuelva a Nepal, me encontraré con un escenario devastador.

Atrapado en Londres, quiero dar algo al país y a la comunidad en la que crecí. ¿Qué mejor cosa que celebrar que la comida de Nepal? Ya había hecho dos eventos para recaudar fondos e hice otro con Grub Club en la semana del terremoto. Fueron cien invitados y cociné junto con algunos chefs entrenados con Pratap Chahal y James Mossman.

Crecí en una gran familia donde la comida era todo. Aprendí cómo cocinar simplemente observando a mi madre y a mi abuela. Su amor por la comida, las especias, y los sabores se quedaron conmigo por siempre.

Nuestra abuelita solía hacernos ir a buscar hongos especiales que crecen bajo la tierra luego de un día de lluvia fuerte. Recuerdo que ella decía que los hongos eran más caros que el oro, pero en ese entonces yo no sabía que eran las trufas. Así de idílica fue mi infancia en Nepal.

Un poco como Londres, Katmandú es mucho más frío que las montañas que lo rodean. Encuentras naranjas, manzanas, papayas y guayabas creciendo por todos lados (bueno, tal vez no como en Londres). En Katmandú, teníamos nuestro propio pequeño jardín donde cultivábamos fruta y vegetales. Recolectaba tomates frescos, frijoles, papas y chiles para mi mamá. Nuestras especias nos eran enviadas por la gente en las villas. No íbamos al supermercado; éramos totalmente autosustentables.

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Pero hay un gran cultura de comida callejera en Nepal. Puedes encontrar comida en todos lados. De hecho, he escuchado por mis amigos y familia que ahora hay más comida de calle que nunca. Momos –los dumplings tibetanos– se encuentran en cada esquina. Solamente en Katmandú hay mas lugares de momos que todos los KFC y McDonald's combinados en Estados Unidos. Es el plato nacional no oficial. Pero aunque hay miles de lugares de momos cada uno sabe diferente.

Fuera de Nepal, la gente sabe muy poco sobre la comida nepalesa. La escena es inexistente. Si vas a un restaurante nepalés, encontrarás casi puros platos del norte de la India.

Cuando vi ese espacio vacío en el mercado, decidí que quería cambiar las conceptos erróneos de la gente hacía la comida nepalesa y presentarles cosas nuevas.

Me mudé a Londres hace 8 años, vine aquí para estudiar un diploma en tecnología de información de negocios; pero Londres me atrapó. Empecé a cocinar propiamente hace año y medio. En 2013, me diagnosticaron una enfermedad así que no pude ir a trabajar por siete meses. Atrapado en mi casa todo el tiempo, me empecé a morir del aburrimiento. El hacer nada realmente te saca la vida.

Un día, un amigo me dijo, ¿por qué no empiezas un club de cena en tu casa? Parecía como una buena forma y sociable de conocer gente y disfrutar la comida. Al principio, tenía solamente siete invitados de círculos de amigos cercanos pero rápidamente creció para incluir desconocidos. Continué haciéndolo y renuncié a mi trabajo en un banco. Ahora hago un par de clubs de cena por mes con hasta 40 invitados. En el momento, estoy haciendo más para juntar dinero que enviaré a Nepal.

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Creo que la comida de Nepal es una de las cocinas menos conocidas del mundo. La gente parece pensar que es o comida india o china pero en realidad es mitad y mitad. Y cuando las mezclas a las dos, obtienes algo completamente nuevo y totalmente diferente.

Aunque la comida nepalesa usa especias similares a la de la cocina india, las usamos de forma muy diferente. Es más suave y más fresca. No tiene masalas espesas. Es bueno presentarle cosas nuevas a la gente y sorprender sus paladares.

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Los momos son el ejemplo perfecto de cómo la cocina india y china se juntan. Los dumplings son chinos pero los rellenos tienen una base de especias y son más similares a la comida india. Mientras que los dumplings chinos no tienen mucho gusto, los momos son muy sabrosos.

Mis momos favoritos son de cerdo. Uso un corte un poco más grasoso pero aún magro así no tengo que agregarle mantequilla. La receta es muy simple. Usamos un montón de ajo, cebollas picadas, cebolletas y jengibre y un poco de cilantro, comino y cúrcuma. No usamos sal porque los chutneys que los acompañan son ya bastante salados. Los momos son parte de mi identidad.

Desde que organizamos las recaudaciones de fondos, una cantidad abrumadora de gente me ha contactado preguntándome cómo puede ayudar. Uno siempre piensa de que vivimos en un mundo egoísta pero cuando algo como esto sucede; es increíble como todo el mundo se junta. Me hace muy feliz llevar el estandarte de Nepal.

Como fue contado en entrevista a Maya Oppenheim.