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La noticia de la semana era la filtración de los llamados papeles de Panamá, considerada la más grande de la historia con 2,6TB. Una ingente cantidad de documentación secreta del bufete de abogados Mossack Fonseca, 11,5 millones de documentos, implicaba en una red de sociedades opacas a 72 mandatarios, en activo o no, junto a muchas otras personalidades.
Pero otra gran filtración, mucho menos divulgada, ha dejado en evidencia graves carencias de Turquía en lo relativo a la ciberseguridad. Un colectivo de hackers ha publicado una base de datos que podría contener números de identidad, direcciones, aniversarios y nombres de los padres de 49.611.709 ciudadanos turcos, entre los que están los del presidente Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro Ahmet Davutoglu.
La IP del enlace a un archivo de 6,6 GB de información está asociado a una dirección IP islandesa que utilizaba servidores rumanos a nombre de Flokinet Ehf y a la web twistednetworks.net. El enlace incluía un mensaje pedagógico para el gobierno turco:
Lecciones para Turquía:
- El bit shifting no es encriptación.
- Indexad vuestra base de datos. Hemos tenido que arreglar vuestro descuidado trabajo DB.
- Poner una contraseña más codificada en la UI casi no hace nada en términos securitarios.
- ¡Haced algo con Erdogan! Está destruyendo vuestro país más allá de todo lo conocido.
Lecciones para Estados Unidos? Nosotros no deberíamos elegir a Trump, pues este tipo parece que sabe menos aún de conducir un país que Erdogan.
Y uno algo menos amable: "¿Quién podría haber imaginado que ideologías retrógradas, nepotismo y un creciente extremismo religioso en Turquía llevaría al derrumbe y a una infraestructura técnica tan vulnerable?".
Por el momento ningún funcionario turco se ha pronunciado al respecto.
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