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Identidad

La marihuana ya es materia de estudio en la universidad

En contra de lo que se pueda pensar, en las clases universitarias sobre la marihuana no se defiende tanto el tema de fumar.
Photo by Jaki Portolese via Stocksy

Desde hace unos años, la educación superior ha adquirido un nuevo sentido gracias a la aparición de seminarios como «Planificación tributaria para traficantes de marihuana», impartido en la Universidad de Harvard, o «Representar a un cliente con un negocio de marihuana», celebrado en la Universidad de Denver.

Ya son más de seis las universidades de EUA que ofertan clases sobre materias relacionadas con el cannabis en su currículo. Pero ojo, que ningún fumeta se confunda y crea que equivalen a una asignatura estilo «Introducción al consumo lúdico de la marihuana». Dada la rapidez con la que está cambiando el contexto judicial que regula la marihuana en el país, el objetivo de las clases es más bien el de fomentar un debate en profundidad entre los alumnos en torno a la legislación propuesta y existente sobre esta planta.

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El profesor Douglas Berman, que imparte la asignatura «Legislación, política y reforma sobre la marihuana» en la Facultad Moritz de Derecho de la Universidad del Estado de Ohio, afirma que sus alumnos siempre llegan puntuales a clase. Berman dio su primer seminario dedicado al cannabis en el segundo semestre de 2013, tras darse cuenta de que era muy poco probable que Colorado y Washington fueran los únicos estados en los que se estuviera debatiendo ampliamente la legalización del cannabis. «Los estudiantes de derecho pueden aprender mucho solo con analizar la reforma sobre la ley de la marihuana», argumenta. «En este contexto surgen infinidad de cuestiones jurídicas, y si nadie se sienta a estudiarlas todas en profundidad, la legalización nos pillará desprevenidos y nos superará más rápidamente de lo que desearíamos».

Berman y otros profesores de derecho opinan que el tema de la marihuana tiene gran importancia. Los estados que han votado a favor de la legalización –ya sea para uso recreativo, medicinal o ambos– siguen encontrándose en un limbo jurídico. Más allá del claro conflicto con la Ley de sustancias de control, las políticas de legalización de muchos otros estados también podrían estar en discordancia con la ley federal. Al hilo de su ensayo homónimo, Benjamin Leff impartió el seminario «Planificación tributaria para traficantes de marihuana», en el que abordaba el problema de conciliar la normativa federal con los negocios de comercio de cannabis que están surgiendo.

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Estas son las cuestiones a las que se enfrentarán los alumnos que acudan a clases como la de Berman, cuyo éxito ha sido tal que ya está pactada su renovación por tercer año consecutivo. Como respuesta a la creciente demanda de estudios sobre marihuana, Berman también imparte un seminario de una semana en la facultad de derecho de la Universidad de Colorado.

Actualmente, la marihuana no es legal en el estado de Ohio, pese a que el 3 de noviembre de 2015 se propuso una enmienda a la votación que no prosperó. «Uno de los temas principales en los que se centran mis cursos es la política en aquellas jurisdicciones en las que la legalización puede ser una realidad. ¿Qué componentes jurídicos y estructurales quieres crear en tu régimen regulatorio para maximizar las ventajas de la reforma y minimizar los aparentes daños? Para ver adónde nos lleva todo eso, es preciso estudiar la experiencia de Colorado y de otros estados», explica Berman. «Lo emocionante es que cada año que imparto el curso tengo que buscar material nuevo porque todo cambia de un año para otro».

Al ser una legislación en plena formación, no existen libros de texto ni casos prácticos sobre el tema. El primer año en que Berman dio sus clases, se sirvió de un texto genérico de legislación sobre sustancias de control. «Pero para el segundo año no solo encontré más material para mostrar a mis alumnos –informes de diversas jurisdicciones que estaban trabajando en la reforma–, sino que les animé a que escogieran un tema que les interesara y que hagan sus aportaciones, que luego yo publico en un blog, Marijuana Policy and Reform», explica. Actualmente, Berman está elaborando su propia recopilación, y el profesor de derecho de Vanderbil Robert Mikos confirmó a Broadly que está redactando un libro de texto para la editorial jurídica Aspen que verá la luz este año.

Lo más probable, por tanto, es que los alumnos de Berman pasen más tiempo estudiando que fumados, y sus intereses personales en el reino de la hierba son muy diversos. Al final del semestre, Berman les pide a todos que hagan una presentación ante sus compañeros. «Uno de ellos estaba muy interesado en el aspecto de la conducción bajo los efectos del cannabis y propuso modelos de legislación con vistas a la legalización de la planta. Algunos se han basado en sus proyectos para crear recomendaciones en materia de políticas. Otros se han decantado más por un trabajo más académico. Para mí lo interesante ha sido el hecho de darles la posibilidad de trabajar con cualquier aspecto de la legislación que les llame la atención. Sigue habiendo avances en el ámbito estatal, nacional e internacional, lo que da a los alumnos cierta libertad para imaginar cuál puede llegar a ser su papel en esto».

Sorprendentemente, los alumnos de Berman son tan diversos como sus propios intereses. A sus clases asisten el mismo número de hombres que de mujeres, si bien Berman admite que existe cierto grado de privilegio del hombre blanco en lo referente al debate sobre la marihuana en un contexto académico. «Que yo sepa, no hay ninguna mujer que dé clases en este campo», afirma. «Todos los profesores que yo conozco que imparten este tipo de clases, al menos en el ámbito jurídico, son hombres blancos. Desgraciadamente, quizá se deba a que se nos da más credibilidad [a nivel institucional] y a que no tenemos que enfrentarnos a tantos prejuicios que se interponen en nuestro trabajo».

Berman tiene la esperanza de estar enseñando a una nueva generación de estudiantes que en el futuro puedan trabajar sin inhibiciones. «Hay muchos despachos jurídicos que dudan de si entrar en este terreno», asegura Berman, «pero a medida que este sector evolucione, van a hacer falta muchos abogados. Espero que mis alumnos estén bien preparados para ocupar esos puestos cuando sea el momento».