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Desde los diversos movimientos de justicia social que surgieron a mediados del siglo XX, los activistas políticos han tratado de deshacer la desigualdad estructural. Incluso normas culturales que son aparentemente inofensivas pueden jugar un papel importante en mantener la inequidad de género. A través de este amplio estudio sobre la sexualidad humana, Savin-Williams y sus colegas investigadores intentan transformar la idea de que esas normas son hechos científicos."Yo sí veo que los límites se han difuminado", dice. "Creo que eso está sucediendo en el caso de los dos sexos. Probablemente es algo bueno, ya que eso le da a los niños que están creciendo más diversidad, más opciones para que no sientan que tienen que encajar [a cualquier precio]. Las mujeres heterosexuales y los hombres heterosexuales se sienten mucho más cómodos ahora al entrar en el reino del otro sexo en términos de los roles de género y de cómo actúan".A pesar de que un individuo con un género o una identidad sexual LGBT puede sufrir discriminación social indebida y ser víctima de prejuicios, desde la perspectiva de la humanidad propia ser queer podría volverse un beneficio: tienes motivos para cuestionar las normas que rigen la identidad."Si nos fijamos en las mujeres, la autoestima de las lesbianas tiende a ser mayor que el de las heterosexuales", apunta Savin-Williams. "Tal vez sienten que tienen más libertad [para ser quienes realmente son]. Por supuesto, a la sociedad no siempre le va a gustar, pero es tu yo auténtico y propio"."Hay aspectos [de la sexualidad masculina] que están en un continuo, tal como siempre lo hemos reconocido con las mujeres. Los hombres cargan con tanta basura cultural que, incluso si un hombre 'hetero' siente cierta atracción sexual hacia otros hombres, jamás lo dirá".