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Música

Un poco de caballo

Miguel Noguera improvisando con los Za!

Las Noches del Caballo es un proyecto de improvisación conducida ideado por los dos chicos de Za! y la violinista Sara Fontán, habitual colaboradora en varias formaciones de bandas barcelonesas. La improvisación conducida es como eso de los concursos de perros pastores de Castellar de n’Hug, donde un grupo de individuos improvisa siguiendo los mandatos de un director. Bueno, la comparación no es del todo exacta pero supongo que ya me entendéis. La iniciativa nace de las cenizas de La Orquesta del Caballo Ganador, conjunto que reunía a gente de Betunizer, Za! y Estrategia Lo Capto!, entre otros, con la diferencia de que son veladas inolvidables que se repiten una vez al mes y donde el público es un elemento clave. Y es que aparte de dirigir a los músicos de la “orquesta”, el director también se encarga de hacer colaborar al público. En estas noches se viene a trabajar y a dejar las vergüenzas y prejuicios en la calle, así que más que conciertos, son como terapias y ejercicios de socialización que pretenden alejarnos del típico concierto de rock, donde hay un público, unos músicos y kilómetros de distancia entre ellos.

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Este jueves, y bajo la programación del Ronda, podréis catar las Noches del Caballo con la colaboración de Miguel Noguera y Dani Descabello, teniendo en cuenta esto, el asunto promete bastante. Hablé con Edu de Za! para que me contara un poco de qué iba todo esto.

VICE: Buenas Edu, primero, cuéntame un poco cómo estáis Za! Creo que este año habéis dejado los curros y os estáis dedicando completamente al grupo.

Eduard Pou: Pues en la vida nos habíamos planteado dedicarnos 100% al asunto, pero ya no podíamos compaginar  las dos cosas y mantener la salud. Hace dos años, cuando en una misma semana teníamos que ir primero a São Paulo, volver a currar y luego a San Petersburgo, decidimos que nos lo teníamos que montar de otra forma. ¡Que eso no era ni sano ni ecológico ni nada!

¿Eres más feliz ahora?

A nivel de pasta vivo bastante peor pero en TODO lo demás vivo mucho mejor, totalmente. Claro que a veces también  lo vivo con hórror vacui, pensando que estoy perdiendo el tiempo, que soy improductivo pero en realidad son mil y una horas de emails, cuadrar agendas, producción, ensayos, etc.

Bueno, vamos al asunto. ¿Cómo sale esto de las Noches del Caballo?

El año pasado Pau y yo estuvimos haciendo los talleres de improvisación conducida y fue flipante. Nos dimos cuenta de que con dos o tres ensayos puedes juntar gente muy distinta y que la cosa funcione en directo.

¿Qué tal los resultados? Porque aquí nadie es John Zorn…

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Lo importante es estar dispuesto a imitar la subnormalidad máxima que haga el tipo que tengas a tu lado. Y cuando toda una “orquesta” imita la subnormalidad, te sientes validado…por ahí va un poco lo terapéutico del asunto.

Como en una reunión de alcohólicos anónimos o yo qué sé, de pervertidos.

Claro, el tema no es intentar ser John Zorn. Lo que mola encontrar es un poco la música instintiva, lo que te sale sin pensar.

Hay muchas veces que estas improvisaciones y experimentos suenan similar, como cayendo en tópicos genéricos…

¡¡¡Ahí!!! De hecho queremos huir de esto, me molesta que la música “experimental” o “improvisada” al final sea un estilo en sí mismo. Yo me lo imagino más como una radio que se va sintonizando y desintonizando todo el rato. Que pueda sonar punk, bachata, rap, música de vanguardia, sonidos de la jungla, un documental, un concurso,…

Un punto fuerte de estas veladas es la colaboración del público. Ahí se va a trabajar, a participar. ¿Tenéis alguna teoría detrás de esto? ¿Romper la barrera entre la estrella del rock y el fan?

Sí, totalmente. Con Za! ya lo intentamos, empezando los conciertos entre el público…El otro día fui a un concierto Heavy y me partía, tenían el rollo público/fan mega marcado, lanzando púas a primera fila y diciendo “Hola Barcelona”, ¡¡¡y los tíos eran de Barcelona!!!

¿Aplicar la improvisación a la vida de uno significa, de algún modo, convertirse en un vagabundo?

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Supongo que significa estar siempre dispuesto a cambiar de rollo (hay una señal en la Orquesta que es eso, cambio de rollo, deja la bossa nova que estás haciendo y toca black metal o viceversa). Hay gente que le encanta y hay otra gente que no lo soporta y necesita una rutina constante. Yo no soporto la rutina y la imprevisibilidad absoluta me angustia. Por eso me gusta la improvisación conducida, es un juego de equilibrios.

Después de tantos años haciendo música, digamos, más libre… ¿Qué piensas de la música rock más tradicional, la ves demasiado cuadriculada, estancada? ¿Te la sigue poniendo dura His Hero Is Gone?

Joder, el Monuments to Thieves me sigue pareciendo un misil (tiene tres temas que aún me pongo a menudo: Like Weeds, Monuments to Thieves y Cavities). Creo que de adolescente era un integrista estilístico –si no era ruidoso o contundente no me gustaba- y ahora cada vez me fijo menos en el estilo y más en otras cosas: si el grupo tiene flow, si me transmite algo, si es auténtico… ¡o cosas totalmente subjetivas e injustas como por ejemplo si me cae bien el tío o la tía! Por lo tanto, me siguen gustando muchos grupos de “rock”, quizás incluso más que antes. A la vez aprendes a verle el cartón a mucha música –ehem- libre que al final también se reduce a una repetición de clichés.

¿Y qué pintan Noguera y Descabello en todo esto? ¿Cómo irá la cosa?

¡El tío está muy motivado y le mola la idea! Yo le dije, “tú tranqui, tráete unas ideas ya escritas” y nada, él viene en pelotas.

¿Cómo fue la primera vez que viste a Noguera?

Nos teloneó hace mil años. No lo conocíamos de nada, F-L-I-P-É. Lo organizaba Dani y quiso que lo descubriéramos allí, vírgenes de Noguera, sin saber de qué palo iba. Ese día Noguera hablaba sobre la caca. Primero me pareció un predicador loco y no me atrevía ni a reír, después ya entendí de qué palo iba. El espectáculo terminó con un vídeo de él en una bañera revolcándose en mierda (imagino que falsa). Fue amor a primera vista.

Una situación: un hombre entra en tu casa y te dice que matará a un delfín delante de ti a menos que comas durante dos meses seguidos sopas de sobre. Solo sopa de sobre, para desayunar, comer y cenar. ¿Qué harías? ¿Delfín o sopa?

Lo consideraría un regalo: ME FLIPA LA SOPA. Y la sopa de sobre puede ser una mina antipersona de colesterol pero está muy buena y se vende a precios populares. He pasado un par de veranos de viaje alimentándome únicamente de sopas de sobre y fideos chinos de sobre, ¡y aún estoy vivo! Jódete Danacol. Eso sí, si el hombre dice que matará al delfín para hacer una sopa…menudo dilema.