Preguntamos a nuestros padres si nuestras vidas son como las imaginaron para nosotros

Deja de pensar un momento en ti. Sacúdete ese yo que siempre llevas por bandera y date cuenta de que eres fruto del coito de unos tipos que vinieron a este mundo mucho antes que tú.

No importa si fuiste fruto del amor, de un acuerdo racional o de las ganas de fornicar de un par de desconocidos, estás aquí gracias a ellos. Hubo un tiempo que, simplemente, no fuiste.

Antes de ese momento puede que fueses una idea, una fantasía o una pesadilla. Al salir del útero —vía vaginal, por cesárea o yo-qué-sé— con ese aspecto horrible que caracteriza a todos los neonatos, alguien pensó algo sobre ti. Te proyectó, de alguna forma, viviendo una vida adulta. Puede que no fuera nada concreto, puede que simplemente fuera un sentimiento o una sensación pero esa idea estaba allí, una idea que, muy probablemente, fue positiva, pues son pocos los padres que desean horrores a sus criaturas; probablemente solo esos que deciden reciclarlos en contenedores o los que los abandonan en centros comerciales con la eterna y falsa promesa de "volver en un segundo".

Para todos los demás, la idea de un ser haciéndose mayor bajo su yugo supone aspirar a cierta —a un mínimo de— felicidad para el vástago.

Cierto que las cosas pueden salir bien pero también pueden salir —no mal— distintas. Esperas que tu hijo se convierta en un respetado crítico musical debido a todos los discos maravillosos que le pusiste cuando era un infante, pero resulta que al final se ha convertido en un maldito neoliberal que solo encuentra el amor y el respeto en el valor del dinero.

La criatura que emerge del molde no es una versión perfecta del modelo, siempre tiene pequeñas diferencias —pequeñas astillas y grietas— que lo hacen único y —gracias a Dios— distinto a sus parientes. Joder, en menudo poeta de pacotilla me convierto cuando hablo de paternidad y maternidad, ya sabéis que uno tiene sus puntos débiles.

En medio de la sangría de los acontecimientos lo mejor es dejarse llevar y no esperar nada, la decepción solamente existe cuando lo hacen también las expectativas. Ahora imagínate, por un momento, que el origen de esta decepción eres tú.

Para saber qué opinan los padres de las criaturas en las que nos hemos convertido lo mejor es preguntar. Pedí a varios individuos que preguntaran a sus progenitores qué opinaban sobre cómo ha resultado ser su vida y qué es lo que esperaban de ellos en un principio.

Isa toca el bajo y canta en Triángulo de Amor Bizarro. Supongo que sabéis de lo que estoy hablando.

Isa: ¿Cómo me imaginabas en el futuro? Me refiero a nivel de trabajo, familia, pareja y felicidad en general.

Madre: ¡Cuántas preguntas juntas! Ya me estás liando la cabeza, hija. A ver, yo siempre os críe con libertad para poder hacer cada uno lo que mas os guste.

Siempre os digo que podéis ser lo que queráis, pero hay que currárselo. Que no tenemos contactos en la Xunta ni acciones en Fenosa.

Supongo que como nuestra familia se dedica a la fotografía y como, entre todas esas cosas que estudiaste y estudias —que no valen para nada (quiero decir nada que te dé trabajo, claro, tu ya me entiendes hija)—, estudiantes algo de fotografía, igual te interesaría algo así.

Isa: ¿Y qué piensas de cómo estoy ahora? Madre: Desde luego nunca me imaginé que pudieseis vivir de la música. Como hobby o como algo temporal sí pero nada más. Pensé que eso era solo para privilegiados. Me parece que sois unos privilegiados.

Además, con el estilo ese que hacéis (que no es tan comercial o no sé, ¿cómo se dice? ¿Música indi?) pero bueno, a mí me encanta este último disco, tiene unas canciones muy bonitas y se nota que os tubo que dar mucho trabajiño. Así estabas de insoportable y de nerviosa, que no se te podía decir nada.

