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Throwback Thursday

La feminista francesa que desafió al COI para incluir a las mujeres en los Olímpicos

El deporte femenil le debe mucho a Alice Milliat, feminista quien luchó por la inclusión de las mujeres en el torneo olímpico y por el derecho al voto.
Courtesy Wikimedia Commons

El 9 de agosto de 1934 dio arranque la ceremonia de inauguración de la cuarta y última edición de los Juegos Mundiales para Mujeres (Women's World Games) en Londres. Atletas de 19 naciones participaron en la competición de tres días, la cual incluía un número de eventos que el Comité Olímpico Internacional aún no admitía para las mujeres o, en el caso de los 800 metros planos, había determinado que no tenían la condición para competir.

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En la actualidad, los Juegos Mundiales para Mujeres es un capítulo olvidado casi por completo en la lucha por la igualdad de las mujeres, pero de 1922 a 1934, existieron como una forma de protesta contra el COI y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo —el órgano rector del atletismo mundial—, los cuales habían desdeñado y, hasta cierto punto, temían a la primera ola de feministas que querían competir.

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El barón Pierre de Coubertin, fundador del COI, fue uno de los opositores de las mujeres en los deportes. Los Juegos Mundiales para Mujeres y el trabajo de su órgano rector, la Fédération Sportive Féminine Internationale (FSFI), son la razón por la que Coubertin y otros como él perdieron la pelea por mantener a la mitad de la población fuera de las competencias deportivas.

Para entender el alcance político de los Juegos de Londres 1934, tenemos que empezar al otro lado del Canal de la Mancha, en Francia, en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Algunos creen que la activista francesa, Hubertine Auclert, fue quien acuñó el término "feminismo" en la década de 1880, y aunque sus compatriotas no obtuvieron el derecho al voto sino hasta 1944, la igualdad de género ya era un tema en boca de toda la nación a unos años del fin de siglo.

Al mismo tiempo que Auclert y otras feministas francesas comenzaban a planear el movimiento sufragista, de Coubertin fundaba las Olimpiadas. Él también era francés, y llevó los Juegos Olímpicos a su patria en 1900 y 1924.

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Los Olímpicos de París en el 1900 fueron los primeros en incluir a las mujeres, pero sólo en torneos de golf y tenis. Las atletas que deseaban competir en disciplinas más físicas tenían que hacerlo en otra parte. El primer club deportivo de Francia, Femina Sport, se fundó en 1911 y rápidamente le siguieron varios más. Un año más tarde, el COI incluyó la natación femenil en los Olímpicos. Con el paso de los años, más deportes para mujeres se fueron añadiendo el programa, con la notable excepción del atletismo, el cual no debutó en el torneo sino hasta 1928.

La razón por la que el atletismo era un tema incómodo en la cultura de principios del Siglo XX es difícil de concebir en nuestros días, pero a juzgar por los deportes femeniles permitidos en las Olimpiadas —golf, croquet, natación, clavados—, de Coubertin y su grupo parecían incómodos ante la noción de ver a las mujeres sudar.

Pierre de Coubertin. Cortesía Wikimedia

¿Qué provocó que las Olimpiadas cambiaran? En 1917, Femina Sport organizó el primer campeonato nacional de atletismo para mujeres. Un año después, miembros de Femina Sport crearon la Fédération des Societés Fémines Sportives de France (Federación de Asociaciones Deportivas Femeniles de Francia).

Uno de los miembros fundadores de la federación fue una mujer de nombre Alice Milliat. En 1921, presentó una petición oficial para la inclusión del atletismo femenil en los Olímpicos. Milliat fue rechazada. En lugar de protestar, decidió organizar sus propios Juegos Olímpicos. Lo hizo bajo el cobijo de la FSFI, la cual fundó más tarde ese mismo año.

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En marzo de 1921, la ISFI realizó la Olimpiada Femenil en Monte Carlo. El evento único en su tipo tuvo un éxito sin precedentes. Un artículo publicado recientemente por un grupo de historiadores serbios lista un total de once eventos de atletismo y varios equipos deportivos en la Olimpiada Femenil. Atletas de cinco naciones se dieron cita en el torneo. Sin embargo, el COI rechazó una apelación tiempo después para incluir más disciplinas para las mujeres en los Olímpicos.

En 1922, Milliat llevó su concepto un poco más lejos cuando la FSFI organizó los primeros Juegos Olímpicos para Mujeres —torneo internacional que requirió de cuatro años, al igual que las Olimpiadas— en París. Cinco países participaron, entre ellos Estados Unidos. Entre 15 y 20 mil fans asistieron al evento.

Como era de esperarse, el COI y la IAAF no tardaron en incomodarse. Ambas organizaciones respondieron bajo el argumento de que la IAAF debería ser el único órgano rector de atletismo, tanto para hombres como para mujeres. Por supuesto, no se trataba de una conclusión benevolente. Se trataba de un intento para silenciar a la FSFI, y proteger la marca de los Olímpicos. Los historiadores Mary Leigh y Therese Bonin escriben que el COI y la IAAF acordaron tomar el control del atletismo femenil bajo sus respectivos grupos. Una vez cerrado el acuerdo, el COI "negó puntualmente el derecho a las mujeres de participar en atletismo en los Juegos Olímpicos de 1924".

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La FSFI finalmente acordó deshacerse de la palabra "olímpico" y renombró su competencia como Juegos Mundiales para Mujeres, lo cual satisfizo a la IAAF y el COI. En las mentes de los dirigentes de estas instituciones, sólo había un evento olímpico legítimo, donde las mujeres no tenían permitido participar en atletismo.

El segundo torneo se llevó a cabo en Gothenburg, Suecia. Esta vez incluyó atletas de nueve países. El COI, una vez más enfurecido, respondió con hechos: las Olimpiadas de Ámsterdam en 1928 incluyeron cinco disciplinas de atletismo. La estrategia dividió a los miembros de la FSFI. Milliat creyó que cinco disciplinas no eran suficientes —los hombres competían en 22 en aquel entonces— y metió presión, sin éxito, por un número mayor. El equipo femenil británico estuvo de acuerdo con Milliat; juntos boicotearon los Olímpicos de 1928.

Alice Milliat. Foto tomada de @FAMilliat

A pesar de ello, los Juegos de 1928 fue un momento histórico para las mujeres en el deporte. Sin embargo, no podrías saberlo leyendo los informes de periódicos contemporáneos, los cuales describen los eventos de atletismo como un desastre deportivo. En particular, la carrera de 800 metros, según The New York Times:

"La final de los 800 metros para mujeres, en la cual Lina Radke de Alemania estableció el récord mundial, demostró claramente que incluso esta distancia resulta ser demasiado para el aguante de las mujeres. En la meta, seis de las nueve corredoras estaban completamente exhaustas y cayeron al piso. Varias tuvieron que ser retiradas de la pista. La pequeña participante estadounidense, Florence MacDonald, quien hizo un aguerrido trabajo pero fue superada, estuvo semi desmayada durante varios minutos, mientras que la resistente concursante de Japón que terminó en segundo lugar, Hitomi, necesitó ser atendida antes de retirarse del campo".

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El COI no dejó correr los 800 metros a las mujeres sino hasta 1960. En cambio, la FSFI sí lo hizo. Los Juegos Mundiales para Mujeres de 1930 en Praga incluyeron atletas de 17 naciones compitiendo en 12 eventos de atletismo. Por otra parte, las Olimpiadas de Los Ángeles de 1932 incluyeron a las mujeres en una sola carrera: los 100 metros libres.

Los Juegos para mujeres de Londres 1934 mostraron un progreso, al añadir el pentatlón y juntar a atletas de 19 países. Esto impulsó a Milliat a entregar un ultimátum: incluir un "programa completo" de disciplinas para mujeres en las Olimpiadas de 1936, o convertir el evento en una competición exclusiva para hombres. La FSFI estaba perfectamente feliz de tener el control del deporte femenil. Por lo mismo, la IAAF se vio obligada a participar como mediadora. Finalmente, el acuerdo quedó en expandir el programa a nueve competencias en los Olímpicos y reconocer las marcas que las atletas habían impuesto en los Juegos Mundiales. También el calendario de dicho torneo se convirtió, en 1938, en el calendario del Campeonato Europeo.

Germaine Delapierre, ganadora de los 65 metros con obstáculos en la Olimpiada Femenil de 1921. Foto por Wikipedia

Milliat había ganado una batalla importante para los deportes femeniles, pero aún quedaba un largo camino por recorrer, tanto en igualdad de disciplinas como para el derecho a votar. En una entrevista en 1934 citada tiempo después por Leigh y Bonin, Milliat vinculó a ambas, y destacó la creciente popularidad del deporte femenil como una razón para seguir luchando por el movimiento sufragista:

"Los deportes femeniles de todo tipo están siendo obstaculizados en mi país por la falta de espacios para practicarlos. Ya que no podemos votar, no podemos expresar públicamente nuestro sentir. Siempre le digo a mis chicas que el voto es una de las cosas por las que tendrán que luchar si Francia quiere mantener su lugar junto con las otras naciones en el ámbito de los deportes femeniles".

Milliat murió en 1957. Vivió lo suficiente como para poder votar en Francia, pero ya no pudo ver un programa completamente igualitario en los olímpicos. Nosotros tampoco. De acuerdo con Top End Sports, las disciplinas femeniles sólo recibirán el 44 por ciento de las medallas que serán entregadas en Río 2016. Sin embargo, tres de esas preseas se otorgarán en los 800 metros para mujeres.

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