No me extraña, eso que hacéis tiene que loquearos la cabeza pero os quedó precioso, muy bien, muy bien. Ahora, ya sabes; no hay que dormirse en los laureles, que con la crisis que hay ya podéis estar contentos y como decía el abuelo "cabeza, que e o mellor do animal". Isa: ¿Decepción? ¿Sorpresa? Madre: Mira, no me líes, que me estás haciendo siempre la misma pregunta. Venga un besito que tengo que llegar a Cangas y parar antes en Bueu, a coger la tarta en casa de la abuela y sacar al perro y mañana tengo que pasarme por la asesoría por lo del seguro y blablablá. ¡Acuérdate que el domingo es el Día de la Madre! Comemos a las dos y media. Nada de excusas. Ya descansarás después. Biquiños, te quiero.

La conoceréis por sus incómodos dibujos que logran encontrar verdad y belleza en la representación grotesca de un mundo totalmente febril e incómodo. Estudió diseño gráfico y filosofía y tiene dos grupos de música que ahora están un poco parados porque acaba de tener un hijo. Podéis ver sus trabajos aquí.

Carlota: ¿Cómo imaginabais que sería de mayor?

Madre: Que te gustaría la música, las humanidades y lo artístico. En el primer cole ya apuntabas maneras.

Padre: Esto es una pregunta… pfff… ¿Cómo te imaginaba? Pues no sé. Te imaginaba casada con un hijo y votando al PP. Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos.

Carlota: ¿Y qué pensáis de cómo estoy ahora?

Madre: Pues estás en una de las etapas más interesantes de tu vida pero es la que se tiene que trabajar más físicamente. Estás en una etapa muy feliz.

Padre: Pienso que estás muy bien, estás pasando por todas las casillas de la vida que se tienen que pasar y aparentemente muy feliz y que sabes disfrutar de la vida.

Carlota: ¿Os he decepcionado o qué?

Madre: Hombre no, decepción no. Más bien una sorpresa agradable, una realidad. Quizás no me lo esperaba tan pronto contigo, pensaba que tendrías un bebé más tarde.

Padre: Ni decepción, ni sorpresa. Me aporta una gran alegría y satisfacción.

Mirena estudió ilustración en La Massana y acaba de publicar el cómic Sensación de vivir en la editorial Fulgencio Pimentel. Puede que la conozcáis por colaborar en el fanzine Bulbasaur o por el fanzine Sueño samoano o por haber hecho carteles de conciertos o por el diseño de esas toallas o por ese primer número de la revista Gong! de la editorial Terranova. Seguro que me dejo muchas cosas, Mirena joder, haces demasiadas cosas.

Mirena: ¿Cómo me imaginabas en el futuro?

Padre: No te imaginaba pero veía que ibas a ser algo así como anti-antisistema (no en contexto político-social, sino humanista).

Madre: Te imaginaba con mucha determinación con respecto a lo que querías.

Mirena: ¿Y qué piensas de cómo estoy ahora?

Padre: Me gusta que estés en el camino de darle la vuelta al programa.

Madre: Sigues igual pero conociendo a tus demonios. Sigo teniendo la misma confianza en ti.

Enumerar todos los grupos en los que ha tocado Dalmau sería una empresa casi imposible, ¿os suena de algo Zeidun? En fin, ahora toca principalmente como Esperit! pero seguro que algún día lo veréis detrás de una batería o de unos pedales tocando con otro grupo. Siempre que pienso en él me viene a la cabeza ese precioso CD-R que hizo hace tiempo, ese llamado "Filadelphia i l'altre costat". En fin, gracias Mau por eso.

Dalmau: ¿Es mi vida actual como os la habíais imaginado cuando yo era pequeño?

Madre: Aunque tu disponibilidad y actitud personal en abarcar muchos aspectos de la vida musical me evocaba la dispersión, siempre te he imaginado una persona especialmente honesta con gran capacidad de trabajo e inteligente. Veo un crecimiento personal constante y que eres consecuente con el estilo de vida que tú muy conscientemente has escogido. Anhelo que seas feliz y sé que lucharás siempre por una vida llena de contenidos profundos

Padre: Pensaba que harías una carrera universitaria o que aprenderías un oficio. Ahora creo que eres muy activo, con mucha movilidad profesional, muy competitivo. Tienes una intensa vida social y estás interesado por la cultura, por el cambio social, con mucho aprecio por el país. Prestas atención a tus orígenes familiares. Humanamente estoy contento de la actitud de calidad ética, eres muy activo y positivo. También eres creativo de manera positiva y con un punto de inquietud relativo a la consolidación profesional. A nivel de pareja, también observo una cierta incertidumbre. Pongo máxima atención en los indicadores que muestran y así es, una tendencia al crecimiento positivo.